Existen estilos de apego nos afectan.

El apego es la vinculación emocional y afectiva que tenemos o desarrollamos con otra persona y con el cual mantenemos la proximidad y buscamos seguridad, consuelo, protección, amor y otras conductas amorosas en momentos de amenaza. El apego es una conducta, no una emoción.

El apego facilita que entre las personas se dé la empatía, la comunicación e intercambio emocional y hasta las relaciones amorosas. El primer vínculo amoroso lo desarrollamos hacia nuestros padres desde el primer año de vida.

El apego tiene estilos y muchas veces afecta la capacidad para relacionarnos de manera saludable con los demás, lo que incluye establecer límites y mantener nuestro autocuidado. Se reconocen 4 estilos principales de apego: ansioso, evitativo, desorganizado y seguro. Los estilos de apego se forman desde la infancia y en mucho se modela por el tipo de interacciones que tuvieron tus cuidadores principales contigo.

APEGO ANSIOSO

Se liga al síndrome de abandono porque nos hace sentirnos inseguros en las relaciones ante cualquier mínimo cambio; cuando lo tenemos nos «urge» establecer intimidad emocional, se siente una gran necesidad de ser queridos y necesitados. Si no sentimos suficiente seguridad creemos inmediatamente que «algo está mal con nosotros» o que «somos insuficientes». Este apego lleva muchas etiquetas en las que se absorbe la causa de porqué una relación no es perfecta.

El apego ansioso nos puede convertir en «tóxicos» porque esa necesidad de sentir amor y reciprocidad nos puede volver obsesivos, y hasta pasivo-agresivos porque no es sencillo externar la ansiedad que causa la relación y entonces se aplica el enojo-crítica, reclamo-queja, o manipulación. El riesgo es que se suele renunciar a nuestros límites con tal de hacer feliz a la pareja y siempre se querrá obtener mucha validación. Otra característica del apego ansioso es tomarse todo personal y dudar de sí mism@ en cualquier circunstancia.

APEGO EVITATIVO

Viene de vincularse con personas que enseñaron a no demostrar las emociones y a no establecer intimidad emocional. Se basa en el miedo al rechazo y en el temor de ser vulnerable ante otra persona. Cuando la persona con este estilo de apego siente que la relación se torna más intensa, más íntima; por lo general se aleja para evitar que «algo salga mal». Es la típica pareja que rechaza muestras de afecto en público, que son secos o fríos en su comunicación.

El riesgo es pasar de largo de una relación que puede valer mucho y ser exageradamente exigentes y perfeccionistas teniendo siempre el «pretexto» perfecto para alejarse, no quieren conflicto y no saben pedir ayuda o apoyo, pero tampoco lo dan. Es muy común que se manifieste en personalidades «narcisistas» sonde suelo sentirme superior a los demás, es fácil que te haga gosthing y que luego aparezca como si nada…

APEGO DESORGANIZADO

En este estilo de apego todo mal. Hay miedo al abandono, pero miedo a confrontar, miedo a quedarse, miedo a separarse; muchas veces es resultado de un trauma o abuso infantil. Los cambios de humor son frecuentes y se evita la confrontación a toda costa para evitar el abandono. El riesgo es generar conductas erráticas difíciles de interpretar y de predecir para la pareja, pero pasa del amor al odio o de la calma al caos sin motivo.

APEGO SEGURO

Aquí el vínculo es ganar-ganar. «si yo estoy bien, tú estás bien y ambos estamos bien». Se caracteriza por la intimidad emocional sin sentirnos vulnerables y podemos compartir las buenas y las malas con honestidad y respeto. Además, es común asumir los errores y la responsabilidad cuando hay situaciones que afectan a la pareja o a la relación sin que exista el miedo a ser abandonados, aquí los límites son justos, razonables y convenientes para ambos. Hay comodidad de compartir, de demostrar las emociones y sentimientos; los problemas se resuelven y no hay riesgo de romper con todo al no estar de acuerdo.

Ahora, ¡OJO!, no por tener un estilo de apego ya ubicado en tu conducta significa que te fregaste y ahí te quedas, lo que significa es que puedes identificar qué te funciona a favor y qué te funciona en contra…

En las relaciones saludables se requiere:

-comunicación efectiva (manejar los conflictos de manera constructiva)

-habilidad para resolver problemas (elegir tus batallas)

-negociar (la capacidad de llegar a acuerdos sin chantajes ni ventajas)

-habilidades de adaptación (se requieren para vivir en pareja)

-habilidades de organización y manejo de tiempo (priorizar)

-inteligencia emocional.

«Lo opuesto al amor NO es el odio o la indiferencia; lo opuesto al amor es el EGOÍSMO».

Estar o sentirnos en «alerta o riesgo» cuando estamos con alguien que supone debe hacernos sentir bien no está padre, el tema que las más de las veces somos responsables de ello. Nadie es responsable de nuestra felicidad más allá de nosotros mismos. Cuesta obviamente y más si no hemos establecido un estilo de apego seguro, pero podemos salir de los patrones, los límites son las pautas que pones en tu comportamiento y en el de los demás contigo y hacia ti. Los estilos de apego afectan ese establecimiento de límites en nuestras de relaciones de familia, pareja, amigos y trabajo.

¡Abusados!

Un abrazo, Karla Lara

Imagen de storyset en Freepik


Síguenos en redes sociales como @KENArevista: