La convención demócrata americana empezó ayer. Esto quiere decir que la contraparte del candidato republicano, o sea Hillary Clinton, formalmente aceptará la nominación de su partido, dando comienzo a la recta final de la competencia presidencial, la cual es pertinente no solo para los ciudadanos americanos, sino para mundo, en virtud del poder e influencia que esta superpotencia ejerce.

Sin sonar banal, los atuendos escogidos, colores usados y argumentos presentados en estos términos son protagonistas de la campaña no solo en el aspecto visual, sino también como parte de la estrategia misma.

Ayer, en el primer día, se presentó un video contra el candidato republicano Donald Trump, donde el economista Austan Goolsbe y el actor Ken Jeong le cuentan al público que aunque el lema del republicano es «America First», ninguna de sus marcas de ropa (pues la tiene) es fabricada en América, todas producidas por outsourcings en Bangladesh, China y México.

Sin embargo, el gran impacto a nivel de moda no fue este video, sino el acertado atuendo de la primera dama Michelle Obama, quien además dio un discurso digno, respetuoso y con una alusión increíble a la reconciliación y no a los insultos presentados por el candidato republicano, sin mencionar su nombre. Una verdadera dama y una verdadera líder, a mi criterio.

La primera dama vistió un vestido de crepé azul a media pierna con mangas cortas del diseñador americano Christian Siriano. Vale subrayar que Siriano, quien es el único diseñador bien establecido en la escena del New York Fashion después de ganar la cuarta temporada del reality Project Runway, se ha dado a conocer por ser inclusivo y atender y vestir a mujeres de diferentes tallas, siempre dejándolas impecables y muy bien vestidas a la alta moda. De hecho, ha vestido a celebridades como Kate Hudson y Heidi Klum a la vez que también ha hecho colaboraciones con la tienda para mujeres plus-size Lane Bryant.

Michelle Obama en la Convención Demócrata

La primera dama, quien en segunda instancia siempre se ha enfocado en apoyar a diseñadores americanos que están en crecimiento, también se enfoca en que la historia de los mismos tenga un significado importante, pues no solo se trata de verse bien: en esta era se trata también de dar un mensaje adecuado.

A diferencia de la esposa del candidato republicano, este vestido fue hecho especialmente para ella, por lo que no se venderá en tiendas, ya que no tiene un fin comercial. Y para quienes argumentan que el vestido usado por Melania Trump se vendió a plenitud en América, tengo que decir que la diseñadora Roksanda Ilincic vende en portales web y tiendas de lujo muy limitadas, por lo que tiene un inventario mínimo (no más de dos a tres tallas por modelo), así que no es difícil decir que ese vestido en particular se vendió completo, ya que habrán del mismo en el país no más de siete.

Por Gabi Ramos


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