Es difícil cuando tenemos en casa a alguien que sufre de depresión– la enfermedad del siglo XXI- se ha convertido en algo tan común pero con graves consecuencias si no es tratada de manera oportuna, por ello es importante darle el valor que requiere. Las personas que sufren de esto necesitan un tratamiento; su tristeza suele ser constante y muchas veces podría ser mortal, como familia o amigos debemos notar que está pasando, hay muchas alertas que nos hablan del inicio de una depresión.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud: «cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años Las personas con esta enfermedad suelen tener periodos con sentimientos de tristeza y ansiedad que va más orillado a una depresión grave, la cual es capaz de hacer que la persona deje de realizar sus actividades con normalidad y sentirse frustrada, con largos periodos de reposo y situaciones extremas en la alimentación como la falta de apetito o comer en exceso.

Otros síntomas que se pueden presentar en estos periodos son :

  • Inquietud
  • Falta de energía
  • Falta de concentración
  • Ansiedad constante
  • Pensamientos o intentos suicidas

 

Hay depresiones que pueden durar un largo periodo en la vida de una persona, llamado trastorno distímico, suelen durar entre dos o más años, se dice que es más común en mujeres y comúnmente se desarrolla desde la infancia. Cuando las mujeres inician a tener esbozos de depresión en la edad adulta se relaciona con factores hormonales y los cambios que comienzan a presentar en su cuerpo a partir de la menopausia.

Algunas de las situaciones que detonan la depresión de las mujeres es el estrés causado por la carga del trabajo, el cuidado de los hijos o la perdida de un ser querido, aunque no se vuelve una variable en todas las mujeres pues cada persona actúa de manera diferente a cada situación.

Otro tipo de depresión que sufren las mujeres es después de haber dado a luz (depresión postparto) en su interior no se sientes felices y no entienden por qué sienten ese gran sentimiento de inseguridad ante la situación que están viviendo.

¿Qué puedo hacer para mejorar esta situación?

En caso de que estés leyendo esto y te sientas identificada lo primero que debes hacer es asistir con un médico; muchas veces tenemos la idea errónea que asistir con un psicólogo o un psiquiatra es porque estamos “locos”, pero la verdad es que deberíamos asistir con ellos como con cualquier doctor por simple salud mental. Los doctores se encargaran de ver las causas y la gravedad en el asunto para darte el tratamiento que tu cuerpo necesite (evita automedicarte esto podría empeorar las situación).

¡Anímate!

Hay que aceptar que entre todas las actividades que realizamos en el día la mayoría de las mujeres no tienen una actividad que las ayude a relajarse o canalizar sus preocupaciones, intenta salir de la monotonía:

 

  • La actividad física es perfecta para deshacerse del estrés de la vida cotidiana, una hora en el gym o correr te ayudará a poner tu energía en buscar tu bienestar físico, dentro de las cosas en las que esta actividades pueden ayudarte es en elevar tu autoestima. Ponte retos prepárate para correr una carrera y motiva a tu mente a tener pequeñas metas que te tengan ocupada.
  • Es importante que no te aísles, sal a caminar con alguien de tu familia o una amiga, propóngase hacer algo nuevo, inicien una actividad como clases de cocina o una actividad que las haga sentirse con muchas energía como clases de box o baile.
  • Toma decisiones que te hagan sentir mejor, se trata que busques tu bienestar, si no estás a gusto en tu actual trabajo toma la decisión y empieza a buscar algo nuevo que te vuelva a hacer sentir bien.
  • Los pensamientos positivos son lo que te van a ayudar a escapar de este momento de oscuridad en tu vida, pon música alegre, cocina tus postres favoritos, haz lo que te gusta, disfruta de actividades en familia y sigue el tratamiento al piel de la letra, es un proceso largo pero con luz al final del camino.

Recuerda que no hay dolor que dure más de 100 años, todo está en ti y en el ánimo que le pongas a tu día a día.

 


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