La princesa Eugenia es miembro de la familia real británica y la hija menor del príncipe Andrew, duque de York, y Sarah, duquesa de York. Es la novena en la línea de sucesión al trono británico, después de su hermana mayor, la princesa Beatrice de York.

La nieta de la reina Isabel II envió un mensaje a otras personas que han pasado por lo mismo que ella.

La mayoría de novias quieren aparecer el día de su boda con un aspecto perfecto. Por lo general, esto implica un vestido precioso con accesorios a juego coronados con una radiante sonrisa. Sin embargo, la princesa Eugenia, la nieta de 28 años de la reina Isabel II de Reino Unido, decidió enviar un mensaje diferente en su gran día.

“Me operaron de la espalda cuando tenía 12 años, lo veréis el viernes [en la boda], pero es una forma bonita de honrar a las personas que me cuidaron y una manera de defender a los jóvenes que también pasan por esto”.

Ella consideró sus nupcias como la oportunidad perfecta para revelar a los asistentes a la celebración – y a millones de espectadores en todo el mundo- una cicatriz que tiene en la espalda que le recorre la columna desde la nuca. Es fruto de una importante cirugía a la que se sometió cuando tenía 12 años para tratar una curvatura en la columna.

Princess Eugenie

El vestido, hecho a medida, incluía una espalda muy abierta en forma de V que revelaba la parte superior de su columna. El hecho de que optara por llevar el pelo recogido implicaba que la cicatriz era tremendamente visible.

De camino a la capilla de San Jorge —donde en mayo se casaron el príncipe Harry y su esposa Meghan—, todo el mundo pudo ver a una novia refinada que lucía deslumbrantemente feliz y emocionada por casarse con su amor. Y pocos minutos después, cuando llegó al altar, el novio, Jack Brooksbank, dijo visiblemente conmovido: “Estás perfecta”.

Según explicó Eugenia en una entrevista con la cadena británica ITV antes de la boda: “Me operaron de la espalda cuando tenía 12 años, lo veréis el viernes [en la boda], pero es una forma bonita de honrar a las personas que me cuidaron y una manera de defender a los jóvenes que también pasan por esto”.

La recién casada ya había confesado anteriormente el miedo que sintió antes de la ardua operación. Incluso publicó imágenes de sus escáneres de rayos X para apoyar a otras personas con escoliosis.

“Los niños pueden mirarme ahora y saber que la operación funciona”, afirmó. “Soy la prueba viviente de cómo los hospitales pueden cambiar la vida de las personas”.

Sin embargo, en la actualidad el mensaje toma un cariz mucho más profundo que las cicatrices de la princesa. Eugenia se crió bajo las críticas constantes a su aspecto por parte de los medios de comunicación y puede entender la presión que sienten tantísimos jóvenes —¡y no tan jóvenes!— por tener una apariencia “perfecta”. Con este valiente gesto, la princesa recuerda el verdadero sentido de la belleza.

Además, las historias de valentía en la boda tampoco terminan aquí. La ocasión fue también una oportunidad para la hermana de Eugenia, la princesa Beatriz, de afrontar sus propias dificultades, ponerse ante el atril y leer un pasaje de El gran Gatsby, que reflexionaba sobre la naturaleza bondadosa del novio.

Beatriz, que sufre dislexia, quiso asumir un papel significativo en la ceremonia de boda de su hermana pequeña así que, delante de los cientos de invitados reunidos, leyó el pasaje en pie y nos demostró a todos que un poco de valor y determinación pueden llevarnos muy lejos.

 

Con información de aleteia.org

 

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