Después de una temporada en el hospital, se anunció en su cuenta de Instagram: don Vicente ha fallecido.
«Lamentamos comunicarles su deceso el día domingo 12 de diciembre a las 6:15 am.
«Fue un honor y un gran orgullo compartir con todos una gran trayectoria de música y darlo todo por su público. Gracias por seguir aplaudiendo, gracias por seguir cantando. #ChenteSigueSiendoElRey»
Vicente Fernández ha sido considerado por muchas personas como el máximo representante de la música ranchera no solo por la manera en que interpretaba las canciones, sino también por sus conciertos interminables, íntimos e inolvidables: mientras sigan aplaudiendo, sigo cantando. «Mientras mi garganta aguante, yo soy de ustedes hasta que Dios me recoja».
Oriundo de lo que eran las afueras de Guadalajara, en Huentitán El Alto, Jalisco, ahí también comenzó su carrera. Antes de los 10 años ya sabía tocar la guitarra, un regalo que le hicieron, y así ganó un concurso amateur de canto. Él quería ser como Javier Solís y sí, como Pedro Infante. Los admiraba mucho y lo tenía claro.
Muy jovencito ya cantaba en restaurantes típicos mexicanos, a todo pulmón, «Guadalajara»; de ahí comenzó a escalar: fiestas privadas, eventos diversos, hasta que en 1966 firmó su primer contrato con una disquera. Era normal que estuviera en caravanas con otros cantantes y así recorrió el país y también el vecino del norte donde poco tiempo después se convertiría en un consentido.
Su carrera escaló rápidamente, no solo por su voz sino por su simpatía, lo que lo llevó a protagonizar varias películas. En 1976 se coronó con «Volver, volver», esa canción que todas hemos cantado a todo pulmón en cualquier fiesta… o hasta borrachera.
Se presentó en todos los escenarios imaginables, en muchísimos países, vendió más de 50 millones de discos, ganó dos premios Grammy y siete Grammy Latinos, pero también educó a un «rebaño» de cantantes y charros que aman los caballos y la música. Sus hijos y nietos han seguido sus pasos por lo que su legado queda en su propia música, su voz y la de su familia.
En 2015 anunció su retiro debido a varios problemas de salud y se despidió a la grande: en un concierto gratuito en el Estado Azteca en donde «se echó» nada menos que 60 canciones.
Él se va a los 81 años, pero su legado, su música y su pasión se queda con nosotras.
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