Según un estudio, los artículos pequeños como una plancha, una cafetera o una sandwichera va a durar menos de 6 años, y los grandes como una lavadora o refrigerador tienden a durar entre 10 y 12 años. Es importante considerar los nuevos electrodomésticos que se conectan a la web y el salto generacional; por ejemplo, en el mercado de las Smart TV suelen durar entre 4 o 5 años. Por lo tanto, si tienes más de ese tiempo con la tuya, ¡ahora es el momento de cambiar este electrodoméstico!
Es importante que consideres que la vida útil de los electrodomésticos no sólo depende de su calidad de fabricación, sino también de cómo los tratemos. Un mal uso o la falta de mantenimiento pueden reducir significativamente su duración.
¡Ahora es el momento de cambiar este electrodoméstico!
Por ejemplo, no limpiar los filtros de una secadora de ropa puede generar un desgaste acelerado, mientras que sobrecargar una lavadora de manera constante puede ocasionar fallas en el motor. Si sales por un prolongado periodo de tiempo, lo ideal es desenchufarlos de la luz, o comprar un regulador de energía para evitar que la sobrecarga de luz lo dañe.
Saber cuándo es el momento adecuado para reemplazar un electrodoméstico puede ser complicado. Algunos signos claros para considerar incluyen el aumento en las facturas de electricidad, fallas constantes o ruidos inusuales. Si el costo de reparación supera el 50% del valor del electrodoméstico nuevo, suele ser más rentable comprar uno nuevo.
De acuerdo con información de la Secretaría de Energía (Sener), hay electrodomésticos conocidos como los “vampiros energéticos”, los cuales son llamados así porque pueden llegar a utilizar hasta 160 Kwh al año, lo que representa aproximadamente 10% del consumo total de energía eléctrica en un hogar mexicano. Según Profeco, son las lavadoras, pantallas y refrigeradores, los electrodomésticos que más luz consumen mientras más antiguos son.
Fuente: Sams Club
¿Qué hacer cuando un electrodomestico se daña?
Cuando un electrodoméstico se daña, puede ser un verdadero dolor de cabeza, pero no te preocupes, aquí te dejo algunos pasos que puedes seguir para manejar la situación sin stress.
Primero, verifica si el aparato está realmente dañado. A veces, solo es un pequeño problema, como un fusible fundido o un enchufe que no hace buen contacto. Así que da un vistazo rápido a los cables y conexiones. Si parece que todo está en su lugar, intenta reiniciar el electrodoméstico (desenchúfalo y vuelve a enchufarlo después de unos minutos). A menudo, este simple truco soluciona muchos problemas.
Si el aparato sigue sin funcionar, revisa el manual del usuario. Muchos electrodomésticos tienen una sección de solución de problemas que puede indicarte qué hacer en caso de fallas comunes. A veces, la solución es tan simple como ajustar un botón o un programa.
Si ya has intentado todo esto y el electrodoméstico sigue sin responder, es hora de considerar si vale la pena repararlo o si es mejor comprar uno nuevo. Esto dependerá de la gravedad del daño y del costo de la reparación. Si el electrodoméstico tiene muchos años, quizás lo más inteligente sea invertir en uno nuevo.
Por último, si decides reparar el electrodoméstico, busca un técnico de confianza. Pregunta a amigos o familiares si conocen a alguien. Asegúrate de que esté calificado y tenga buenas referencias. Siempre es bueno tener a alguien de confianza para evitar engaños.
Así que ahí lo tienes, unos pasos sencillos para lidiar con un electrodoméstico dañado. ¡Suerte!
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