Confieso que no sabía de su existencia, esta mujer británica ha roto con muchas «advertencias» y, por supuesto, estereotipos.
Su libro es considerado «La Biblia del cuidado de la piel» y lo sacó justo en plena pandemia, a sus 51 años y compitiendo con chicas de menos de la mitad de su edad.
¿Quién es Caroline Hirons?
Es divertida pero no tiene filtros: dice lo que piensa. Muchos le han llamado bocona y, claro, la han criticado. Ella no solo hace reseñas (en donde puede destrozar o echarle todas las flores a un producto), también tiene una tienda donde vende productos y su sitio web tiene TODO, pero todo sobre cuidado de la piel.
Es realista, es real. Es una mujer como tú y como yo que está pasando algo normal para una mujer de 51 años. Habla abiertamente de la menopausia y lo que ha hecho a su piel.
En una entrevista que hizo con el diario británico The Guardian nos cuenta sus secretos y razones para triunfar en el mundo del skincare ante millones de jovencitas. Primero, con el 2020 el maquillaje dejó de usarse y la gente se miró en el espejo y empezó a preocuparse por tener la piel sana.
El año pasado muchas industrias se vieron afectadas por la pandemia y, por supuesto, el mundo de la belleza no fue la excepción. Caroline estaba furiosa por la falta de interés del gobierno porque, además, en esta industria la mayoría de las trabajadoras son mujeres. Así que se alió a otras personas y fundaron un fondo para las trabajadoras del sector que se quedaron sin ingresos: El Beauty Backed trust, que reunió más de medio millón de libras esterlinas en menos de seis meses.
Mujer de mujeres
Creció en Liverpool, donde su madre y abuela trabajaban en una tienda departamental en la sección de belleza. Además, su madre hacía maquillaje para novias los fines de semana, por lo que el mundo beauty siempre ha estado presente en su vida.
Ya más joven, se mudó a Londres en donde hizo varios trabajos, también en tiendas en los beauty corners, además de que se entrenó como cosmetóloga, a la vez que criaba a sus hijos (tiene cuatro y una nieta). En 2009 ya tenía una consultoría y fue cuando las redes sociales la tomaron por sorpresa… en lugar de irse corriendo decidí entrar a ellas. Un año después hizo su blog y con toda su experiencia, conocimiento y conexiones en la industria, se volvió popular.
Creó un canal de Youtube en donde probaba distintos productos pero también hacía entrevistas con expertas y expertos.
Pero la explosión de las redes sociales y estar en el ojo del huracán también la pusieron en un lugar muy vulnerable: el de los ataques y trolles. De hecho, en su grupo de FB hay varios filtros y se moderan comentarios porque no hay tolerancia para la crítica destructiva.
La han llamado vieja, la han llamado gorda y ya hasta puso una denuncia ante la policía por acoso.
Pero eso no la va a parar. La critican constantemente por confesar abiertamente que usa rellenos y ella dice: ¿prefieren que les mienta?, claro que los uso. También acepta abiertamente que no todo mundo necesita tantos pasos en una rutina de belleza ni tantos productos.
De hecho, ella critica fuertemente a las celebridades de Hollywood que dicen que no se hacen nada, ni se lavan la cara. «Claro que se hacen cosas. No entiendo por qué quieren hacer sentir mal a la gente». Y con esto se refiere a que si te comparas y «ella no mueve un dedo y se ve así» y tú, echándole todas las ganitas no te ves la mitad de bien, pues los ánimos… por los suelos.
Es más, odia el término «anti-aging» o anti edad, prefiere utilizar el término «tratamiento para pieles que envejecen» o algo así. En la entrevista cuenta una anécdota en la que una marca de cuidado de la piel quería que ella hablara de unas cremas pero eran para audiencia más jóvenes, ¡prohibido usar la palabra menopausia! Y ella, con su temperamento «bocón», les preguntó abiertamente, ¿Utilizan a una mujer menopáusica y me piden que no le hable a mi audiencia? Los mandé por un tubo.
Así vemos que en este mundo de las influencers también caben otras un poco diferentes, como Caroline Hirons que seguirá dando de qué hablar por mucho tiempo más.
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