
La asertividad no es solo una habilidad de comunicación, es una herramienta de poder emocional. En un mundo donde a muchas mujeres se nos ha enseñado a complacer, callar o suavizar nuestras necesidades, aprender a decir lo que queremos y necesitamos sin miedo ni culpa se convierte en un acto de afirmación personal. Esta guía práctica te ayudará a entender cómo ser asertiva, identificar tus bloqueos y comenzar a expresarte con claridad, respeto y seguridad.
¿Qué es la asertividad y por qué importa en la vida de una mujer?
La asertividad es la capacidad de comunicar tus pensamientos, sentimientos y deseos de forma clara y directa, sin agredir ni someterte. Es el equilibrio entre la pasividad (callar o ceder siempre) y la agresividad (imponer sin considerar al otro).
Para las mujeres, ser asertiva implica muchas veces romper con patrones culturales que nos han enseñado a priorizar el «quedar bien» por encima de nuestras propias necesidades. Practicar la asertividad te conecta con tu voz interior, tu autoestima y tu poder personal.
Señales de que no estás siendo asertiva (y cómo darte cuenta)
- Te cuesta decir «no», aunque estés agotada.
- Te sientes culpable cuando pones un límite.
- Sueles decir «lo que tú quieras» en vez de expresar tu opinión.
- Acumulas enojo porque no fuiste escuchada.
Estas son pistas de que algo está desequilibrado. La buena noticia: la asertividad femenina se entrena, y puedes comenzar hoy.
Cómo empezar a ser más asertiva desde hoy
- Escúchate primero: Antes de comunicar, pregúntate ¿qué quiero realmente? ¿qué necesito en este momento?
- Reemplaza el silencio por afirmaciones suaves pero firmes: «Yo prefiero esto…», «Me gustaría que…», «Hoy necesito espacio para…»
- Usa la técnica del «yo siento / yo necesito»: En lugar de acusar, expresa cómo te afecta algo. Ejemplo: «Me siento ignorada cuando no me respondes, y necesito que podamos hablar sin el teléfono de por medio».
Herramientas para expresarte sin miedo ni culpa
- Tiempo: Si no sabes cómo reaccionar, puedes decir: «Voy a pensarlo y te doy una respuesta».
- Lenguaje corporal: Postura erguida, contacto visual y tono de voz calmo.
- Repetición asertiva: Si te insisten, repite tu límite. «Entiendo que insistas, pero sigo prefiriendo no hacerlo.»
Practicar esto te ayudará a comunicarte con seguridad sin caer en el conflicto ni la complacencia extrema.
Frases que puedes usar para practicar la comunicación asertiva
- «Ahora no me es posible ayudarte, pero valoro que me lo hayas pedido.»
- «Prefiero no hablar de eso en este momento.»
- «Esto no me hace sentir cómoda, prefiero que lo hablemos de otra forma.»
- «Gracias por tu opinión, pero yo tengo otra perspectiva.»
Recuerda que ser asertiva no es ser fría ni dura, es ser clara y honesta.
¿Y si me dicen que soy egoísta?
Una de las barreras emocionales más comunes es el miedo a parecer «egoísta». Este miedo se basa en creencias limitantes, muchas veces impuestas desde la infancia.
Replantea la idea: poner límites no es egoísmo, es autocuidado. Cuando expresas lo que necesitas, no solo te respetas a ti, sino que también das permiso a los demás para hacer lo mismo.
Repite este mantra: «Tengo derecho a decir lo que pienso y siento sin pedir disculpas».
Beneficios de practicar la asertividad en tu día a día
- Mejora tu autoestima, te reafirmas como alguien valiosa.
- Fortalece tus relaciones, son más honestas y equilibradas.
- Reduce el estrés y ansiedad, dejas de acumular frustración.
- Te ayuda a tomar mejores decisiones, desde tus verdaderas necesidades.
Cada vez que eliges expresarte en vez de callar, ganas libertad emocional.
Ejercicio final para fortalecer tu asertividad
Haz una lista de 3 situaciones recientes donde sentiste que no dijiste lo que realmente querías. Luego, reescribe lo que te habría gustado decir, usando frases asertivas.
Este ejercicio no es para que te juzgues, sino para practicar y visualizar nuevas formas de comunicarte.
Asertividad como estilo de vida
Ser asertiva no es una habilidad para usar solo en discusiones, es un camino diario de autoconocimiento y libertad. Cada vez que dices lo que realmente piensas, con respeto y claridad, te estás eligiendo a ti misma.
Empieza poco a poco. Un «no» claro, un «esto no me gusta», un «yo necesito» pueden transformar tu manera de estar en el mundo. Porque expresar lo que quieres es tu derecho, y también tu poder.
Mini reto: 5 días para comenzar a ser más asertiva
¿Lista para empezar tu transformación? Aquí tienes un mini reto de 5 días para comenzar a practicar la asertividad sin abrumarte. Lo puedes aplicar en casa, en el trabajo o en tus redes personales:
- Día 1: Di lo que piensas… con respeto. Elige una situación en la que normalmente callas y exprésate con calma y claridad. Por ejemplo: “Prefiero no quedarme más tiempo hoy, ya cumplí mi jornada”.
- 2: Pon un límite sin culpa. Di “no” a algo que no quieres hacer, sin justificarte de más. Ejemplo: “Gracias por pensar en mí, pero esta vez no puedo”.
- 3: Pide lo que necesitas. A veces esperamos que los demás adivinen. Hoy, pide directamente lo que quieres: “¿Te parece si hablamos de esto más tarde? Ahora necesito unos minutos para procesarlo”.
- 4: Felicítate en voz alta. Reconoce algo que hiciste bien y dítelo a ti misma o a alguien más. Esto refuerza tu autoafirmación: “Hoy me siento orgullosa de cómo manejé esa reunión”.
- 5: Corrige sin agredir. Si alguien cruza tus límites, responde con firmeza pero sin herir: “Cuando haces ese comentario, me siento incómoda. Te agradecería que no lo repitieras”.
Este reto es sencillo, pero transforma. Recuerda que la asertividad no es una meta perfecta, sino una práctica diaria.
¿Sabías que…?
Ser asertiva mejora tu salud mental? Varios estudios psicológicos han demostrado que las personas asertivas no solo tienen mejores relaciones personales y profesionales, sino que también presentan niveles más bajos de ansiedad, depresión y estrés. ¿Por qué? Porque expresar lo que necesitas (sin miedo y sin agresividad) reduce la frustración interna y evita esos típicos «tragué esto por no hablar» que tanto malestar generan.
Además, cuando practicas la asertividad, tu autoestima se fortalece porque te demuestras a ti misma que mereces ser escuchada. Incluso tu cuerpo reacciona: hay menos tensión muscular, mejoras en la digestión y hasta duermes mejor. ¡Así que ser asertiva no es solo un acto de comunicación, es un acto de autocuidado integral!
Te invitamos a compartir este post y ayudar a tus amigas a ser más seguras. Con este mini reto y con todos los consejos, estamos seguras que podrán mejorar su autoconfianza y la relación consigo mismas. Es ideal para mujeres de cualquier edad, lo que importa son las ganas y el deseo de cambiar.
Fotos Freepik
Mira este post: Autoconfianza al 100: Que NO te afecte lo que piensen de ti
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: