
La llegada de la temporada de lluvias refresca el ambiente y pinta de verde los paisajes. Para nosotros, puede significar una tarde acogedora con un libro o el sonido relajante de las gotas contra la ventana. Sin embargo, para nuestros perros, esta época del año trae consigo una serie de desafíos que van mucho más allá de un pelaje mojado. La humedad, los ruidos de las tormentas y, sobre todo, los aparentemente inofensivos charcos de agua, pueden presentar riesgos para su salud que a menudo subestimamos.
El cuidado del perro en temporada de lluvias implica una atención especial a su entorno, su estado de ánimo y sus hábitos. Entender los peligros ocultos y tomar precauciones sencillas no solo mantendrá a tu fiel compañero seguro y saludable, sino que también convertirá esta estación en una oportunidad para fortalecer su vínculo y demostrarle cuánto te importa su bienestar.
El peligro oculto en el agua estancada: más que un simple charco
Para un perro curioso, un charco puede parecer una fuente de agua fascinante y refrescante durante un paseo. Sin embargo, beber de estas acumulaciones de agua estancada es una de las acciones más riesgosas que puede realizar, exponiéndolo a un cóctel de contaminantes peligrosos.
El agua de los charcos, especialmente en entornos urbanos, puede contener:
- Bacterias peligrosas. Es el caldo de cultivo perfecto para bacterias como la Leptospira, que causa la leptospirosis, una enfermedad grave que puede afectar severamente el hígado y los riñones de un perro, llegando a ser mortal. Según expertos veterinarios, el contacto frecuente con agua contaminada es una de las principales vías de contagio.
- Parásitos intestinales. Microorganismos como la Giardia y otros parásitos intestinales prosperan en el agua estancada. Su ingestión puede provocar cuadros severos de diarrea, vómitos y deshidratación.
- Químicos tóxicos. El agua de lluvia arrastra todo tipo de residuos de las calles. Un charco puede contener restos de anticongelante de coches (que tiene un sabor dulce y atractivo para los perros), pesticidas, fertilizantes de jardines cercanos, aceite de motor y otros metales pesados.
La regla de oro es simple: nunca dejes que tu perro beba de un charco. Los riesgos superan con creces cualquier beneficio momentáneo.
Tu plan de acción: 5 claves para un bienestar a prueba de lluvia
Afortunadamente, proteger a tu perro durante esta temporada es más sencillo de lo que parece. Se trata de ser proactivo y consciente. Aquí te presentamos cinco claves fundamentales.
1. Hidratación consciente y segura. Aunque el clima sea más fresco, tu perro sigue necesitando una hidratación adecuada. De hecho, la ansiedad generada por las tormentas puede hacer que jadeen más y pierdan líquidos. Si no tienen acceso constante a agua limpia en casa, es más probable que busquen fuentes alternativas en la calle.
- Agua siempre fresca. Asegúrate de que su tazón siempre tenga agua fresca y purificada, idealmente filtrada, para eliminar bacterias y metales.
- Incentiva su consumo. Si notas que bebe menos, puedes hacerlo más interesante. Congela cubitos de caldo de pollo bajo en sodio para añadirlos a su agua, o mezcla una cucharada de yogur natural (sin azúcar ni endulzantes artificiales como el xilitol) para darle un toque de sabor y probióticos que fortalecen su digestión. Como explican los especialistas en bienestar de mascotas, «hidratar bien a tu mascota es tan importante como alimentarla bien».
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2. Paseos inteligentes y seguros. El paseo es sagrado, llueva o truene. La clave es hacerlo de forma segura.
- Lleva un bebedero portátil. La forma más fácil de evitar que beba de los charcos es tener siempre a la mano una botella con agua limpia y un bebedero portátil. Ofrécele agua antes y durante el paseo.
- Mantén la vigilancia. Presta más atención de lo habitual. Usa una correa corta en zonas urbanas para tener un mejor control y poder alejarlo rápidamente de los charcos.
- Enseña el comando «deja». Practicar en casa el comando «deja» o «suelta» es increíblemente útil para situaciones en la calle.
3. Crea un santuario anti-estrés en casa. Los ruidos fuertes de los truenos y el viento pueden generar altos niveles de ansiedad por tormentas en perros (astrafobia). Tu misión es convertir tu hogar en su refugio seguro.
- Designa una «zona segura». Prepara un rincón tranquilo, lejos de las ventanas. Puede ser su jaula de transporte cubierta con una manta, su cama en un clóset o un espacio debajo de una mesa. Llénalo con su manta favorita y un juguete familiar para que se sienta protegido.
- Usa aromaterapia segura. Los difusores con esencias naturales como lavanda o manzanilla pueden ayudar a crear un ambiente de calma. Asegúrate de que sean aceites de alta calidad y que el espacio esté bien ventilado, permitiendo que tu perro pueda alejarse si el olor le resulta muy intenso.
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4. Vístelo para la lluvia: protección y estilo funcional. Pasear bajo la lluvia puede ser divertido si se toman las precauciones adecuadas.
- El equipo correcto. Un impermeable ligero y transpirable mantendrá su cuerpo seco y evitará que se enfríe. Las botitas antideslizantes no son solo un capricho; protegen sus almohadillas del contacto con el agua contaminada y de posibles objetos afilados ocultos en los charcos.
- El ritual post-paseo. Al regresar a casa, el secado es crucial. Usa una toalla de microfibra y pon especial atención a las zonas donde la humedad puede acumularse y causar problemas: las orejas (para prevenir infecciones), el abdomen y los espacios entre los dedos de las patas, donde pueden proliferar hongos y bacterias.
5. Terapia de sonido para calmar corazones peludos. La música puede ser una herramienta increíble para calmar a un perro con miedo a los truenos.
- Crea un ambiente sonoro. Durante una tormenta, cierra las cortinas para minimizar el impacto visual de los relámpagos y pon música instrumental suave o frecuencias relajantes diseñadas especialmente para calmar a las mascotas (puedes encontrar largas playlists en YouTube o Spotify).
- Enmascara el ruido. El uso de «ruido blanco» o sonidos ambientales suaves (como el de un ventilador) también puede ayudar a amortiguar el estruendo de los truenos, haciéndolos menos intimidantes.
Aunque el cielo esté nublado, tú eres su sol
Los días lluviosos no tienen por qué ser sinónimo de estrés o peligro para tu mejor amigo. Con un poco de atención, cariño y acciones sencillas, esta temporada puede convertirse en una maravillosa oportunidad para fortalecer el vínculo con tu mascota.
Recuerda que cada paseo con tu perro debe ser protegido y seguro. Regálale momentos de calma y no hagas de un paseo, un mal día. Tu peludito siente que pase lo que pase, estarás cuidándolo siempre. Pasea con calma, ¡y no dejes que beba de los charcos!
Fuente: Bebbia, modificado por Mariel Gadaleta
Fotos: Freepik y Pinterest
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