Una de las formas de crecer que hemos desarrollado los seres humanos a lo largo de la historia es a través de la adaptación y la repetición.

Desde bebés, aprendemos a partir de ver lo que las personas que están a cargo hacen, y a partir de observar una y otra vez, vamos aprendiendo tooodo lo que está alrededor. Por eso su lengua materna es la que se habla al rededor del bebé, la que su madre habla porque es, generalmente, la persona que más cercana al bebé.

Así que aprender de lo que nos rodea, es lo que nos enseña a comportarnos y a desarrollar hábitos que iremos repitiendo a lo largo de la vida. Y no siempre, lo que se aprende de los papás es lo que los hijos quieren hacer.

Por ejemplo, si un niño muy sensible e introvertido nace en una familia muy deportista y sociable, este niño a lo mejor se adapta a vivir sociable, y con mucho movimiento en su vida, saliendo consistentemente de su espacio de disfrute que podría ser su cuarto y un buen libro, o un rompecabezas; el niño quizás se sienta inadecuado, porque no se acaba de sentir cómodo, y muy seguramente creerá que hay algo mal en él porque no se acaba de adaptar a lo que es lo “normal” en su entorno.

Si este niño tiene suerte… (Aunque yo creo que la suerte no existe), si logra encontrar un poco de valor a su autoestima y personalidad, logrará encontrar la forma de crecer, aunque el ambiente parezca poco propicio, encontrará el espacio de refugio en sí y el respeto de los otros para que se desarrolle, aunque sus necesidades e intereses sean diferentes a los otros miembros de la familia.

Así podremos reconocer que, a pesar de aprender a partir de la imitación y la repetición, hay características de nuestra identidad que son únicas y que no se pueden repetir, así que tendremos que reconocerlas para hacerlas florecer, aunque no las veamos alrededor de nosotros.

Y claro que este autoreconocimiento no es algo que podremos aceptar de nosotros mismos sino tiempo después de haber pasado muchas experiencias y que nos hayan hecho sentir raros, fuera de lugar, inadecuados. Creo que todos los seres humanos pasamos por experiencias así, unos más marcadas que otros, pero todos tenemos talentos y habilidades que pueden parecer grandes defectos cuando no sabemos manejarlos. (Como en la película “Xmen”) Y parte de la vida es encontrar cuáles son esos talentos que nos hacen ser únicos e irrepetibles.

Lo interesante es que en este mundo en el que aprendimos a través de repetir lo que veíamos y aprendimos a creer que nuestros talentos y características únicas eran como defectos o errores a veces es más difícil mostrarnos tal y como somos. Muchas veces no sabemos ni si quiera que tenemos talentos fabulosos dentro de nosotros y eso nos empobrece como personas.

Nuestro mundo nos trata de homogeneizar y eso obliga a las personas a que embonemos en formas que no nos corresponden, y eso nos lastima, reconocer cuáles son nuestras propias formas y buscar el match (lo que es significativo para cada uno, sin buscar encajar en donde se supone que tiene que encajar), es algo que todos deberíamos aceptar como parte de nuestra evolución y crecimiento como individuos.

De lo aprendido a lo auténtico: serie despertar y permanecer despierta

Este tema surge a mi teclado porque hoy platicaba con unas amigas, a cerca del trabajo que nos ha dado aceptarnos como somos, a pesar del juicio de otros por nuestras acciones, y cómo podíamos ver personas con un gran potencial adaptándose a lo establecido, y tratándose de convencer de que eso es lo correcto, aun cuando van en contra de sus principios. (Cómo nosotras lo hicimos algún día, y en otros temas lo seguimos haciendo, hasta que nos demos cuenta y lo elijamos cambiar).

Yo creo que los tiempos de cada individuo son perfectos. Sin embargo, quise hacer esta reflexión, porque me gusta reflexionar a través de mis letras, y porque si alguien lee esto y le hace sentido atreverse a cuestionar aquello que de alguna manera siente vibrando y a punto de hacer erupción. Si, como un volcán, todos tendremos situaciones en las que deberemos explotar, hacer erupción y sacar todo aquello que está dentro nuestro y dejarlo brillar, pues me dará mucho gusto inspirar a algún ser a descubrir sus propios talentos únicos e irrepetibles, y arriesgarse a mostrarlos a pesar de la “incompatibilidad” que pueda sentir en su entorno.

Nadie está bien o mal, solo creo que cada uno tenemos nuestro tiempo, y a veces, postergamos la acción por miedo a romper con lo que creemos que se espera de nosotros, así que a veces un mensaje visto en su momento puede despertar ese deseo de poner acción a dejar brillar esos talentos que hemos dejado por tanto tiempo guardados dentro de nosotros.

¿Y tú, qué talento, capacidad, o acción querrías aceptar y permitirnos ver brillar en ti?


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