Es domingo por la mañana. O quizás es martes por la tarde después de un día laboral agotador. Estás bajo las sábanas, con la persiana bajada a medias, rodeada de almohadas y quizás algunos envoltorios de snacks. En tu mano, el teléfono emite una luz azul constante mientras deslizas el dedo hacia arriba en un bucle infinito de videos de 15 segundos. No te estás moviendo, técnicamente estás «descansando», y las redes sociales le han puesto un nombre a esto que suena casi estético: bed rotting (pudrirse en la cama).
Esta tendencia, que acumula millones de visualizaciones en plataformas como TikTok, ha surgido como una respuesta generacional al agotamiento. Es un rechazo visceral a la cultura de la productividad tóxica que nos exige estar optimizando cada minuto de nuestra existencia. A primera vista, parece una reivindicación del derecho a la pereza. Sin embargo, psicólogos y expertos en bienestar han empezado a levantar la mano para hacer una distinción crucial: no es lo mismo descansar que desconectarse de la realidad, y hay una línea muy fina entre el autocuidado necesario y el inicio de un episodio depresivo o de evitación.

Bed rotting y su significado
¿Qué es exactamente el bed rotting?
Si buscamos el bed rotting significado en el diccionario urbano actual, se refiere al acto de permanecer en la cama durante largos periodos (a veces días enteros), no para dormir, sino para realizar actividades pasivas como consumir redes sociales, ver series en maratón o simplemente «existir» sin expectativas.
La premisa es seductora: el mundo exterior es demasiado ruidoso, exigente y costoso, así que me refugio en mi santuario blando. Y sí, todos necesitamos días así. El problema surge cuando el «bed rotting» se convierte en la única herramienta en tu caja de recursos para gestionar el estrés. Lo que comienza como una necesidad de recargar baterías puede transformarse rápidamente en un ciclo de letargo que, paradójicamente, nos deja más agotadas que antes.
Sincermente, el pes pasado fue una semana bastante pesada, de reuniones intensas y con muy poco tiempo para conectar con mis emociones. Sim embargo, tomé el sábado como el día perfecto para hacer mi bed rotting. Lista para no hacer nada y disfrutarlo al máximo, ¡también se vale!
Debí hacermr sentido ligera y relajada, pero no, mi cuerpo estaba inquieto y sentía una aguda sensación de sentimiento de culpa, vacío y desperdicio total. Mi ansiedad se disparó y me sentía irresponsable. Pero hoy estoy aquí para aislarte de esos sentimientos de culpa, está genial no hacer nada un momento a la semana.

Cansancio crónico emocional
La trampa del descanso pasivo y la dopamina
Para entender por qué «pudrirse en la cama» a menudo falla como estrategia de recuperación, debemos mirar a nuestro cerebro. Cuando estamos en modo bed rotting, generalmente estamos acompañadas de pantallas. Esto inunda nuestro cerebro de dopamina barata y rápida. No estamos permitiendo que la mente divague o procese emociones (lo cual sería un descanso real); la estamos manteniendo ocupada y anestesiada.
Esto es lo que los expertos llaman «descanso pasivo» o, en casos más severos, disociación. Es una huida. Si sufres de cansancio crónico emocional, tu cuerpo te pide parar, pero tu cerebro te pide evadirte. Quedarse en cama mirando la vida de otros en Instagram no repara tus niveles de cortisol ni soluciona la fatiga adrenal; simplemente pone el botón de pausa en tus preocupaciones hasta que te levantas, momento en el que vuelven con más fuerza.

Fatiga adrenal, ¿conoces?
Los 7 tipos de descanso que realmente necesitas
La doctora Saundra Dalton-Smith, autora y experta en bienestar, popularizó la idea de que dormir no es el único tipo de descanso. De hecho, si duermes 8 horas y sigues despertando cansada, es probable que te falten otros tipos de descanso físico mental sensorial. Aquí es donde el bed rotting se queda corto, ya que solo atiende (y a medias) la necesidad física, pero a menudo sabotea las otras.
Para combatir el burnout, necesitamos identificar qué tanque está vacío:
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Descanso físico. Puede ser pasivo (dormir) o activo (yoga suave, estiramientos, masajes). El cuerpo necesita circulación, no solo inmovilidad.
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Descanso mental. Se trata de apagar el procesamiento de información. El scroll infinito es lo opuesto a esto. Descanso mental es dar un paseo sin música o mirar por la ventana.
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Descanso sensorial. Vivimos sobreestimuladas. Luces, notificaciones, ruido de fondo. El verdadero descanso sensorial implica silencio y oscuridad, o al menos, reducir los inputs tecnológicos. ¡No podemos seguir en este juego mental!
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Descanso creativo. Dejar de producir y empezar a observar. Ver un atardecer, ir a un museo o leer algo que no tenga que ver con el trabajo. Necesito que hagas eso, ¡YA!
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Descanso emocional. Dejar de complacer a otros. Es el espacio donde puedes ser tú misma sin «actuar» o fingir que todo está bien. Sé tu misma y respétate sin pudor, debes serte fiel.
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Descanso social. Pasar tiempo con personas que te recargan, no que te drenan. O, alternativamente, disfrutar de tu propia soledad consciente. Ambas cosas son excelente opción, solo debes escuchar lo que necesitas en momentos determinados.
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Descanso espiritual. Sentir que perteneces a algo más grande, ya sea mediante la meditación, la oración o el voluntariado. Ayudar a los demás tambien es ayudarte a ti misma y en Kena promovemos esto.
Te confieso algo, al leer todo esto me di cuenta que lo que me pasaba no era realmente la falta de sueño, sino un déficit sensorial. En mi caso, le dedico 10 horas a mis responsabiliaes laboras y todas son al frente de una pantalla redactando y editando. Mi bed rotting con los aparatos digitales me saturabna y empeoraban la situación.
¿La solución? Dedicar 30 minutos de descando sin nada que me haga conectarme a la red y me dedico a tomar una taza de café con música suave, que me relaje. Inténtalo, que el cambio de energía es increíble.

Autocuidado vs depresión, ¿te suena?
¿Cuándo cruza la línea hacia la depresión?
Es vital hablar de la salud mental sin estigmas. Quedarse en cama un domingo es normal. Quedarse en cama tres días, descuidar la higiene personal, dejar de comer o comer en exceso y sentir apatía por las cosas que antes te gustaban, son señales de alerta.
El bed rotting se vuelve peligroso cuando deja de ser una elección placentera y se convierte en una jaula. Si lo usas para evitar enfrentar tus emociones, una conversación difícil o la ansiedad de vivir, estás alimentando el problema. La culpa por descansar es común en las mujeres, pero el descanso real debe sentirse reparador, no culpabilizante ni evasivo. Si sientes que no puedes salir de la cama aunque quieras, podría ser hora de buscar ayuda profesional, ya que el límite entre el confort y la depresión clínica es a veces difuso.

¿Sientes culpa por descansar?
Del ‘rotting’ al ‘recharging’: estrategias de transición
No se trata de demonizar la cama. La cama es maravillosa. Se trata de la intención detrás del acto. Si quieres transformar ese tiempo en autocuidado real, aquí hay algunas estrategias para elevar la experiencia:
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Hazlo intencional. No caigas en la cama con la ropa de calle. Ponte un pijama limpio, lava tu cara, enciende un difusor. Convierte el acto en un ritual, no en un desmayo.
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Límites digitales. Practica el bed rotting analógico. Lee un libro físico, escribe en un diario o simplemente cierra los ojos y escucha un podcast de meditación. Dale un respiro a tus ojos y a tu corteza prefrontal.
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La regla del movimiento. Combina el descanso horizontal con pequeños momentos de movimiento. Levántate a estirar, a beber agua, a abrir la ventana. Recuérdale a tu cuerpo que está vivo.

Descanso pasivo vs activo
Tu cuerpo merece más que sobras de energía
En un mundo que glorifica el estar ocupados, no hacer nada es un acto revolucionario. Pero debemos asegurarnos de que ese «no hacer nada» sea nutritivo. El término bed rotting puede ser divertido para un video viral, pero como estilo de vida, ofrece muy poco a cambio de tu valioso tiempo.
Amiga Kena, el verdadero autocuidado requiere escucharse con honestidad. A veces, lo que necesitas no es pudrirte en la cama viendo videos de desconocidos, sino un paseo bajo el sol, una charla con una amiga o un baño caliente en silencio. La próxima vez que sientas el impulso de desaparecer bajo el edredón, pregúntate: ¿Me estoy escondiendo del mundo o estoy cuidando de mí? La respuesta a esa pregunta es la brújula que te guiará hacia un bienestar sostenible y real. Porque mereces descansar, no solo desconectar.
Te invito a compartir este post a todas tus amigas y correr la voz de este interesante tema. Recuerda que Kena siempre estará en todas las tendencias ayudándote a tomar decisiones. Síguenos en nuestras redes sociales, y está al tanto de lo más top y actual.

Sslud mental mujeres.
Fotos Freepik
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