
Durante décadas, la relación entre las grandes franquicias cinematográficas y la moda se limitaba, en su mayoría, a un merchandising predecible: camisetas con un logo, gorras con el título de la película o tazas con la imagen del protagonista. Eran objetos para fans, recuerdos de una experiencia en la sala de cine. Pero hoy, las reglas del juego han cambiado. Estamos entrando en una nueva era donde la frontera entre la pantalla grande y la pasarela se desdibuja, dando paso a colaboraciones de autor que transforman el merchandising en auténticas declaraciones de estilo.
Esta evolución responde a un cambio en el consumidor y en la visión de los grandes estudios. El fan contemporáneo no solo quiere mostrar qué película le gusta; quiere integrar la estética, la atmósfera y la narrativa de ese universo en su vida cotidiana de una forma sofisticada y personal. Es aquí donde la fusión entre moda y cine alcanza su máximo potencial.
Un ejemplo perfecto de esta tendencia es la reciente alianza entre una de las sagas de dinosaurios más influyentes de la historia y un aclamado dúo de diseñadores tapatíos. Esta iniciativa, articulada desde la plataforma de experiencias de un importante estudio de Hollywood, redefine cómo una propiedad cinematográfica puede trascender la pantalla para convertirse en un lenguaje narrativo que se viste y se vive.
Más allá del ‘merch’: La moda como lenguaje narrativo
Lo que estamos presenciando es un cambio fundamental en la estrategia de las grandes productoras. Han entendido que para mantener la relevancia de sus franquicias más queridas, necesitan hablar el lenguaje de la cultura actual, y ese lenguaje, en gran medida, es la moda. Ya no basta con estampar un póster en una prenda; ahora se busca crear un diálogo creativo.
Según directivos de la división de productos de consumo de estos estudios, la moda tiene la capacidad única de «expandir el universo de una película y hacerla parte de nuestros días». Al colaborar con talento local, como en el caso de los diseñadores mexicanos, los estudios acceden a una mirada fresca, emocional y mucho más cercana a las tendencias que marcan el ritmo del mercado. Es una forma de innovar, de representar sus mundos de ficción a través de productos que, aunque de uso cotidiano, están cargados de un significado profundo para quienes los visten.
Para el diseñador, este tipo de proyectos representa un reto creativo fascinante. Se convierte en un traductor estético, un intérprete que debe decodificar el ADN visual y emocional de una película —sus paisajes, su paleta de colores, su tono narrativo— y plasmarlo en prendas que sean a la vez un homenaje y una propuesta de moda coherente y deseable.
El caso de estudio: nn mundo jurásico reinterpretado por el diseño mexicano
En el marco del lanzamiento de la nueva entrega de la saga jurásica, titulada Renace, este dúo de creativos mexicanos ha desarrollado una colección cápsula de edición limitada compuesta por 11 piezas. Lejos de ser un ejercicio superficial, su propuesta se construye desde la narrativa, la textura y el color, en una profunda exploración de lo que significa este universo para toda una generación.
Las prendas, que incluyen playeras, camisas de corte contemporáneo, hoodies y una versátil totebag, están concebidas como artículos de uso diario. Sin embargo, cada una de ellas contiene referencias directas al icónico imaginario de la franquicia. Los estampados no son simples logos, sino patrones que evocan la piel de los dinosaurios, la frondosidad de la selva y la sensación de aventura.
«Nos inspiramos en los dinosaurios, sí, pero también en los paisajes, en la sensación de asombro que produce la naturaleza. Quisimos trasladar eso a prendas que puedan ser llevadas al cine, al parque, al día a día», explican los diseñadores.
Este enfoque se materializó en un proceso creativo muy personal. Parte de la colección incorpora la impresión de bocetos y dibujos hechos a mano por los propios creativos, donde reinterpretan elementos icónicos de la saga. Este detalle artesanal, este toque de autor, es lo que eleva las piezas de «merchandising» a la categoría de diseño de autor.
La paleta de colores, dominada por tonos tierra, verdes y acentos vibrantes, no solo recrea la estética de la saga, sino que también funciona como una traducción del nuevo tono de la película. Jurassic World: Renace se centra en una expedición científica que busca extraer ADN prehistórico con fines médicos, una trama más introspectiva y cercana a la exploración. La colección captura esta atmósfera, ofreciendo prendas que invitan a la aventura, pero desde una perspectiva más madura y reflexiva.
La prenda como experiencia: conectando emocionalmente con la saga
El éxito de estas colaboraciones radica en su capacidad para conectar emocionalmente con el público. La generación que creció viendo la primera película de la saga en los años 90, hoy es un adulto que busca formas más sutiles y sofisticadas de expresar su afinidad por esas historias que marcaron su infancia.
Una hoodie con un estampado que evoca sutilmente la textura de la piel de un velociraptor, o una camisa con un patrón que recuerda a un mapa de expedición, se convierte en un guiño para entendidos, una pieza de conversación. Es una forma de llevar un pedazo de ese mundo de fantasía de una manera que se integra perfectamente en un armario contemporáneo.
Vestir estas prendas es un acto de participación en la narrativa. Es llevar contigo la sensación de asombro, el espíritu de aventura y la nostalgia de una saga que ha acompañado a millones de personas durante décadas. Es, en definitiva, una forma de hacer que la magia del cine perdure mucho después de que se enciendan las luces de la sala.
El futuro de las franquicias: un diálogo entre la pantalla y la pasarela
Esta alianza entre el talento del diseño mexicano y una de las franquicias más grandes de Hollywood, distribuida de forma exclusiva en una importante cadena departamental a nivel nacional, no es un hecho aislado. Es un claro indicador del futuro de la industria del entretenimiento.
El camino a seguir para las grandes propiedades intelectuales ya no es la producción masiva de objetos sin alma, sino la creación de experiencias y productos con valor cultural, curados y diseñados en colaboración con artistas que puedan aportar una visión única. Es un modelo donde todos ganan: el estudio enriquece y expande su universo narrativo, el diseñador obtiene una plataforma de visibilidad masiva y el consumidor recibe un producto de alta calidad, con una historia que contar y un significado profundo.
La línea que separa la moda y el cine es cada vez más delgada, y en ese espacio intermedio están surgiendo las propuestas más emocionantes e innovadoras, demostrando que nuestras historias favoritas no solo se ven, sino que también se visten.
Fuente: Universal UNIVRS, modificada por Mariel Gadaleta
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