La Navidad, definitivamente es una fecha especial que genera movimiento, sentimientos, acercamientos, cuestionamientos, y ¿por qué no?, cierres y nuevos comienzos.

Es la época del año en el que la gente se prepara para algo, vacaciones, visitas familiares, ya sea que uno vaya o ellos vengan, reuniones, regalos, cenas, comidas, amigos, familia. Viajes, también viajes, aunque aún estamos en pandemia, el movimiento no se puede dejar de activar, necesitamos retomar la vida y la actividad. Así que ¡sí!, ¡también viajes!

Este año ha sido una época padre. A mí me gustan estas fechas por todo lo diferente que trae y todo lo que implica hacer cosas fuera de la rutina, esta vez me toca pasar estos días sin mi hija que ella ahora como mujer independiente arma sus planes y continúa su camino, cada dos años es así, pero después de esta pandemia como que uno se fija más en ciertas cosas. Me encanta verla desplegar sus alas y verla volar, en su independencia, en su desarrollo personal, en sus propias experiencias que la hacen ser más ella, y por lo tanto, en lo que a mí respecta, ¡también! Yo también vuelo abrazo mi vida mi experiencia de ser cada vez más yo, más mujer, más conciencia y luz, compartiendo con seres que deseo compartir, pero sobre todo conmigo, disfrutando de mí, de mi compañía, de mi presencia, del tiempo que me doy y de todas las actividades que me permito disfrutar, desde momentos de quietud y meditación, de caminatas en la naturaleza, de películas en la pantalla grande, o en la pantalla chica, de horas de tejido, de escritura, lectura, música y podcasts, de cafés, tés, vinos y cervezas, de comidas, cenas o ayunos; de ser, estar, vivir y disfrutar. Todo esto soy y lo disfruto conmigo, sola, acompañada, con amigas, familia, o con el hermoso perrhijo de mi hija, o sea “perrinieto” que tengo la fortuna de tener como compañero por unos días mientras que mi hija disfruta de la vida y del mundo. Para eso están las mamás, ¿qué no? No, no estamos para eso, pero si queremos podemos disfrutar de ayudar a las hijas a volar y quedarnos en casa con el perrhijo de compañía. Hasta eso es una actividad diferente. Y la disfruto. Estoy contenta de poder disfrutar de estas fechas con sobrinas, amigas de toda la vida, primos y sobrinos que logramos convocar y encontrar, por el simple gusto de reunirnos y disfrutar.

La vida así es, llena de experiencias, de personas, de momentos y de instantes, que de uno a uno se entretejen y se convierten en una vida. Hoy en mi recuento de estas fechas, puedo decir que estoy en paz, feliz de lo vivido, con un excelente recuento de experiencias y de oportunidades que he elegido vivir y disfrutar, y también enormes batallas y crisis superadas, creo que para esto es la vida, para aprender a sacar provecho de lo vivido, para hacer recuento y reconocer que en la balanza lo aprendido siempre es más, de uno depende que las experiencias difíciles se conviertan en oportunidades para ver más de una misma, y me he convertido en maestra del arte de convertir los errores en expansiones, y eso me hace sentir orgullosa de mi y de mi trayectoria.

¡Felices fiestas, posadas, navidades, año viejo, año nuevo! ¡Feliz vida y recuento! Que tu experiencia sea una oportunidad para ver más posibilidades de ver más de tu luz brillar, porque si, para esto si es que estamos aquí, para ver nuestra luz brillar.


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