Hubo un tiempo en que viajábamos para ver monumentos y paisajes. Entonces hoy viajamos cada vez más para conectar, para sentir y, sobre todo, para saborear. La gastronomía se ha convertido en el corazón de la experiencia del viajero moderno, una forma de arte que nos permite entender el alma de un destino a través de sus ingredientes, sus técnicas y sus historias. Los fines de semana gastronómicos ya no son un lujo ocasional, sino una de las formas más plenas y enriquecedoras de explorar el mundo.

En México, un país con una riqueza culinaria inagotable, existen refugios de lujo que han elevado esta filosofía a su máxima expresión.

Proponemos un viaje a dos de ellos, en dos de los destinos más emblemáticos del país: uno enclavado en la selva caribeña y otro en el corazón colonial de San Miguel de Allende.

Son lugares donde cada comida es un ritual y cada plato, un pasaporte al espíritu del lugar, convirtiéndolos en el plan perfecto para una escapada inolvidable.

Fines de semana gastronómicos: 2 lugarespara ir el fin de …

Destino 1: Riviera Maya – fuego, selva y sabor ancestral

Imagina un santuario de lujo escondido entre la densa selva maya y las arenas blancas y suaves del Caribe. Aquí, la experiencia gastronómica está intrínsecamente ligada a la naturaleza que la rodea, un diálogo constante entre el fuego, la tierra y el mar.

  • La cocina del fuego: un tributo a lo esencial en Woodend by Curtis Stone

Sobre la misma arena, con el sonido de las olas como banda sonora, se encuentra el primer restaurante en México del aclamado chef australiano con estrella Michelin, Curtis Stone.  En Woodend, el fuego no es solo un método de cocción, es el protagonista que transforma y purifica.

El menú es una declaración de sencillez poderosa: ingredientes de origen local, tratados con un respeto absoluto, que pasan por la parrilla abierta para revelar su sabor más puro.

La pesca del día, obtenida de forma sostenible; vegetales recién cosechados del huerto orgánico; y carnes de libre pastoreo son las estrellas de una carta que cambia con la temporada y el clima.

La experiencia se completa con una arquitectura abierta que disuelve las fronteras entre el interior y el paisaje, y una cuidada selección de vinos naturales que invita a reconectar con la esencia de la tierra.

  • El corazón de México: un viaje por la memoria culinaria en casa mayor

En el corazón del hotel, Casa Mayor se erige como una biblioteca de los sabores más profundos de México.

Con más del 90% de sus ingredientes provenientes de productores nacionales, muchos de ellos de comunidades mayas de la península, este restaurante es una celebración de la autenticidad.Aquí, el maíz criollo se nixtamaliza y se convierte en tortillas hechas a mano cada día; las salsas se muelen en molcajetes de piedra volcánica, liberando aromas ancestrales; y los moles son el resultado de procesos lentos y ceremoniales que honran su origen.

Cada plato es una reinterpretación refinada de la tradición, una conversación entre el pasado y el presente que se vive con los cinco sentidos en un espacio donde la calidez y la elegancia encuentran un equilibrio perfecto.

Destino 2: San Miguel de Allende – historia, arte y alta cocina

En la ciudad Patrimonio de la Humanidad, entre calles empedradas y fachadas virreinales de colores vibrantes, un hotel boutique conformado por un conjunto de casonas del siglo XVIII resguarda algunos de los tesoros culinarios mejor guardados del Bajío.

Es el destino ideal para quienes buscan cenar en San Miguel de Allende en un ambiente de historia y sofisticación.

  • La elegancia atemporal: cocina con alma en andanza

En Andanza, el tiempo parece detenerse. El espacio, que conserva los arcos de piedra y los patios llenos de buganvillas de una casona histórica, es el escenario perfecto para una cocina que combina la elegancia internacional con los mejores acentos mexicanos.

La experiencia aquí abarca todo el día: desde un desayuno tranquilo con pan artesanal y café de altura, hasta una cena romántica con música en vivo y una selección de los mejores vinos mexicanos.

En este sentido, la carta, guiada por la estacionalidad de los productos locales, ofrece una experiencia que es a la vez cercana, refinada y profundamente conectada con la tradición de hospitalidad de la región.

  • La cocina como herencia: una experiencia vivencial en sazón

A solo unos pasos, en otra casa histórica meticulosamente restaurada, se encuentra Sazón, que es mucho más que un restaurante: es una prestigiosa escuela decocina. Por lo tanto, los huéspedes no solo prueban la cocina mexicana, sino que la viven desde adentro.

Asimismo, las clases, impartidas por el chef Rubén Yáñez, son una inmersión en las técnicas tradicionales: aprender a usar el metate, a tortear a mano, a moler salsas y a entender el simbolismo detrás de cada r eceta.

Desde los secretos de la cocina callejera hasta los fundamentos de la alta cocina mexicana, Sazón es un espacio íntimo donde la transmisión oral se convierte en una experiencia tangible, y donde cada receta lleva consigo el sabor del pasado y la emoción del presente.

  • El brindis en las alturas: atardeceres andinos en Tunki Rooftop by Handshake

Para culminar el día, la terraza de este icónico hotel ofrece una de las experiencias más vibrantes de la ciudad.

Tunki Rooftop, en colaboración con el mundialmente galardonado Handshake Speakeasy, combina coctelería de autor del más alto nivel con una propuesta gastronómica que rinde un homenaje fresco y delicioso a la cocina peruano-mexicana. El menú celebra ingredientes locales a través de ceviches, tiraditos y reinterpretaciones de clásicos andinos.

Con vistas espectaculares al corazón de San Miguel, este es uno de los rooftops en San Miguel de Allende imperdibles para disfrutar del atardecer en un ambiente sofisticado y contemporáneo.

Finalmente: el viaje como narrativa culinaria

Para culminar, estas propuestas, en su conjunto, demuestran que una escapada de fin de semana puede ser una profunda inmersión cultural contada a través de la comida.

Son la prueba de que el verdadero lujo en los viajes de hoy es la autenticidad. Este fin de semana, no solo visites un lugar. Saboréalo.

Fuente: Belmond, modificada por Mariel Gadaleta 


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