Cuando se habla de menopausia, solemos pensar en sofocos, cambios hormonales o alteraciones en el estado de ánimo. Sin embargo, un aspecto menos mencionado, pero igualmente importante, es cómo esta etapa puede afectar la salud visual. A partir de los 40 años, muchas personas notan que su visión cercana comienza a deteriorarse, un fenómeno que suele atribuirse a la edad, pero que también guarda relación con los cambios hormonales.

Según la Dra. Ainhoa de Federico, autora del método Volver a Ver Claro, no es inevitable perder visión con el paso de los años. Al contrario, con los cuidados adecuados, es posible mantener una vista clara y saludable en cualquier etapa de la vida.

Presbicia: ¿Realmente inevitable?

La presbicia, conocida también como “vista cansada”, aparece comúnmente entre los 40 y 50 años. Se caracteriza por la dificultad de enfocar objetos cercanos y suele coincidir con la etapa de la menopausia. Muchas personas creen que la única salida son las gafas o la cirugía, pero existen alternativas naturales.

La visión natural propone una mirada diferente: entrenar los músculos oculares, reducir la tensión visual y aprender a descansar los ojos. Lejos de prohibir el uso de gafas, esta filosofía sugiere que, al depender menos de ellas, los ojos recuperan fuerza y flexibilidad.

Los ojos también se entrenan

Del mismo modo que ejercitamos el cuerpo, los músculos de los ojos pueden fortalecerse. Problemas como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia tienen relación con tensiones musculares y desequilibrios posturales. Con prácticas sencillas de 5 a 10 minutos diarios, se pueden prevenir y mejorar estos problemas.

Los ejercicios visuales incluyen movimientos oculares, parpadeo consciente, descansos frente a pantallas y prácticas de enfoque a diferentes distancias.

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Menopausia: un momento clave para cuidar la visión

Durante la menopausia, el cuerpo atraviesa cambios hormonales que impactan directamente en la vista. Entre los más comunes se encuentran:

  • Sequedad ocular, debido a la disminución de estrógenos.
  • Inflamación y fatiga visual, potenciadas por el estrés.
  • Picos de glucosa, que aumentan el riesgo de diabetes ocular.

Para proteger la vista en esta etapa, la Dra. Ainhoa recomienda un enfoque integral que combine alimentación balanceada, ejercicio físico, control del azúcar en sangre y prácticas de visión natural.

Más del 80% de los problemas visuales se relacionan con momentos de estrés. La retina forma parte del cerebro, y por ello, las tensiones emocionales y psicológicas impactan de manera inmediata en la calidad visual. Incorporar técnicas de respiración, meditación y relajación ocular puede marcar una diferencia notable.

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La luz natural como aliada

Un aspecto clave en la salud ocular es la exposición consciente a la luz solar. Lejos de dañar los ojos, la luz natural regula el sistema endocrino, fortalece el sistema inmunitario y estimula la producción de vitamina D, fundamental para la salud visual.

Ejercicios como el asoleo ayudan a reducir la inflamación ocular y revitalizar la retina. Se trata de prácticas seguras que pueden realizarse unos minutos al día, siempre con los ojos cerrados y disfrutando del calor del sol.

La menopausia no debe verse como el inicio del deterioro visual. Al contrario, puede convertirse en el momento perfecto para reconectar con el cuerpo y aprender a ver claro de manera natural. Incorporar hábitos sencillos, reducir la dependencia de lentes y practicar ejercicios de visión natural son pasos efectivos hacia una mejor calidad de vida.

La Dra. Ainhoa de Federico insiste en que, a cualquier edad, es posible mejorar la salud visual si se adoptan rutinas constantes y conscientes.

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Ejercicios y hábitos para prevenir la pérdida de visión

Algunas prácticas que puedes integrar en tu día a día son:

  • Hacer pausas visuales cada 20 minutos al trabajar con pantallas.
  • Practicar el parpadeo consciente para evitar la sequedad ocular.
  • Enfocar objetos cercanos y lejanos de manera alternada.
  • Realizar masajes suaves alrededor de los ojos para liberar tensión.
  • Incluir en la dieta alimentos ricos en antioxidantes como frutos rojos, zanahorias y espinacas.

Las gafas han sido una herramienta útil durante décadas, pero también pueden convertirse en una dependencia que limita la capacidad natural de los ojos. La visión natural propone entenderlas como un apoyo temporal, mientras se trabaja en fortalecer la función ocular.

Este enfoque, impulsado por especialistas como Ainhoa de Federico y promovido a través de iniciativas como Volver a Ver Claro, ofrece una alternativa basada en la prevención y la reconexión con el cuerpo.

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Recursos para empezar hoy

Quienes deseen iniciarse en este camino pueden acceder a recursos gratuitos, como cursos introductorios con ejercicios prácticos, meditaciones guiadas y rutinas para entrenar la vista de manera progresiva.

El objetivo es que cada persona descubra que cuidar la vista es tan natural como cuidar el corazón, los músculos o la piel. Nunca es tarde para recuperar claridad y vivir con una mirada renovada.

Alimentos que apoyan la salud visual en la menopausia

Una forma sencilla y natural de cuidar la visión durante la menopausia es a través de la alimentación. Incluir alimentos ricos en antioxidantes, como arándanos, zanahorias y espinacas, ayuda a combatir el daño oxidativo que puede acelerar el deterioro ocular. El consumo de omega-3, presente en pescados como el salmón o en semillas de chía, contribuye a mantener una adecuada lubricación ocular, reduciendo la sequedad que muchas mujeres experimentan en esta etapa. Además, la vitamina E, presente en frutos secos como las almendras y el girasol, protege a los tejidos del ojo del envejecimiento prematuro.

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Hábitos diarios para proteger tus ojos

Más allá de la alimentación, ciertos hábitos cotidianos marcan la diferencia. Dormir lo suficiente ayuda a la regeneración celular y disminuye la fatiga visual. Evitar la exposición prolongada a pantallas sin pausas también es clave: lo recomendable es la regla 20-20-20, que consiste en cada 20 minutos mirar un objeto a 20 pies (6 metros) de distancia durante 20 segundos. Usar lentes de sol con protección UV es fundamental para prevenir daños causados por la radiación solar, especialmente en esta etapa en la que los ojos pueden volverse más sensibles.

Realmente, estas reco están increíbles para las mujeres que tenemos más de 40. La menopausia es un etapa muy compleja y ataca cuándo  y por dónde menos esperemos. En este sentido, nuestra visión debe ser valorada y cuidada con todos los tips necesarios. ¡No lo dejes para después!

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Fuente: Volver a ver claro, modificado por Mariel Gadaleta 


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