Diciembre llega cargado de promesas: unión, celebraciones, luces y reencuentros familiares. Es, sin duda, una época mágica. Sin embargo, detrás de la euforia festiva, también se esconde una realidad emocional más compleja, especialmente para muchas parejas. El cierre del año no solo trae consigo la alegría de las fiestas, sino también una pesada maleta de factores estresantes: el temido estrés financiero, la presión de cumplir con todos los compromisos sociales, las expectativas familiares y, a menudo, la intensificación del tiempo compartido. Todos estos elementos actúan como un catalizador, avivando tensiones que, quizás, habían permanecido silenciosas durante meses.
Este torbellino emocional puede llevar a un replanteamiento profundo de la vida en pareja. De hecho, un reciente sondeo realizado por Gleeden —la aplicación de citas para relaciones no monógamas, pensada por y para mujeres, líder en América Latina— reveló un dato que invita a la reflexión: 8 de cada 10 mexicanos encuestados consideró la posibilidad de una ruptura amorosa o, al menos, la idea de cambiar de pareja durante esta época. La razón principal de este descontento es clara y contundente: el 65% reporta una falla significativa en la comunicación con su pareja actual. Además, el 70% de los consultados mencionó venir arrastrando peleas y conflictos que se originaron a lo largo del año y que no han sido resueltos.
Infidelidad laboral
Cuando el ambiente laboral se calienta
El ambiente emocional intenso de diciembre no se limita al hogar; también se extiende de manera peligrosa al entorno laboral. Las cenas de empresa, los brindis de fin de año y el ambiente de “misión cumplida” relajan las fronteras de lo profesional. Según las encuestas de Gleeden, el 55% de los consultados admitió sentirse atraído por un compañero o compañera de trabajo.
No es de extrañar que este ambiente festivo y desinhibido potencie los encuentros casuales y, sí, las infidelidades. El 70% de los usuarios de la app considera que las celebraciones de fin de año facilitan notablemente el coqueteo con alguien del trabajo. Esta conducta no es ajena a nadie, con el 68% de los hombres y el 32% de las mujeres reconociendo haberla experimentado alguna vez.
Imagina este escenario: la fiesta de la ofi es agradable y relax, con música amena; ya estas lista para la diversión. Ahora, añade toooodo el cansancio acumulado durante el año, pues obvianete es fácil bajar la guardia. En este punto, una copita de más y el comentario cómplice con tu compañero de comida, abre paso de separar la línea profesional a la personal. Y repito, es peligrasamente delgada.
Los motores de la desinhibición
Estas cifras no pretenden describir una única realidad, sino más bien reflejar un patrón universal que se intensifica en esta temporada: la euforia social incrementa la vulnerabilidad emocional. Cuando se les preguntó qué es lo que más les impulsa a tener un encuentro casual a finales de año, las respuestas fueron reveladoras:
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El 35% lo atribuyó al consumo de alcohol.
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El 30% mencionó el ambiente festivo y la adrenalina del momento.
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El 25% sintió la desinhibición propia del cierre de año, esa sensación de «todo vale».
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El 10% admitió que fueron las tensiones emocionales acumuladas lo que los empujó.
De estas personas que se acercaron a alguien, un significativo 47% admite que estos acercamientos terminaron en encuentros íntimos. Estos datos son una alarma, un recordatorio de que las celebraciones pueden desenfocar el panorama de nuestra comunicación en pareja.
Relaciones de pareja en diciembre
Factores que tensan la cuerda
Si bien las fiestas actúan como un disparador, la base de los conflictos reside en problemas de fondo. Al preguntarles cuáles son los factores que realmente ponen a prueba sus relaciones de pareja en diciembre, las respuestas se centraron en tres áreas cruciales, que toda pareja debe abordar si quiere evitar una crisis de pareja fin de año:
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Distanciamiento emocional o sexual (50%). El sentimiento de desconexión con la pareja, de sentirse más como compañeros de piso que como amantes o cómplices.
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El peso de la rutina (30%). La monotonía del día a día, la falta de novedad y la sensación de que ya no hay espacio para el juego o la sorpresa. Es la razón principal por la que muchas personas buscan romper con la rutina.
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El constante retorno a discusiones antiguas (20%). Aquellos conflictos no resueltos que se guardan en el cajón y reaparecen cíclicamente, volviendo la convivencia diaria más pesada y agotadora.
Cuando estamos agobiadas de la cotidianidad, es muy fácil caer en piloto automático, pero vemos una luz al final de camino cuando se acercan las vacaciones. Es cuando se hace evidente el distanciamiento emocional en pareja. Entonces, ¿has evitado tocar conversaciones incómodas?, este es el momento para enfrentar y afrontas las cosas.
¿Qué quiero decirte con todo esto? Que la rutina, la cotidianidad y el día a día, no solo aburre, sino abre paso a la negación de la vida íntima, restando valor a lo que una vez te unió a esa persona especial.
Para Silvia Rubies, directora de comunicación de Gleeden Latam, estos resultados deben servirnos como una herramienta de comprensión: “Más que alarmar, estos resultados permiten entender por qué diciembre se convierte en una temporada emocionalmente intensa: lo que no se ha dicho, lo que se evitó todo el año y lo que se acumuló, encuentra en este mes un escenario perfecto para manifestarse en infidelidades”.
Es tiempo de tomar el control. Si sientes la tensión de la temporada, detente. Conversar con honestidad, establecer límites claros sobre los compromisos sociales y buscar nuevas formas de romper con la rutina pueden ser el mejor regalo de Navidad que le puedes dar a tu relación. La clave es la prevención y la comunicación en pareja.
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Crisis de pareja fin de año
Fuente: Gleeden, modificado por Mariel Gadaleta
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