Existe una creencia muy arraigada y peligrosa en el mundo del cuidado de la piel: «Si no salgo de casa, mi piel está segura». Durante años, asociamos el uso del protector solar exclusivamente con días de playa, alberca o largas caminatas bajo el sol. Sin embargo, en el contexto actual de trabajo híbrido, jornadas maratónicas frente a la computadora y una vida mediada por pantallas, los expertos en dermatología encienden una alerta contundente: tu piel está bajo ataque constante, incluso dentro de las cuatro paredes de tu hogar u oficina.

Manchas que aparecen sin explicación, una pérdida de firmeza acelerada y, en el peor de los casos, un riesgo incrementado de cáncer de piel, son las consecuencias de subestimar la radiación a la que nos exponemos a diario en interiores. La doctora Rossana Llergo, miembro y consejera de la prestigiosa Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), es una de las voces expertas que insiste en la necesidad de desmitificar esta falsa sensación de seguridad y adaptar nuestra rutina de cuidado a la realidad moderna.

Pero, ¿de qué debemos protegernos exactamente si no estamos sintiendo el calor del sol en el rostro? La respuesta se encuentra en dos enemigos silenciosos pero poderosos: los rayos UVA que atraviesan las ventanas y la luz azul emitida por nuestros dispositivos.

El infiltrado invisible: los rayos UVA y su daño acumulativo

Para entender el riesgo, es crucial diferenciar entre los dos tipos principales de rayos ultravioleta. Los rayos UVB son los responsables de las quemaduras solares, esa rojez y ardor que sentimos tras una exposición prolongada. La buena noticia es que el vidrio de las ventanas bloquea la mayor parte de esta radiación. La mala noticia tiene nombre: rayos UVA.

Los rayos UVA son más sigilosos. No queman la piel, pero su longitud de onda es más larga, lo que les permite penetrar más profundamente en la dermis. Y lo más importante: atraviesan las nubes y el cristal de las ventanas sin ningún problema. Esto significa que si trabajas cerca de una ventana, aunque el día esté nublado o no sientas calor, tu piel está recibiendo una dosis constante de radiación UVA durante todo el día.

El daño de los rayos UVA es acumulativo. Piensa en ello como un goteo constante sobre una roca; una sola gota no hace nada, pero miles de gotas con el tiempo la erosionan y la transforman. De la misma manera, la exposición diaria y constante a los rayos UVA destruye las fibras de colágeno y elastina, provocando envejecimiento prematuro, arrugas, flacidez y la aparición de manchas (lentigos). Además, juegan un papel fundamental en el desarrollo de los tres tipos de cáncer de piel: el basocelular, el epidermoide y el melanoma, siendo este último el más agresivo.

Pinterest

Pinterest

Luz azul: el nuevo villano de la piel en la era digital

Al daño solar tradicional se le suma un adversario moderno: la luz visible de alta energía (HEV), mejor conocida como luz azul. Su principal fuente es el sol, pero la amenaza actual radica en la proximidad y el tiempo de exposición a nuestras fuentes artificiales: monitores de computadora, pantallas de celulares y tabletas, televisores y lámparas LED o fluorescentes.

Según advierten los especialistas, esta luz también penetra en la piel y genera un alto nivel de estrés oxidativo. Esto se traduce en la producción de radicales libres, moléculas inestables que atacan nuestras células sanas y aceleran el envejecimiento. El resultado es una piel opaca, sin brillo y con una mayor propensión a la hiperpigmentación, es decir, a la formación de manchas oscuras y persistentes, especialmente en pieles con tendencia a ellas. «Los dispositivos electrónicos son parte de nuestra vida y los tiempos de exposición se incrementan», señala la Dra. Llergo, subrayando por qué la protección se ha vuelto indispensable.

Pinterest

Pinterest

Tu arsenal de defensa interior: la guía práctica de protección

Sabiendo que la piel está expuesta, la pregunta es: ¿cómo la defendemos eficazmente? La estrategia es simple y se basa en la creación de hábitos conscientes.

1. El protector solar correcto y constante. El uso de un fotoprotector tópico es innegociable.

  • Busca el «amplio espectro». No todos los protectores son iguales. Es crucial que la etiqueta indique «Amplio Espectro» (Broad Spectrum), lo que garantiza protección tanto contra rayos UVB como contra los peligrosos UVA.
  • El Factor de protección (FPS). Utiliza un FPS de 30 como mínimo, aunque lo ideal es 50 o más.
  • Defensa contra la luz azul. Para una protección extra contra la luz de las pantallas, busca fórmulas que contengan antioxidantes o, aún mejor, óxidos de hierro, que suelen estar presentes en los protectores solares con color y que han demostrado ser muy eficaces para reflejar la luz visible.

2. La regla de la reaplicación. El protector solar no dura todo el día. Su efecto se degrada con el paso de las horas. Por ello, los dermatólogos recomiendan reaplicar el producto cada 4 horas, incluso estando en interiores. Un buen truco es poner una alarma en el móvil a mediodía para recordar esa segunda aplicación crucial.

3. Hidratación como escudo. Una piel bien hidratada es una piel más fuerte y resistente. «Mantener la piel hidratada y lubricada» es un consejo clave de los expertos para evitar daños. Utiliza una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel antes de aplicar el protector solar. Esto ayuda a mantener la barrera cutánea en óptimas condiciones.

4. El poder de los antioxidantes. Considera añadir un sérum con antioxidantes (como la Vitamina C) a tu rutina matutina. Aplicado antes del protector solar, ayuda a neutralizar los radicales libres generados por la radiación UV y la luz azul, funcionando como una capa extra de defensa.

En conclusión, el cuidado de la piel ya no tiene fronteras entre el interior y el exterior. Protegerla es un trabajo de 365 días al año, llueva, truene o estés en medio de un maratón de series. Adoptar el hábito de usar protector solar a diario es la inversión más inteligente que puedes hacer por la salud y la apariencia de tu piel a largo plazo. Y recuerda, ante cualquier duda o cambio que notes en tu piel, la recomendación de los expertos es clara: acude a consulta con un dermatólogo certificado. Él es el único que puede darte un diagnóstico preciso y diseñar la mejor estrategia para ti.

Pinterest

Pinterest

Fuente: FundaciónMéxicanaParaLaDermatología, modificado por Mariel Gadaleta


Mira este post: La tienda de perfumes en Ciudad de México que conecta memoria, aromas y diseño


Síguenos en redes sociales como @KENArevista: