Frecuentemente a la consulta llegan asustadas pensando en la posibilidad de tener cáncer de mama, porque encuentran algún cambio en la periferia de la mama, en la axila. Pero es raro que alguien venga preocupada por los cambios en el pezón.

El pezón es la protuberancia que se encuentra en la mama, que contiene conductos lácteos con el objetivo de amamantar a los bebés. La areola es la zona pigmentada, que varía de color según cada mujer y según su estado hormonal, por ejemplo, durante el embarazo y primeros meses de amamantamiento suele volverse más oscura.

Así como varía el tamaño de los senos en todas las mujeres, el pezón también es diferente en todas. El tamaño normal aproximado es 1 cm de largo y 1 cm de diámetro, mientras que la areola mide unos 3 cm de diámetro. Y el color varía de un rosa hasta ser francamente café obscuro.

Si bien todos los pezones son diferentes, cuando el aspecto del mismo cambia de un momento a otro, debemos prestar especial atención. La forma y coloración de la mama, el pezón y la areola pueden decirnos mucho acerca de nuestra salud.

Pon atención

  1. Doloridos
    Los pezones son de las zonas más sensible en las mujeres. Puedes notarlos adoloridos por diversas causas que casi siempre están ligadas al factor hormonal. Embarazo, menstruación, la manipulación en las relaciones sexuales o simplemente el roce con la ropa pueden hacer que sientas dolor en la zona.
  2. Grietas
    Normalmente las grietas pueden aparecer en el período de amamantamiento, ya que el bebé mantiene húmeda toda la zona y transmite bacterias con su boca.
  3. Supuran sangre
    Puede asustar mucho ver sangre en los pezones y, de hecho, debes consultar al médico de inmediato, pues puede tratarse de alguna infección del tejido mamario, así como un papiloma o carcinoma.
  4. Están enrojecidos
    Puede tratarse de ectasia ductal, algo común en mujeres cercanas a la menopausia, y sucede cuando un conducto mamario está tapado o presenta un bloqueo. La ectasia puede derivar en una mastitis o infección del seno, por lo que es importante consultar rápidamente al médico.
  1. Invertidos
    Si tus pezones son invertidos desde el nacimiento, no representaría algún problema de salud inicialmente. Pero si en algún momento uno o ambos pezones se retraen, puede ser ampliamente peligroso debido a que podría tratarse de cáncer de mama.
  2. Irritación y malestar
    Si notas picazón, ardor o molestia en los pezones (incluso descamación) y se alivia al quitarte el sostén y aplicarte alguna crema, puedes padecer del “pezon del corredor”, que sucede cuando tu pezón hace fricción contra la ropa y se irrita. Elige ropa de algodón y ventilada para evitar la picazón y las molestias.
  3. Supura líquidos
    Si no estás embarazada no habría motivos para que la mama supure algún tipo de líquido. Asimismo, si la supuración es de un color o textura extraña puede deberse a un problema de hipotiroidismo, de la glándula pituitaria o también un tumor.

Consultar al médico ante cualquier cambio en el pezón y la mama podrá ayudarnos a atender a tiempo cualquier complicación de salud.


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