La tensión ocular, también conocida como presión intraocular (PIO), es la presión que ejercen los líquidos del interior del ojo (humor acuoso y humor vítreo) sobre las paredes del mismo. Esta presión es necesaria para mantener la forma del ojo y para que funcione correctamente.
La PIO normal varía entre 12 y 22 milímetros de mercurio (mmHg). Sin embargo, algunas personas pueden tener una PIO más alta sin que esto represente un problema. La hipertensión ocular se define como una PIO superior a 21 mmHg, aunque en algunos casos puede considerarse como tal a partir de 18 mmHg.
La hipertensión ocular por sí sola no suele causar síntomas, pero es un factor de riesgo importante para desarrollar glaucoma, una enfermedad progresiva que daña el nervio óptico y puede provocar pérdida de visión si no se trata a tiempo.
Causas de la tensión ocular alta
- Acumulación de humor acuoso. El humor acuoso es un líquido que se produce en el interior del ojo y que luego se drena a través de un conducto llamado trabeculado. Si este conducto se obstruye, el humor acuoso puede acumularse y aumentar la PIO.
- Problemas oculares. Algunas enfermedades oculares, como la uveítis y el desprendimiento de retina, pueden aumentar la PIO.
- Medicamentos. Algunos medicamentos, como los corticosteroides, pueden aumentar la PIO como efecto secundario.
- Factores hereditarios. Tener familiares con glaucoma aumenta el riesgo de padecer hipertensión ocular.
- Edad. La PIO tiende a aumentar con la edad.
Síntomas, ¡atentas!
- La mayoría de las personas con hipertensión ocular no presentan ningún síntoma.
- Algunos síntomas que pueden indicar que la PIO es demasiado alta son:
- Dolor ocular
- Enrojecimiento ocular
- Visión borrosa
- Náuseas y vómitos
- Halos alrededor de las luces.
Es importante recordar que la hipertensión ocular suele ser una enfermedad asintomática, por lo tanto, es fundamental hacerse revisiones oculares regulares con un oftalmólogo para que pueda detectar y tratar la enfermedad a tiempo.
El tratamiento temprano de la hipertensión ocular puede ayudar a prevenir el daño al nervio óptico y la pérdida de visión.
Foto principal: Freepik
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