Cartagena de Indias siempre ha sido sinónimo de magia. Sus murallas, que guardan siglos de historia, y sus atardeceres sobre el mar Caribe han atraído a viajeros de todo el mundo durante décadas. Sin embargo, en este 2025, algo fundamental ha cambiado en la narrativa de la ciudad. El viajero moderno ya no se conforma con la belleza superficial de una fachada colonial o una piscina infinita. Hoy, el verdadero lujo se mide por el impacto positivo que dejamos en el destino que visitamos.
En un mundo cada vez más consciente de la fragilidad de nuestros ecosistemas y culturas, Cartagena se está reinventando. El lujo ha dejado de ser sinónimo de opulencia derrochadora para convertirse en una experiencia de responsabilidad. Bajo iniciativas colaborativas como Nuestra Cartagena, la ciudad está demostrando que la hospitalidad de alto nivel puede —y debe— ser un motor de cambio, protegiendo el patrimonio, empoderando a las comunidades locales y regenerando el entorno natural.

Turismo de lujo sostenible en Cartagena. Freepik
La redefinición del confort: impacto sobre estética
Durante mucho tiempo, viajar con «conciencia ecológica» significaba sacrificar comodidad. Eso es cosa del pasado. Los hoteles que lideran la escena en 2025 ofrecen experiencias sublimes donde cada detalle, desde las sábanas hasta el menú de degustación, tiene una trazabilidad ética. No se trata solo de la belleza de los edificios o la calidad del servicio «de guante blanco», sino de la certeza de que tu estancia contribuye a la economía local y preserva la identidad cultural del Caribe.
Sin duda alguna, viajar es una manera de despejar y conectar pero seamos honestas, esto afecta directamente nuestra billetera. En lo particular, cuando planifico mis escapadas no solo busco algún hospedaje ‘instagrameable’, sino que tambie me fijo en su historia y si conecta o no con lo que yo busco.
Por ejemplo, me percato si las habitaciones conectan y apoyan con la técnica artesanal de la localidad. Esto para mi, es una conexión increíble que hace para mi, una estadía inolvidable.

Turismo consciente. Freepik
Blue apple beach: el modelo regenerativo insular
Si miramos hacia las islas, específicamente en Tierra Bomba, encontramos un caso de éxito que ha trascendido fronteras: Blue Apple Beach. Este lugar ha transformado por completo la experiencia insular alejándose del turismo masivo de «sol y playa» para proponer un planteamiento regenerativo.
Lo que hace especial a este destino no es solo su ambiente vibrante, sino su compromiso radical con la sostenibilidad, avalado públicamente por su condición de B-Corp. Su modelo operativo apunta hacia el «cero residuos», un desafío titánico en una isla. Utilizan energía solar para reducir su huella de carbono y han articulado iniciativas propias de alto impacto a través de la Fundación Green Apple.
Entre sus proyectos más destacados se encuentran la restauración de manglares —vitales para la protección costera— y un manejo de residuos innovador que convierte el vidrio (de las botellas de vino y cerveza consumidas) en arena para construcción y la materia orgánica en compost. Además, su enfoque de economía circular prioriza la producción local de alimentos y la compra directa a comunidades cercanas, cerrando el ciclo con reinversión social. Es, sin duda, el referente de cómo debe gestionarse el turismo de isla.
Hoteles de impacto
Casa Carolina: bienestar y patrimonio vivo
Volviendo al continente, dentro de la ciudad amurallada, Casa Carolina interpreta el lujo boutique desde una perspectiva de conservación patrimonial y bienestar integral. A veces, el acto más sostenible es restaurar lo existente con sensibilidad. La recuperación de su casona histórica fue realizada con actores locales, preservando los elementos constructivos y estéticos que narran la historia de Cartagena.
Su modelo pone un énfasis particular en la calidad de la experiencia humana. Aquí, el bienestar no es solo un masaje en el spa; es la tranquilidad de saber que se está consumiendo una oferta gastronómica basada en productos de la región, reduciendo la huella de transporte y apoyando a los productores de Bolívar. Casa Carolina ha logrado convertir la puesta en valor del patrimonio arquitectónico en el eje central de un turismo de bajo impacto, donde el respeto por el pasado convive con el confort moderno.
Te confieso algo, no sé qué, pero hay algo en las paredes antiguas que me genera una sensación de plenitud, de paz. Por esto, respeto tanto la estructura del lugar, haciendome sentir parte de la historia que este lugar evoca.
Nuestra Cartagena, hoteles de lujo
Casa Lola: arte y cultura en getsemaní
Getsemaní es el barrio bohemio por excelencia, y Casa Lola es su joya de la corona en términos de integración cultural. Este hotel completa el panorama con una propuesta audaz que fusiona restauración arquitectónica, arte y cocina local. Al ocupar varias casas coloniales restauradas, el hotel funciona como un híbrido entre alojamiento y galería de arte.
Su apuesta es clara: rescatar y exhibir piezas artesanales y antigüedades que cuentan la historia de la ciudad. No es decoración genérica; es curaduría histórica. Su operación enfatiza la integración con el barrio, promoviendo la cultura cartagenera viva. Al utilizar productos y talento locales tanto en su oferta gastronómica como artística, Casa Lola contribuye activamente a la economía creativa de Getsemaní, asegurando que los beneficios del turismo se queden en el barrio y no se fuguen.
Casa Lola: alojamiento eco-friendly Cartagena
Townhouse Boutique art hotel: sostenibilidad urbana y creativa
En el corazón del centro histórico, Townhouse Boutique Art Hotel demuestra que la sostenibilidad también puede ser urbana, moderna y divertida. Este hotel-galería lleva el concepto a otro nivel mediante prácticas operativas y de abastecimiento que privilegian lo local.
Townhouse trabaja estrechamente con artistas y proveedores colombianos para el diseño de cada uno de sus espacios, convirtiendo el hotel en una plataforma de exhibición para el talento nacional. Su comunicación es transparente y directa: resaltan el uso responsable de recursos y su relación con la comunidad creativa. Es el ejemplo perfecto de cómo un hotel urbano puede mantener una vocación de servicio premium y un ambiente cosmopolita sin perder su alma local ni su responsabilidad social.
Creo ciegamente que en lugares como este, reconectas con las tradiciones y la historia del lugar. Solo tienes que soltar, despejar y pasarla bien. Además, a quién no le gusta tomarse un café sabiendo que está probando un grano de la finca cercana y que la taza del café esta elaborada por un artesano de la localidad. ¡Esto es un verdadero placer que tienen un propósito!
Hoteles con propósito en Cartagena
Un futuro prometedor para el caribe
Lo que estamos viendo en Cartagena en 2025 no es una moda pasajera; es una evolución necesaria de la industria. Estos hoteles, cada uno desde su identidad única y su escala particular, demuestran que el verdadero lujo se mide hoy por la capacidad de generar valor social, cultural y ambiental.
La iniciativa Nuestra Cartagena ha logrado reunir a estos socios para contar una historia distinta de la ciudad. Ya no es solo el destino de fiesta o de historia estática; es un destino que mira a largo plazo. Es una ciudad que ha decidido proteger su patrimonio y compartir los beneficios del turismo con las comunidades que lo hacen posible, asegurando que la magia de «La Heroica» perdure para las generaciones venideras. Si estás planeando tu próxima visita, elegir uno de estos alojamientos es la mejor manera de ser parte de esta transformación positiva.

Preservación patrimonial
Fuente: NuestraCartagena, modificado por Mariel Gadaleta
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