¿Cansado de ver cómo se acumula el sarro y la suciedad en tu ducha? ¡Tenemos la solución perfecta para ti! El vinagre blanco, ese ingrediente básico que todos tenemos en la cocina, se revela como un poderoso aliado en la limpieza del hogar.

¿Por qué el vinagre?

  • Poder desincrustante. El vinagre es ácido, lo que le permite disolver la cal y el sarro con facilidad.
  • Antibacteriano. Elimina bacterias y gérmenes, dejando tu ducha completamente higienizada.
  • Económico y ecológico. Es una alternativa mucho más barata y respetuosa con el medio ambiente que los productos químicos comerciales.

¿Cómo limpiarla?

  1. Prepara la solución. Mezcla partes iguales de vinagre blanco y agua en un recipiente con atomizador.
  2. Aplica la solución. Rocía generosamente sobre las paredes, el suelo, la mampara y los grifos de la ducha.
  3. Deja actuar. Permite que el vinagre actúe durante unos 15-20 minutos para que pueda disolver la suciedad.
  4. Friega. Utiliza un cepillo o esponja para frotar las superficies, prestando especial atención a las zonas con más acumulación de sarro.
  5. Enjuaga: Retira los restos de vinagre y suciedad con abundante agua.

Consejos adicionales

  • Para manchas más difíciles. Puedes aplicarlo puro directamente sobre la mancha y dejar actuar durante unos minutos antes de frotar.
  • Bicarbonato de sodio. Combínalo y bicarbonato para crear una pasta abrasiva ideal para eliminar la suciedad más incrustada.
  • Prevención. Limpia tu ducha con este producto regularmente para evitar la acumulación de sarro y facilitar futuras limpiezas.

¡Con el vinagre, tu ducha quedará reluciente y libre de bacterias!

Foto principal: Freepik


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