Viajar es algo maravilloso, pero no todos tenemos el «estilo» o la habilidad  para hacerlo tan fácilmente. Recuerdo mucho a una amiga que no tenía auto, ganaba lo suficiente para pagar su renta y viajaba por lo menos dos veces al año, una al interior del país y otra  al extranjero, ¿su secreto? No pensarlo demasiado, no tener deudas y estar consiente que su trabajo jamás se antepone a su bienestar personal.  PUM!

1.

Te lo mereces ¡En serio! El primer paso para emprender un viaje es realmente saber que te lo mereces y que es una parte importante de tus satisfacciones personales.

Amigas, en esta vida no hay cosa más valiosa que EL TIEMPO. Podrás trabajar horas extras para poder llegar a tu meta, pero sin tiempo disponible no hay forma de disfrutar cada peso que ganas. ¿Qué hacer al respecto? Aprende a negociar con tu jefe y llegarás a donde quieras.

2.

Compra un boleto YA. “Por muchos años trabajé sin tomar vacaciones, casi no me acordaba de lo que sentía” comenta Raquel Blanco, quien nos cuenta que siguió el consejo de una amiga. “Pedí mis vacaciones anticipadas hasta con 9 meses, compré un boleto de avión para ir a ver a una amiga en Eurpoa y listo. No había plan, simplemente conseguí la oferta y lo hice, sin pensarlo demasiado.” Raquel hizo algo que muchos viajeros llevan en la sangre, no lo pensó demasiado. Ya tenía un compromiso y no había forma de salir de él. Hay personas que necesitamos “deadlines”  para poder funcionar con los proyectos, si éste es tu caso, no lo dudes: busca la mejor oferta, saca esa tarjeta de crédito y paga el boleto.

3.

Aprovecha las desgracias. La sed del viajero no es fácil de que vibre en el cuerpo de la noche a la mañana. Se trabaja y se entrena. ¿Cómo? Viajado, una y otra vez. Hace unos años fui parte del recorte de personal de una empresa. Con el dinerito que me dieron planeé varias cosas, entre ellas, curar mi dolor en un viaje. Le llamé a una amiga y me invitó a su casa en San Francisco. No pensé si iba a necesitar el dinero más adelante y me deje llevar por la tristeza por la que estaba pasando. ¿El resultado? Curé mi alma herida, recupere fuerzas y me reencontré con una amistad que no veía hace 10 años.  De ahí y con la adrenalina a full, me fui a Chicago a otra visita. Regresé a México con la mente tan clara que emprendí dos proyectos fabulosos yo solita.

4.

No tengas deudas. Ya no te diremos que ahorres, porque sabemos que esos sermones te los sabes muy bien, te diremos: no gastes y limita tus compras, así tendrás más liquides y la liquides te permite tener dinerito para ciertas locuras, como comprar un boleto a la India. Si eres de las ahorradores ¡felicidades! Pero de nada servirá si viajar no está en tus prioridades. En ese caso en punto 1 y 2 es perfecto para ti.

Ahora ¿el panorama cambia cuando se trata de endeudarse en un viaje? Pues depende de la satisfacción que te de cada cosa. Lo que sí te podemos decir es que hay estudios que demuestran que la experiencia de viajar y salir de la rutina es mucho más reconfortante que comprarte ese bolso a meses sin intereses. ¡Ojito!

5.

Finalmente, compórtate como un viajero (aunque no lo seas). Los viajeros cazan ofertas, leen blogs de viajes, tienes apps para conocer los mejores lugares y tienen amigos en todo el mundo.

¿Qué estas esperando? la vida es lo que sucede en ella y no la que se planea. Por desgracia nadie tiene la vida comprada y tampoco el trabajo, así que si necesitas un shoot de energía viajera te recomendamos que medites lo anterior y te lances a una nueva aventura.

 


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