En una época en la que abundan los falsos gurús, encontrar a un mentor que te ayude a lograr tus objetivos ¡vale oro! Hoy te presento al mío: el MIDAS del marketing y la persuasión, Esteban Constante.
Seguramente has estado tentada a contratar un mentor, un coach, un consultor…
¿Soy yo o ahora abundan? Que si el fitness coach, el high performance coach, el life coach, la healthy coach, la business coach, ¡¡la voice coach!!
No puedo abrir Instagram sin que me salgan unas 10-15 cuentas que prometen “transformar mi vida” en menos de lo que canta un gallo.
Y quizá fue esta saturación la que me hacía dudar si un coach, mentor o consultor era algo para mí, algo que yo necesitara… Como que me “engenté” de la terminología.
Creo que no soy la única… de hecho hay memes buenísimos, como este:
CORTE A…
Hace más o menos año y medio me suscribí a una lista que se llama Libro del Midas.
Al igual que otras cientos de veces, intercambié mi email por un bonito PDF (la verdad no me acuerdo bien qué material fue, pero seguro fue algo que me llamó la atención).
Sólo que esta vez pasó algo curioso…
A diferencia de las múltiples, y cuando digo múltiples, ya sin exagerar te hablo de unas 50-60 suscripciones, los correos D-I-A-R-I-O-S- del MIDAS sí los leía… ¿Mencioné que escribe de lunes a domingo? Leíste bien, DE LUNES A DOMINGO. Adjunto prueba 🙂
Bueno, pues sus mails literal los esperaba (what?!) porque se me hacían divertidos, entretenidos, inspiradores y algunos, debo confesar, medio “mamadores”, pero en el buen sentido de la palabra (whatever that means, diría mi papá jijiji).
Y también adjunto prueba para que veas un poco a qué me refiero.
Anyway. Yo soy muy adicta a los cursos y las cositas gratis… Para pagar $7, $17, $27, $47 o más dolaritos por algo significa que neta neta neta realmente lo deseo porque realmente le veo valor y creo que sí hará diferencia en mi vida.
Aquí me permito adjuntar un mail mío de junio del año pasado para ver si me hacía válido un cupón del 70% (no, no me lo aplicó).
La cosa es que empecé a comprar los productos del Midas, y una tras otra vez, contenido 100% de alto valor que valía cada dólar invertido (porque nada lo da en pesos, en su reino ¡puros dolarucos!). Adjunto otro bonito screenshot donde se ven mis compritas.
¡Ah! Obviamente no diario leía los correos, ¡pero nunca los borraba! Hasta la fecha no los borro…
Peeeeero… y aquí va el pero: habiendo sido estafada por una maléfica señorita serpentina del internet, dudaba de la veracidad del autor.
Es decir, no dudaba que detrás de aquellos correos estuviera una persona leída, inteligente y anti-emojis, ¿pero existía en realidad o era sólo un personaje?
¿SERÁ POSIBLE?
Soy mala para las fechas, pero más o menos esto fue lo que pasó:
1) El Midas tiene un nombre y es Esteban Constante
2) Un día lo Googleé, vi la foto de un cuate joven bastante guapo, con una vibra muy desenfadada, y dije “no, no es él” (en mi defensa, adjunto la foto).
3) El Midas abrió un Grupo de Facebook al que soy literalmente adicta (no te lo puedo recomendar porque es ultra-selecto, si no participas te saca y así, ¿tons pa’ qué?)
4) Le recomendé el grupo a mi hermano (advertencia incluida) y ese día sucedió algo extraño: Esteban Constante me escribió por Messenger para agradecerme. ¿Quién hace eso en esta época? #excelenteServicio
5) Una noche, mientras cenaba, me eché una entrevista que le hicieron a Esteban de hora y media. Si ya era fan, me volví 3 veces más. Me encantó su historia, su voz, ¿y qué crees?, sí era el de la foto jajaja 🙂
Está joven y guapo (y es MUY reservado con su vida privada, entonces no sabría decirte si está disponible).
LA EVOLUCIÓN DE LA RELACIÓN
Una cosa llevó a la otra.
Empecé a consumir mucho más material de él… Digamos que me envicié, y brujita, créeme cuando te digo que platicar con él es un agasajo.
Es como tener orgasmos cerebrales.
Así que pasó lo que tenía que pasar.
No, no me acosté con él, jajaja.
Digamos que la frase esa que dice que “el maestro llega cuando el alumno está listo” me cayó como anillo al dedo.
Esteban ha sido el puerto seguro al que he recurrido durante los últimos meses, en donde sólo he encontrado respuestas sabias y empoderadoras.
¿Me cambió la vida en un dos por tres? No, porque él no promete volverte millonaria con 2 apps en 10 minutos.
Pero el tiempo que llevo de ser su coachee (o como se diga cuando eres una especie de discípula de alguien) no lo cambio ni por Duvalín… ¡y mira que me gusta el Duvalín!
Todos los días le dedico al menos dos horas a la mentoría de Esteban, y de verdad te lo digo: ME EN-CAN-TA-RÍA poder dedicarle ocho. ¡¡No tienes idea cuánto aprendo!! Es como una sapio-adicción (en mi diccionario, dícese de cuando te vuelves adicta al conocimiento).
Sé que poner las expectativas tan altas a veces sale contraproducente.
Me ha pasado con miles de películas.
Ejemplo:
– Mamá, esta movie está que te mueeeeres.
(Mi mamá corre a verla)
– Pues así que digas WOW, no, ¿eh?
O sea sí está bien, pero no me encantó.
Yo creo que exageraste… En fin, cada quien.
TTTEEEEPEEEECCCOO.
Pero no me importa.
Creo que cuando uno encuentra algo –o a alguien– que vale tu dinero, tiempo y esfuerzo, ¡¡hay que compartirlo!! Como dicen por ahí: hay que normalizar las reseñas. Y una recomendación boca a boca (o post a post) al final del día es una reseña de 5 estrellas.
Mis siete razones
Finalmente, te comparto mis 7 razones poderosas para que tú también te animes a contratar a un mentor que te ayude a CREER y CRECER tus ideas, aspiraciones, y por añadidura, tu negocio:
1) PORQUE TE GUÍA. Cualquier duda que tenga, a la hora que la tenga, Esteban está ahí para asesorarme, para soplarme qué flechita del camino seguir.
2) TAMBIÉN TE REGAÑA. Un día le mandé un mensaje llorando y me puso como lazo de cochino… Luego entendí que fue por mi bien.
3) TE ORIENTA. Me ha apoyado en todos los temas: desde cuánto cobrar y cómo identificar a mi cliente ideal hasta los veintitantos tipos de mails que hay y cómo usarlos para conectar, crear comunidad y vender más.
4) TE EXIGE. Digamos que si echas la flojera, “no tienes tiempo” o no es prioridad, te mete orden. También es fantástico porque si quieres aprender más, está dispuesto a enseñarte. En otras palabras: dependiendo de la medida de tu vaso es el agua que le echa, pero ojo: no acepta mediocridades ni poquiterías.
5) TE COMPROMETE. Yo no sé tú, pero un trauma que tengo es “cumplir mi palabra”. Sí, a veces quedo mal, pero eso casi no me pasa cuando trabajo en equipo porque he entendido que no sólo me afecto yo, sino que también perjudico al de enfrente, y eso sí no se vale.
6) TE INSPIRA. Esteban también es humano, también hay días que está cansado, agobiado, muy ocupado… Pero ni en esos días deja de cumplir su meta del día. A mí esa gente con voluntad de acero la verdad me motiva porque yo soy más emocional y requiero esa estructura para organizarme. Porque si hacemos las cosas sólo “cuando nos nace”, pues good luck.
7) TE CAMBIA EL CHIP. Creo que esta es la parte más importante, por eso la dejé al final. Aunque también es la parte más íntima para compartir porque caras vemos, creencias limitantes no sabemos.
Así que elijo ser muy prudente en este momento, y sólo te diré que para agrandar tu vasito (y tener más impacto, influir sobre las personas y recibir más dinero) no basta con afinar la parte operativa de tu negocio; la mentalidad tiene muuuuucho que ver.
Y tener a alguien con quien desahogarte –cuando te pasan cosas padrísimas y otras no tanto– para después reflexionar y actuar desde otro lugar es una GOZADA.
Así que gracias a la vida por presentarme a Esteban <3
By the way, si llegaste hasta aquí o le adelantaste hasta aquí, it’s OK! Puedes escuchar a Esteban en la entrevista que le hizo Cris Mendoza para Bla-bla-blá Podcast, donde platicaron sobre un tema súper interesante: ¿CUÁNTO VALGO? ¡¡Imperdible!!
Escúchalo aquí:
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: