
Hay una frase que se le atribuye a Albert Einstein (no tengo idea si verdaderamente la dijo él, pero siempre que la pienso o la digo pienso en él, así que a lo mejor si es de él…)
“Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados.”
Desde la primera vez que la escuché me ha cimbrado y constantemente la hago presente motivándome a hacer las cosas diferentes y descubrir nuevas experiencias que me ayuden a acercarme más a una versión más auténtica de mí.
Hacer cosas diferentes para obtener resultados diferentes, me mantiene explorando nuevas formas, y nuevos retos, sin embargo, cuando trabajo en mi proceso de desarrollo personal, y siento que hice un proceso importante, a veces, siento que no es muy notorio, ni para mí ni para el mundo, aunque sienta por dentro que algo enorme cambié. Sin embargo, creo que para que ese cambio se note requiere de muchos pequeños cambios, que al paso del tiempo, la suma de estos muchos pequeños cambios, van a conformar un proceso de transformación evidente.
También hay cambios de forma y de fondo. Por ejemplo, un cambio de forma es cuando estás en un proceso y dices necesitar un cambio, y vas al salón de belleza; el pelo que te llega a la cintura, te lo cortas de tres centímetros de largo. Cuando te ves al espejo no te reconoces o te sorprendes lo diferente que te ves. Pero, la que habla y siente es la misma, ya que no te estás viendo en el espejo todo el tiempo; se te olvida que no te ves igual a la que eras, sin embargo, eres la misma: con el mismo carácter, con la misma actitud y forma de sentir y pensar, incluso los mismos miedos, creencias y patrones.
El cambio de fondo, es: por ejemplo, en tus relaciones con pareja, te pasa que sientes que tarde o temprano el galán en turno te va a dejar, buscas hacer las mejores cosas para que él se sienta cómodo contigo sin embargo sientes que es cuestión de tiempo para que vea a otra y se vaya, descubres que esto tiene que ver con una creencia que te hace sentir que no eres suficiente y que por lo tanto eres “dejable” así que trabajas en tus creencias, y tu proceso personal y descubres que lo que detona esa creencia es tu relación con tus padres y tus hermanos de cuando eras niña. Haces uno (o varios procesos) sanando esta relación y empiezas a ver relaciones en tu entorno de hombres que se quedan y que te parecen significativas. Luego empiezas a sentir que sinceramente eres una persona con quien es muy agradable estar y entiendes que no tienes que hacer nada para que él se quede mas que ser tú, y entonces ves que tu pareja no quiere ir a ningún lado…
Al parecer sigues siendo la misma, pero algo cambió dentro de ti y eso genera un cambio en tu vida; algunas veces no lo notas de forma importante, pero poco a poco te empiezas a dar cuenta que el cúmulo de varios procesos de estos te llevan a un lugar diferente.
Es así como vamos generando un cambio -o muchos- en nuestra experiencia de vida. Haciendo cosas diferentes en lo pequeño para que el cúmulo genere esa confianza, reconocimiento y admiración a ti misma que se convierta en un reflejo en tu cotidianidad, y en el sentir de tu vida. Que al final del día lo que buscamos todos los seres humanos en la vida es sentirnos en bienestar y armonía en nuestras vidas.
Entonces, si lo que estás viviendo en tu vida no te gusta… ¿qué te hace pensar que si sigues haciendo lo mismo eso va a ser diferente?
¿Qué tal si pruebas algo que nunca has probado y ves qué resultados te trae? Cambia el punto de vista, quizás descubres que no tenías una perspectiva completa para tomar decisiones adecuadas para ti en estos tiempos y ves que hay creencias que si las cuestionas y cambias, algunas pequeñas cosas dejan de funcionar como antes, y te liberas de experiencias que te limitan. Así haces un cúmulo de pequeños cambios para conseguir ver cambios transformadores en tu vida, ¡que te vuelva cada día más cercana a lo que siempre has soñado ser! Finalmente es tu vida, ¿no valdría la pena… y la alegría intentarlo?
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