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…de pandemia…

Ya tenemos 5 meses y contando… y como van las cosas parece que van a ser más, no sé cuánto más, pero algunos meses más. Ya empezamos a encontrarle “cuadratura al círculo” y aprendemos a vivir con lo que tenemos.

Al inicio de la pandemia entre miedo, agobio y preocupación todos nos asustamos y buscamos la mejor manera de pasar por los días, queriendo entender lo sucedido, buscando mantenernos a salvo, informándonos a toda hora, queriendo encontrar responsables y que alguien nos dijera con total certeza ¡¿qué pasaba y cómo lo solucionarían?! Algunos incrédulos, otros aterrados, otros con calma, observando todo el movimiento llevarse a cabo.

Cuando nos llegó a México ya venía con todo de Europa y eso nos asustaba más por todo lo que se escuchaba que pasaba por allá, y comenzó a llegar a México por personas que venían de otros lados del mundo, y eso asustó. Creo que la incertidumbre es algo que nos pone en una situación difícil, y es lo que alimenta el miedo, y qué más incertidumbre que no saber qué está pasando en el mundo y que nadie tenga una explicación.

Creo que algo de lo que más molesta es que nos hayan sacado de nuestra zona de confort, sin preguntarnos ni darnos la oportunidad de elegir.

Pero… ¿qué no salen de este tipo de experiencias las grandes oportunidades?, ¡Claro que es un momento sin precedentes! y todos, sin excepción, hemos tenido que entrar a explorar y conectar con nuestros demonios, de una u otra forma, unos en infiernos más intensos que otros, pero todos hemos confrontado con aquello de lo que hemos huido.

Es momento de cuestionarnos, de preguntarnos ¿qué tengo, qué hago y qué tan feliz soy con esto que tengo en mi vida? Si las respuestas son no me gusta lo que tengo, no me gusta lo que hago, me siento infeliz, o jodido… entonces tengo que empezar a ver qué puedo cambiar, porque si no le he cambiado antes es porque no creía que podía, o no lo quería ver, y ahora, en esta crisis probablemente sintamos que nos orillan a tomar una decisión (o varias) irremediablemente.

He escuchado tantas cosas en este tiempo, desde personas que se encuentran en una negatividad intensa viendo a todos los irresponsables, que no se cuidan, cómo se colapsa la economía y abre puertas a la delincuencia, viendo todo catastrófico.

Otros que están convencidos que esto es una conspiración de unos cuantos que quieren dominar al mundo y controlarnos a todos, poniéndonos chips para tener toda nuestra información. Otros más que creen que esto es una mentira y que el COVID-19 no existe, algunos más que creen que no les da, más que a personas de la tercera edad con enfermedades, y algunos otros que creen que el Dióxido de Cloro es la solución y otros que es veneno; que si es un virus de un murciélago o de un laboratorio chino, y así… todos partiendo de donde pueden con la información que tienen. Y lo más curioso es que cada uno tiene su propia verdad. Porque todos tenemos argumentos para respaldar nuestras versiones, y sí, quizás así es, hay más verdades que individuos viviendo esta pandemia.

Lo que yo creo es que es una oportunidad para entrar a nuestro interior, a explorar justo eso, todo lo que creo, lo pienso, lo que siento y lo que soy. Cada experiencia que vivimos en esta pandemia nos trae más información para cuestionar aquello que ya no sirve y poder cambiarlo, de una u otra forma, y ¿por qué así de drástico? Pues si lo hubiéramos hecho desde nuestros propios medios, no habría sido necesario tanto alboroto, además los que han trabajado y transformado su vida están viendo esta experiencia como una oportunidad, no como algo terrible y catastrófico.

Sí, así como hay personas que ven lo negativo, o la conspiración, o el control del mundo, habemos otras que lo vemos como una oportunidad, en muchos aspectos. He conocido mucha gente ayudando a otros, también he visto personas inventando cosas maravillosas para mejorar la experiencia que estamos viviendo, otros están creando nuevos negocios y aunque sí se ha colapsado la economía, quizás era algo que debía colapsar, para que podamos inventar una nueva forma de relacionarnos económicamente.

Hemos dado un respiro al planeta, y todo ese tiempo que estuvimos más guardados el mundo descansó y se notó. Reconocimos que necesitamos darle un respiro a la naturaleza de forma consciente y repetirlo (sin pandemia, ¡claro!), y estar en casa y vernos dentro (mucho o poco, no importa) nos da la oportunidad de reconocernos y saber qué vemos y qué sentimos de nosotros mismos.

Algo muy importante que he visto es que la violencia intrafamiliar ha aumentado enormemente y esto nos dice que hay cosas muy importantes por hacer en estos temas acerca de respeto, valor y autoestima, que ayude a los agredidos sean mujeres, hombres, niñas o niños a reconocer su valor y a impedir ser maltratados, pero esto es tema de todo un artículo, aquí solo quiero mencionarlo, porque sí creo que es importante poner atención a esto.

Las relaciones que sostenemos están basadas en procesos distorsionados, y evidentemente esto es algo que está emergiendo dentro de esta experiencia porque son esos demonios que debemos enfrentar. El agresor está enojado y frustrado y no se contiene, y el agredido no sabe cómo defenderse, ninguno, estoy segura, querría estar en el papel en el que está, sin embargo, no saben cómo cambiarlo… así que solo siguen creciendo esa bola de nieve.

Apoyemos y busquemos nuevas formas de relacionarnos para apoyar a aquellos que necesitan ayuda en estas situaciones tan difíciles. Ya no se puede ocultar, y esto es parte de lo que trae esta experiencia, aquello que necesitamos ver para transformar.

Si hay cosas que cambiar, de forma cercana o en nuestro entorno, en nuestra sociedad, y hay que aprovechar este tiempo para dar un giro al mundo hacia donde lo podamos ver florecer y vibrar positivamente.

Son tiempos de cambio, de despertar, de conciencia, de hacernos responsables de nosotros mismos, y de hacer todo lo que se pueda por nosotros y por lo que nos rodea. Este mundo como está es nuestro, y es responsabilidad de nosotros hacer algo para verlo brillar, poco o mucho, cada quien puede aportar, ¡hagámoslo! ¡Cada uno aportando podemos cambiarlo!


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