Caminar por calles y avenidas debería ser una actividad segura para todos, pero la realidad es que los atropellamientos continúan siendo una de las principales causas de lesiones graves y discapacidad permanente. Desde fracturas y contusiones hasta amputaciones traumáticas, las consecuencias pueden cambiar la vida de una persona en un instante.

Los datos son alarmantes: cada día, alrededor de 75 personas sufren una amputación en el país debido a distintas causas, y una gran parte de estos casos está relacionada con accidentes viales que involucran a peatones y motociclistas.


Un problema creciente: el atropellamiento de peatones

De acuerdo con reportes oficiales recientes, los vehículos particulares son responsables de la mayoría de los atropellamientos, seguidos de las motocicletas, vehículos pesados, autobuses y transporte público. En zonas fuera de las grandes ciudades, también se registran accidentes graves en vías de tren.

Entre las personas más afectadas por este tipo de siniestros están los peatones, seguidos de motociclistas y ciclistas, quienes enfrentan mayor vulnerabilidad debido a su exposición directa al impacto.


Las amputaciones traumáticas: una consecuencia devastadora

La amputación traumática es la pérdida repentina de una extremidad o parte de ella, generalmente causada por un accidente grave. Puede afectar dedos, manos, brazos, pies o piernas, y no solo implica una lesión física, sino también un impacto emocional profundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año entre 20 y 50 millones de personas en el mundo sufren traumatismos por accidentes vehiculares que no resultan mortales, pero sí generan discapacidades permanentes. En el caso de la amputación, las consecuencias incluyen:

  • Pérdida de movilidad y autonomía.

  • Cambios en la forma de realizar actividades diarias.

  • Riesgo de depresión y ansiedad.

  • Necesidad de rehabilitación prolongada.


Más allá de los atropellos: otras causas de amputación traumática

Aunque los accidentes viales son una causa importante, las amputaciones traumáticas también pueden producirse por:

  • Accidentes laborales.

  • Caídas desde grandes alturas.

  • Explosiones e incendios.

  • Lesiones por arma de fuego.

  • Operación de maquinaria pesada.

Estas situaciones suelen implicar contextos de alto riesgo, por lo que la prevención y el uso de medidas de seguridad son esenciales para reducir las cifras.


Historia real: Yao Díaz y su nuevo andar

A los 20 años, Yaotzaneth “Yao” Díaz sufrió un accidente que cambió su vida. Un vehículo de transporte público la atropelló, ocasionándole múltiples lesiones, desde la cabeza hasta los pies. Tras varias intervenciones quirúrgicas, logró recuperarse, pero el dolor constante en una pierna persistía.

Finalmente, tomó la difícil decisión de solicitar la amputación. Hoy, Yao utiliza una prótesis y ha reconstruido su vida con independencia y optimismo.

«Uso el transporte público, camino, corro, bailo y juego. Trabajo, viajo y paso tiempo con mi familia y amigos. Incluso he sido modelo y actriz de doblaje. El accidente cambió mi cuerpo y mi manera de moverme, pero ahora disfruto más que nunca la vida», comparte.

Su historia es un ejemplo de resiliencia y de cómo, con rehabilitación, apoyo y la tecnología adecuada, es posible recuperar la movilidad y la independencia.

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La relación entre accidentes viales y discapacidad permanente

Un atropellamiento no siempre causa lesiones leves. En muchos casos, la magnitud del impacto provoca lesiones tan graves que el daño es irreversible. La pérdida de una extremidad afecta no solo la capacidad física, sino también la salud emocional y social de la persona.

Además, las personas que sufren amputaciones requieren un proceso de adaptación que incluye:

  • Rehabilitación física intensiva.

  • Entrenamiento para el uso de prótesis.

  • Apoyo psicológico para afrontar el cambio.


Prevención: clave para salvar vidas y evitar lesiones

La seguridad vial para peatones es responsabilidad compartida entre conductores, autoridades y quienes caminan por las calles. Algunas medidas clave para reducir los atropellamientos incluyen:

  • Respetar los límites de velocidad, especialmente en zonas escolares y residenciales.

  • Usar cruces peatonales y semáforos.

  • Evitar el uso de dispositivos móviles al caminar o conducir.

  • Incrementar la señalización y la iluminación en las vías.

  • Fomentar campañas de educación vial.

¿Y el impacto social? Además del impacto personal, las amputaciones traumáticas tienen un costo social y económico considerable. La persona lesionada puede perder su capacidad laboral, requerir tratamientos costosos y necesitar adaptaciones en su entorno. Esto afecta tanto a las familias como a los sistemas de salud y seguridad social.


Un llamado a la conciencia y la acción

Los atropellamientos son prevenibles. Respetar las normas de tránsito y mantener una cultura vial responsable puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre la independencia y la discapacidad permanente.

La historia de Yao es un recordatorio de que, aunque es posible reconstruir la vida después de un accidente, la prevención siempre será la mejor estrategia.

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El impacto psicológico y social de las amputaciones traumáticas

Una amputación traumática no solo representa la pérdida física de una parte del cuerpo, sino que también desencadena un proceso emocional y social complejo. La persona afectada debe adaptarse a un nuevo estilo de vida, y este cambio puede implicar desafíos en varias dimensiones.

En el plano emocional, es común que aparezcan sentimientos de tristeza, frustración, enojo o incluso negación. La repentina alteración de la imagen corporal y la necesidad de depender de otros en las primeras etapas de recuperación pueden generar inseguridad y afectar la autoestima. Por ello, el acompañamiento psicológico es fundamental para facilitar la aceptación y fomentar la resiliencia.

A nivel social, las barreras no siempre son físicas. Aunque las prótesis y dispositivos de apoyo permiten recuperar gran parte de la movilidad, aún persisten estigmas y prejuicios que pueden dificultar la reintegración laboral o social. Muchas personas enfrentan miradas de curiosidad, discriminación o falta de accesibilidad en espacios públicos y transporte.

En este contexto, la educación y la sensibilización social son herramientas clave. La inclusión no se trata solo de adaptar infraestructuras, sino también de promover actitudes positivas que reconozcan la capacidad y autonomía de las personas con discapacidad.

El impacto económico tampoco es menor: las prótesis, las terapias de rehabilitación y las adaptaciones del hogar representan costos significativos que, en muchos casos, no están cubiertos por los sistemas de salud. Esto puede generar una carga financiera para las familias y limitar el acceso a recursos que mejoren la calidad de vida.

En definitiva, una amputación traumática cambia la vida por completo, pero con el apoyo médico, psicológico y social adecuado, las personas pueden recuperar su independencia, integrarse plenamente en la sociedad y demostrar que la discapacidad no define el potencial humano.


Caminar seguras por nuestras calles debería ser un derecho garantizado para todos. Un solo segundo de distracción al volante puede cambiar para siempre la vida de una persona. La seguridad vial no es solo una norma: es un compromiso humano.

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Fuente: Ottobock, modificado por Mariel Gadaleta.
Fotos: Freepik 


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