A esta altura del año, muchas personas comienzan a hacer un balance de lo vivido y a plantearse nuevas metas, proyectos y emprendimientos. Nos toca cerrar y abrir ciclos. Muchos se han planteado renunciar a un trabajo o empezar uno nuevo, dejar a la pareja, mudarse de ciudad o les ha tocado despedir a un ser querido.

En lo personal, este año cerré un capítulo en lo laboral con el medio donde trabajé durante nueve años. En este proceso de voltear la página y seguir adelante experimenté distintas etapas, como en una separación de pareja. El apego me impidió soltar con facilidad. Creía que las cosas iban a mejorar y que podía seguir, pero llegó un momento en el que tomé la decisión y me sentí preparada para avanzar. He guardado recuerdos impresos y en mi mente mantengo los momentos más agradables con mis compañeros. Esa ha sido mi terapia de sanación, así como agradecer el aprendizaje y lección de vida.

Dice la terapeuta familiar Cristina Stecca, en su libro Cerrando Ciclos Vitales, que un buen cierre está ligado al agradecimiento. Un mal cierre está vinculado al resentimiento o a la negación.

Más allá de cada proceso particular de transformación, si miramos a nuestro alrededor nos daremos cuenta cómo cambia nuestro entorno, vecinos, amigos, familiares y compañeros. Por ejemplo, mi vecina, de 70 años, con 22 años viviendo en mi edificio, en cuestión de dos meses puso en venta su apartamento y se mudó a otra ciudad, junto a sus hijos. Casi una vida en un lugar, pero le tocó decidir, cerrar un ciclo y abrir otro en nuevas tierras.

Y así muchas otras realidades de amistades que tomaron otros destinos y se han ido del país para buscar mejor calidad de vida. Padres que, con mucho dolor, han tenido que despedir a sus únicos hijos que decidieron emprender rumbos a tierras lejanas, con el desconcierto de no saber cuánto tiempo pasará para volverse a ver y abrazar.

“Es importante aprender a reconocer cuándo ciertos procesos se han vencido y se hace necesario cerrar, despedirse, renunciar, decir adiós”, afirma el psicólogo Renny Yagosesky.

‘Solo dejando de ser lo que somos, podemos ser diferentes’ ha señalado con acierto el neurocientífico Joe Dispenza, agrega el conferencista. “En la pareja, en el trabajo, incluso en la salud resulta vital reconocer los ‘puntos de quiebre’ y tener el coraje de movilizar la atención y la energía en direcciones diferentes”, acota el escritor y conferencista. (@doctorreny)

Si estás atravesando algún proceso de “pasar la página” y ya tomaste la decisión de avanzar y emprender un nuevo tiempo de florecer, entonces ten conciencia de ti misma, de tus relaciones y que la vida es un constante cambio.

Algunas recomendaciones serían:

*No te aferres a nada ni a nadie

*Admite la situación y reconoce responsabilidades

*Acepta que la situación forma parte de tu experiencia de vida y te hará crecer

*Aprende a decir adiós

*Agradece la experiencia y avanza a emprender nuevos proyectos

“Aceptar las cosas como son. La vida parece tener su propio mapa y sus propias reglas. Y ese código encriptado se nos oculta y nos vemos siendo conducidos por sendas a veces inescrutables y misteriosas que no siempre nos agradan. Tarde aprendemos que lo que es, es; que al final todo lo que existe pasa y que es mejor aprender a vivir en comunión con lo que hay. La lección está clara. El asunto es si logramos comprenderla”, indicó el psiquiatra Renny Yagosesky.


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