¿Cómo educar desde el feminismo? La idea es hacerlo desde la igualdad con la finalidad de lograr una sociedad equitativa, igualitaria e inclusiva, en todos los sentidos.

Educar infancias feministas es buscar y promover un cambio en las bases sociales de privilegios establecidos históricamente para (y generalmente por) el género masculino.

El feminismo es la herramienta más útil para educar a tus hijas e hijos en igualdad real.

Los datos nos dan un panorama actual nada alentador: las niñas a partir de los 6 años se sienten menos inteligentes que los niños. Viven en un mundo rosa lleno de princesas, juegos de comidita, bebés que toman mamila mientras que el de los niños es azul con futbolistas y piratas que no lloran.

La culpa es de los estereotipos: referentes culturales que enseñan a las niñas y niños cómo tienen que expresarse, comportarse y relacionarse.

A las niñas se les enseña a ser sumisas, tranquilas y obedientes, mientras que a ellos se les corta de raíz la sensibilidad, estarán destinados a ser fuertes y valientes. ¿Cómo formar personas libres, seguras de sí mismas y respetuosas sin importar su sexo?

¡Qué nada nos debilite!, eduquemos desde el feminismo. Foto: Regina Pivetta en Pexels

¡Qué nada nos debilite!, eduquemos desde el feminismo. Foto: Regina Pivetta en Pexels

Es momento de romper con esos estereotipos

Desde Mujeres Vivas, Mujeres Libres te dejan algunas recomendaciones que te ayudarán a romper los estereotipos en tu familia. El primer lugar de cambio es casa, lo que las infancias aprendan ahí, será llevado a otros espacios.

  • Dejar de decirles a los niños que “se porten como un hombre” y que “no lloren”, o que “corren como una niña”.
  • Cambiar el discurso con las niñas, nada de “pórtate como una señorita”, o “las niñas no hacen eso”.
  • Fomentar en las niñas el liderazgo, la valentía y el espíritu de lucha.
  • Cambiar la noción de que los niños no tienen qué ser siempre fuertes, poderosos y valientes.
  • Dar la oportunidad a los niños de ser sensibles, respetuosos, empáticos y comunicativos. Los sentimientos no tienen género, y los niños a los que se permite desarrollar su sensibilidad tienden mucho menos a recurrir a la violencia física para resolver sus frustraciones.
  • Nuestras niñas y niños tienen que saber que vivimos bajo un sistema patriarcal que favorece al hombre, para que los niños aprendan a usar sus espacios de poder para ser aliados contra el machismo,  y las niñas aprendan a apropiarse del espacio que les corresponde por justicia.
  • Educar sin violencia, sin discriminación y fomentar en ellas y ellos la comunicación, la empatía y la tolerancia.
  • Enseñar a las niñas que ellas tienen la oportunidad de decidir sobre sus vidas y futuro: si quieren ser madres, profesionistas, deportistas, todas las anteriores, o incluso, por qué no: presidentas.
  • Dar libertad a nuestras infancias para que se expresen como quieran.
  • Poner el ejemplo en el cambio de roles y hacer esfuerzos por mostrar referentes de mujeres diversas en todos los ámbitos.
  • Enseñar a las niñas que no necesitan cambiar quiénes son para ‘gustar’ a la sociedad.

Parece una tarea enorme, pero si educamos a las infancias en el concepto real de igualdad, es decir, en el feminismo, les estamos ayudando a construir un futuro mejor donde puedan por fin crecer y convertirse en adultos en una sociedad que se parece más a la que esperamos puedan disfrutar.

Fuente: Mujeres vivas y libres

Ahora, no te pierdas este ejercicio en video en el que vemos cómo todas y todos sí traemos roles muy establecidos en la cabeza: pongámosle fin:



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