Pensar en el futuro genera ansiedad. El no tener la posibilidad de conocer y tener control sobre lo que va a suceder nos pone al borde de un precipicio, en el que al final nos espera una nube de fatalismo, negativismo e incluso depresión, si no tenemos la capacidad de entender que somos los únicos responsables de sincronizarnos con lo positivo, de apartar lo malo y de tener amplitud para ver que es posible ponernos en sintonía con el sinfín de bendiciones que la vida y el universo tienen para nosotros. ¡Conéctate con el optimismo ahora!

¿Dónde quedó?

Ciertamente las circunstancias bajo las que ha transcurrido el 2021 –producto de la pandemia– nos ha hecho vivir de manera improvisada, bajo la práctica de una serie de restricciones sociales a las que no estábamos acostumbrados, y que nos han puesto en la obligación de entender que el optimismo va más allá del simple hecho de cómo afrontamos el día a día.

Lo que nos deja el 2020

Mucho se ha hablado de la nueva normalidad, que no es más que la realidad vista desde otra perspectiva en la que no nos había tocado estar. Pero yendo más allá, este año también nos ha enfrentado de manera generalizada a una gran lección: la posibilidad de practicar la resiliencia desde su perspectiva más amplia, entendiendo que todo cuanto sucede –aunque en el momento no lo entendamos– tiene un propósito en la vida. Que la práctica de ser responsables con nosotros mismos y de ponernos en el lugar del otro, nos hace más compasivos ante las necesidades de los demás.

De lo malo, lo bueno

La sensación de haber vivido un año perdido es una de esas consecuencias negativas que sentimos nos ha dejado este 2020, particularmente por los meses de confinamiento y medidas restrictivas que no sólo afectaron nuestras formas tradicionales de socializar, sino que pusieron a tambalear la economía en todos sus niveles; de modo que esa sensación de incertidumbre muy difícilmente se pueda superar si no estamos abiertos a entender que lo negativo también trae consigo cosas positivas. La principal de ellas que el tiempo da para todo, y que compartir con nuestros afectos en el calor del hogar no tiene precio.

 

El transcurrir de este año tan convulso también nos demostró que lo que efectivamente vale es la energía y la fe que le imprimimos a todo; que desde nuestras creencias –sea cual sea la religión que profesemos– el hecho de que las cosas funcionen va directamente relacionado con la fe que se les pone, por algo se dice que fe es tener la certeza de lo que no se ve, así que, si lo ves materializado y lo pides con la certeza de que es así, las posibilidades de que te sea concedido serán más elevadas.

Para este 2021

Agradece al despertar diariamente por todo cuanto tienes y por lo que no también. Esta acción es un paso que te libera del miedo y la negatividad, mientras te acerca al amor y a la aceptación.

De igual modo intenta compartir con el otro lo que sabes. Tus conocimientos son valiosos y por muy pequeño que sea, los pensamientos compartidos tienen la posibilidad de generar un cambio de perspectiva en tu receptor.

Todo esto nos pone en la obligación de practicar lo aprendido, a fin de conectarnos positivamente con el nuevo año que está por venir, entendiendo que por ahora resulta improbable tener una fecha de caducidad para la pandemia.

Conéctate con el optimismo. Foto Freepik

Conéctate con el optimismo. Foto Freepik

Controla, respira y medita

La capacidad de controlar la respiración está profundamente asociada al hecho de poder entender y cambiar emociones negativas. En pocas palabras, es la manera de tomar el control tu vida, así que date tu tiempo para relajarte, meditar cerrando los ojos, tomar aire profundamente y exhalar para liberar toda carga o tensión, expandir el reconocimiento individual y lograr establecer una conexión total con tres de los elementos claves de nuestra integridad humana: la mente, el cuerpo y el espíritu.

Domina tu mente

Si algo nos sabotea es la mente y su empeño en no parar de generar, en momentos de tensión, pensamientos negativos y pesimistas. No permitas que ellos cobren fuerza, identifícalos rápidamente y evita que sean ellos quienes dominen tu accionar.

Cuida lo ves RRSS

Si algo negativo tienen las redes sociales es su capacidad para distribuir masivamente cualquier tipo de información, sobre todo no confirmada, que pone en riesgo tu salud física, emocional y tu paz. No permitas que esto suceda, filtra.

Visualiza el éxito, si lo imaginas, eso que tanto anhelas lo atraerás a tu vida. Es importante mantenerse en paz y tranquilo, entendiendo que hay cosas que están fuera de nuestro alcance.

Cultivar el bienestar nos ayudará a influenciar lo que está a nuestro alrededor y cambiar de perspectivas.



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