Sí, es cierto: tu pareja es con quien compartes la cama y la vida… y también solemos verlo como amigo incondicional pero, ¡detente! Hay cosas que por más confianza que tengan, no debes contar…
Cuando nos enamoramos profundamente, en aras de ser trasparentes solemos convertirnos en un baúl sin llave con esa persona que nos demuestra confianza y respeto pero hay cosas que al decirlas, pueden causar conflictos.
Siempre tenemos esa primera vez que nos demuestra que no debemos hacerlo, así me pasó a mí, seguramente a ti también. ¿Qué decir? ¿Qué no? ¿Cómo decirlo? Son piezas claves para ser una parlanchina enamorada.
No lo digas…
- Lo que pasa entre amigas, entre amigas se queda: tenemos la mala costumbre de contarle a nuestra pareja todo lo que pasa cuando salimos un viernes de chicas. ¡Eso de no debe pasar! Se supone que hablamos de cosas que puedan incomodar a tu pareja o hacer otras que aunque sepas que no ponen en riesgo tu relación, al contarlas, empiezan los conflictos…
“Oye María mira aquel chico, qué guapo está”: ¿te imaginas que tu novio se entere que tu mirada estaba centrada en las pompas de un chico? Y no solo eso: nuestro novio está enterado de la vida ENTERA de nuestra amiga… ¿¡Pooooor?!
- Los anteriores encuentros sexuales, deberían ser secretos hasta la tumba: estas confesiones que resultan incomodas y a veces irritantes, suelen causar traumas que se manifiestan en el futuro de la relación.
Si tuviste alguna excelente experiencia pasada, exploraste cosas nuevas y atrevidas en el sexo, tu nueva pareja no tiene que saber esto. Pero ojo, hay personas que son open mind y este tipo de confesiones no los acompleja. ¿Qué tan liberal puede ser tu amorcito? Una nota: no le creas cuando te dice que estará súper cool con el número de parejas sexuales que has tenido. De hecho: ni debería de cuestionarlo.
- No se dice cuánto ganas: decir exactamente cuál es tu sueldo, es un arma de doble filo. “Amor compra tú el refri, ganas más que yo” aquí empieza el eterno dilema… para que esto no suceda y puedan hacer las cosas equitativamente, no divulgues tu estabilidad financiera. Evita problemas entre pareja.
Quizás decir un aproximado no está mal, pero nunca el monto exacto. Aplicar también en tus cuentas bancarias… Una amiga nos dijo alguna vez: de esta cuenta no quiero que se entere mi marido, una también necesita secretos.
- ¿Quién me pretende?: es de las cosas que más decimos cuando queremos dar celos o notarnos irresistible ante otros ojos… ¿es saludable?
Cuando le dices a tu pareja “aquel chicho me sonríe” automáticamente a tu pareja se le infla el pecho y pone cara de: “NO TOCAR.” Esto puede generar conflictos entre dos personas y sin necesidad, empezar a quebrantar la confianza y el respeto. PEEERO, si no te dice ni pío, puede ser que te «haga ruido» que no le moleste. «Me siente muy segura», quizá pase por tu mente.
Si te coquetean y todo va dentro de parámetros normales, sin irrespeto, acosos o amenazas, ¡no lo digas! Las mujeres tampoco tenemos memoria.
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