Cada 31 de agosto se celebra el Día Internacional de la Solidaridad, un fenómeno contagioso que beneficia a quien da y a quien recibe.

La solidaridad tiene importantes beneficios para la salud mental y el bienestar psicológico, ya que mejora la autoestima y ayuda a desarrollar las habilidades sociales, asegura el presidente de Psicólogos Sin Fronteras, Guillermo Fouce.

Otros beneficios de las acciones solidarias, como el voluntariado, por ejemplo, son la integración social, el alivio de miedos o ansiedades y la adquisición de conocimientos y habilidades. Además, aunque la solidaridad no suele ser correspondida con una remuneración económica o material, sí que revierte en una reciprocidad en forma de «gratitud o beneficios sociales, como el reconocimiento del trabajo realizado», afirma Fouce.

La solidaridad es recomendable para personas que están pasando por momentos difíciles o que tienen problemas para socializar e, incluso, puede ser beneficioso para aliviar el estrés, ya que «refuerza el apoyo social y aporta más recursos y armas para combatirlo».

Además, se trata de un fenómeno contagioso, ya que es fácil que la persona solidaria influya para que las personas de su entorno realicen este tipo de acciones. Fouce también asegura que «la solidaridad que se vuelca en otros también repercute en que ellos se sientan con la necesidad de devolverlo a la sociedad».

Origen de la fecha

El 15 de noviembre de 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas presentó una carta firmada por los representantes de Eslovenia, Malta, Bulgaria, Eslovaquia y Polonia para decretar al 31 de agosto como Día Internacional de la Solidaridad, siguiendo la línea que ya se había planteado en la Declaración del Milenio: la convicción de que el siglo XXI tendría que tener a la solidaridad como uno de los valores fundamentales para las relaciones internacionales.

En la Declaración del 31 de agosto como Día Internacional de la Solidaridad, la ONU recuerda que la solidaridad no sólo es un requisito de carácter moral, sino también una condición previa para la eficacia de las políticas de los países y los pueblos. Es una de las garantías de la paz mundial.

Las ONG de todo el mundo festejan cada 31 de agosto el Día Internacional de la Solidaridad para conmemorar la fecha del nacimiento del movimiento social polaco Solidaridad, fundado por Lech Walesa en 1980.

Vivimos un período de grandes diferencias sociales y el verdadero progreso no se logrará sin la cooperación entre todas las naciones y los pueblos para acabar con la pobreza. Debemos asumir la responsabilidad ante los que no pueden obtener los recursos suficientes para el desarrollo, cuyos derechos humanos y dignidad no se respetan. Todos ellos son nuestra preocupación común.

Tenemos que fomentar la solidaridad en todas sus formas para poder vivir en forma fraterna y en plenitud nuestros derechos y cuidar de los derechos de los demás.

La solidaridad es uno de los valores humanos más importantes, por el cual todos ayudamos y colaboramos con aquellas personas desfavorecidas. Al igual que la amistad, ayudar al otro nos hace mejores personas y nos mantiene más unidos día a día.

Ser solidario implica preocuparse por el bienestar de los demás y tomar la elección de actuar y colaborar para conseguirlo.


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