
Los disruptores endócrinos son compuestos presenten en productos de la vida cotidiana, desde esmaltes de uñas, shampoos y cremas corporales hasta toallas femeninas. Descubren cómo estos pueden impactar en tu fertilidad.
“Estos químicos afectan el sistema endócrino el cual se encarga de producir diversas hormonas”, indica Priscila Soler, nutrióloga experta en hormonas, con estudios en el Pacific Rim College en Canadá y co-fundadora de Holiherb.
Los disruptores endócrinos ¡imitan a las hormonas!
Así, los disruptores endócrinos tienen la capacidad de imitar, bloquear o alterar la acción de las hormonas y, en consecuencia, se afectan funciones tan importantes como el metabolismo, el crecimiento (en la infancia) el estado de ánimo y, especialmente, la fertilidad. 1 Por ello, es importante conocer los efectos de los disruptores endócrinos puesto que se les adjudica múltiples alteraciones ya sea por su ingestión, inhalación, absorción o contacto dérmico.
Si bien, existe una gran diversidad de productos con ingredientes que son disruptores endócrinos como contendedores plásticos de alimentos, pastas de dientes, insecticidas, limpiadores y detergentes, también hay otro grupo de productos que afectan directamente a las mujeres ya que son uso cotidiano en la cosmética y dermatología.
Entre los que se encuentran: shampoos, cremas corporales, barnices, protectores solares, maquillaje, perfumes y toallas sanitarias. “Cuando una mujer utiliza por décadas estos productos sí se afectan sus hormonas y puede estar presenta la infertilidad o el riesgo de abortos espontáneos”, destaca Priscilla Soler.
Por ejemplo, el algodón es la materia prima utilizada en las toallas sanitarias que se somete a procesos de producción donde se expone a pesticidas como el glifosato. 3 Otros disruptores endócrinos son: tolueno, formaldehído, ftalatos (como DBP o DEHP), TPHP y parabenos, entre otros.
Checa las etiquetas ¡tus hormonas te lo agradecerán!
Al adquirir tus cosméticos, productos dermatológicos o de higiene personal revisa que están libres de parabenos” y otros químicos. En el caso de tus esmaltes busca y adquiere etiquetados como “5-free”, “7-free” o “10-free”, lo que indica que no contienen ingredientes tóxicos.
Priscilla Soler indica: además de revisar las etiquetas también recomiendo el uso de nutrimentos a fin de mejorar la fertilidad y el balance hormonal. Por ejemplo, para las mujeres son clave el ácido fólico (idealmente en su forma activa: metilfolato), vitamina D, hierro, omega-3, zinc, coenzima Q10 y myo-inositol. Por su parte, en los varones los micronutrientes ideales son zinc, selenio, vitamina C, vitamina E, L-carnitina, omega-3 y antioxidantes para mejorar la calidad espermática.
“Antes de adquirir cualquier suplemento o multivitamínico te recomiendo revises que sus ingredientes estén libres de metales pesados como: plomo, cadmio, mercurio y arsénico, puesto que también son disruptores endócrinos. Así que busca marcas de calidad, como Holiherb, que tienen certificaciones y testeos con un tercer laboratorio que aseguran la pureza de sus ingredientes”, la nutrióloga indica Priscilla Soler.
Guía práctica para un santuario hormonal: cómo reducir los disruptores endócrinos en tu vida diaria
La información de la columna de al lado es poderosa, pero también puede ser abrumadora. Saber que desde tu crema corporal hasta el recipiente donde calientas tu comida pueden estar afectando tu balance hormonal puede generar más ansiedad que soluciones. Pero respira. La clave no es el pánico, sino la acción informada. Transformar tu hogar en un «santuario hormonal» o un espacio de baja toxicidad es un proceso gradual, una serie de pequeños cambios que, sumados, tienen un impacto gigante en tu bienestar.
Esta guía está diseñada para llevarte de la mano, habitación por habitación, dándote alternativas prácticas y sencillas para minimizar tu exposición a los disruptores endócrinos. No se trata de tirar todo a la basura hoy mismo, sino de tomar decisiones más conscientes en tu próxima compra.
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La revolución empieza en tu baño
Es el epicentro de la exposición diaria a cosméticos y productos de cuidado personal. Aquí es donde tus decisiones tienen un efecto más inmediato.
- Cuidado de la piel y maquillaje. La regla de oro es «menos es más». Simplifica tu rutina (skinimalism) para reducir el número de productos que aplicas.
Lee más allá del «sin parabenos»: Busca productos que también estén libres de ftalatos, fragancias sintéticas («parfum» o «fragrance» en la etiqueta) y filtros UV químicos como la oxibenzona en los protectores solares. Opta por protectores solares minerales (con óxido de zinc o dióxido de titanio).
Aceites Naturales: Considera usar aceites puros como el de jojoba, almendras o coco como desmaquillantes o hidratantes corporales. Son eficaces, económicos y libres de aditivos.
- Higiene femenina consciente. Como se mencionó, las toallas sanitarias convencionales pueden ser una fuente de exposición al glifosato y otros químicos.
Las Alternativas: Explora el mundo de las toallas y tampones de algodón 100% orgánico. Aún mejor, considera opciones reutilizables que eliminan la exposición y los desechos, como la copa menstrual (hecha de silicona de grado médico) o la ropa interior para el periodo.
- Cabello y uñas limpias.
Esmaltes «X-Free»: La etiqueta «5-free» o superior garantiza que tu esmalte no contiene los químicos más dañinos como formaldehído, tolueno, DBP, resina de formaldehído y alcanfor.
Shampoos Sólidos: Los shampoos en barra son una alternativa fantástica. Suelen tener fórmulas más limpias (sin sulfatos agresivos) y eliminan la necesidad de envases plásticos, otra fuente potencial de químicos.
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Tu cocina: el corazón (libre de plástico) del hogar
La ingesta es una de las vías más directas de exposición. Lo que usas para almacenar, cocinar y comer tus alimentos es fundamental.
- Adiós al plástico. Este es el cambio más importante que puedes hacer en tu cocina.
Almacenamiento: Invierte en recipientes de vidrio, acero inoxidable o cerámica con tapa. Son inertes, no liberan químicos en tu comida y duran para siempre.
Regla de oro: Jamás calientes comida en un recipiente de plástico en el microondas. El calor acelera la liberación de químicos como el Bisfenol A (BPA) y los ftalatos hacia tus alimentos.
Botellas y tablas: Cambia tu botella de agua de plástico por una de acero inoxidable o vidrio. Usa tablas de cortar de madera o bambú en lugar de las de plástico, que pueden liberar microplásticos.
- El fuego amigo: sartenes y utensilios
Evita los sartenes antiadherentes de teflón (PTFE/PFOA), ya que a altas temperaturas pueden liberar gases tóxicos. Las mejores alternativas para tu salud hormonal son el hierro fundido, el acero inoxidable y la cerámica de buena calidad.
Limpia tus Alimentos: Lava frutas y verduras a conciencia, incluso las orgánicas. Puedes usar un cepillo o una solución de agua con un chorrito de vinagre para ayudar a remover pesticidas y ceras.
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Un ambiente puro: el aire y la limpieza
Lo que respiramos y toca nuestra piel en casa también cuenta.
- Aromatizantes vs. aromaterapia. Los ambientadores en spray, los de enchufe y muchas velas perfumadas contienen un cóctel de químicos, incluyendo ftalatos para prolongar la duración del aroma.
La solución natural. Un difusor de aceites esenciales es la mejor forma de aromatizar tu casa de manera segura. Para las velas, elige aquellas hechas de cera de soja, abeja o coco con mechas de algodón y perfumadas con aceites esenciales puros.
- Limpieza eficaz y segura. No necesitas un arsenal de productos químicos para tener una casa limpia.
El vinagre blanco (desinfectante y desengrasante), el bicarbonato de sodio (abrasivo suave y desodorizante) y el jugo de limón son tus mejores aliados. Con ellos puedes crear limpiadores multiusos, para vidrios y para baños de forma económica y segura.
Emprender este camino es un acto de amor propio y de responsabilidad con tu cuerpo. Cada vez que eliges un producto libre de tóxicos, estás enviando un mensaje a la industria y, lo más importante, estás protegiendo el delicado y maravilloso universo de tus hormonas.
Fuente: Holiherb, modificado por Mariel Gadaleta
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