Cuando hablamos del DIY nos referimos a un concepto que tiene múltiples facetas. Muchas personas lo consideran simplemente como bricolaje. Sin embargo, en los últimos años ha ido más allá al representar, para algunas personas, toda una filosofía de vida.
Esto es así porque el DIY o “Hazlo tú mismo” no solo trata de construir cosas, sino de reutilizar y darle una segunda vida tanto a los muebles como a los objetos que tenemos por casa. Es decir, desde construir un sofá para la terraza con unos palets y una capa de pintura hasta restaurar ese mueble antiguo que dará ese toque tan chic a nuestra entrada.
Como ya sabemos, la gestión de los desechos es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos como sociedad. Por esta razón, la regla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar, es un buen lema para recordar en nuestra vida diaria.
Lo que necesitas para empezar en el DIY
Lo primero que necesitamos para adentrarnos de lleno en el mundo del DIY es definir un proyecto a ejecutar. La inspiración puede venir de múltiples lugares: desde cubrir una necesidad que nos surge, reciclar algún mueble vintage o incluso redecorar alguna estancia de nuestra casa.
Una vez decidido lo que queremos construir o modernizar, solo tendremos que reunir las herramientas necesarias. Lo ideal es que, poco a poco, vayamos invirtiendo en nuestro hobby. A continuación, te dejamos una lista con materiales recomendables para tu rincón DIY:
- Herramientas como destornilladores de diferentes tipos, máquina de taladrar y martillos.
- Adhesivos y sistemas de fijación: cola, silicona, selladores y resinas epoxi. Lo mejor es verificar si necesitaremos algún tipo de pegamento especial según el material que deseemos adherir.
- Es importante utilizar la pintura adecuada para el material a tratar. Si es madera es conveniente lijar y sellar adecuadamente antes de pintar.
- Otros materiales necesarios. Es fundamental revisar que tengamos todo lo adecuado antes de ponernos manos a la obra, ya que es muy frustrante tener que dejar un trabajo a medias porque nos falta un clavo o un tornillo determinado.
Una vez que tengamos todas las herramientas, una buena idea sería valorar el tiempo, el dinero y el esfuerzo que vamos a dedicar a nuestro proyecto DIY. En este sentido, no debemos eternizar los proyectos, puesto que corremos el riesgo de dejarlos aparcados en algún armario durante años. Por este motivo, sería mejor empezar con retos pequeños e ir incrementando la dificultad de los mismos a medida que vayamos atesorando más experiencia.
De hecho, el DIY puede llegar a convertirse en una oportunidad y en un modelo de negocio, tal y como señala este estudio de la UMH. Por otro lado, también sería importante aprender a gestionar nuestras expectativas y no ser demasiado perfeccionistas, ya que como dice el dicho: “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”.
Buscando inspiración
Una de las grandes ventajas de las que disponemos estos días, es que gracias a Internet tenemos todo un mundo de inspiración a nuestro alcance. Asimismo, encontramos redes sociales como Pinterest, en la que los enamorados del DIY suben sus trabajos para darlos a conocer.
Igualmente, en los últimos años otras redes sociales como TikTok han entrado con fuerza en este mundo. Sobre todo, con tiktokers como @cherieness, especialista en reutilizar y renovar esas prendas que viven en el fondo de nuestros armarios esperando una segunda oportunidad.
Aunque no lo parezca, las posibilidades son prácticamente infinitas: muebles, ropa, accesorios o juguetes para los más pequeños de la casa; la lista es casi interminable. ¿Has pensado ya cuál va a ser tu próximo proyecto? Si no se te ocurre nada, siempre puedes comenzar con esta funda para el portátil, y no te olvides de compartir el resultado enviándonos una foto.
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