amor

¿Cuándo nos creímos que el amor es solo esa versión apasionada y romántica entre parejas y que si no es así, entonces no es amor?

El amor tiene muchas formas y tiene poco que ver con lo que creemos que es y me refiero a esas escenas apasionadas, llenas de romanticismo y de conquista en las que uno da y el otro recibe a raudales y todo lo que ambos se dan es incondicional.

Las relaciones humanas son complicadas, es verdad, el momento histórico no nos lo pone fácil, comunicarnos es complejo, las costumbres y expectativas de las personas son universos paralelos y el «amor» no solo existe entre parejas, entonces; el amor tiene muchas, muchísimas formas: amor de familia, amor entre amigos, entre parejas (parejas y disparejas), el amor a los animales de compañía y hasta ciertas actividades y cosas que nos mueven y nos apasionan.

El amor es un sentimiento noble, nos han dicho que incondicional, pero honestamente creo que es lo que menos lo describe, pues al amar, al darnos, al entregar, al complacer, mínimo esperamos ser retribuidos de alguna manera.

Pero lo que me importa es compartir mi perspectiva sobre el amor, voy a hablar del amor de pareja y con la mía tengo años y años, porque el amor se transforma y tiene muchas formas: a veces es pasional y romántico y esa cara del amor nos encanta a todos, pero a veces, es solo enamoramiento, conquista, convencimiento, «llamarada de petate» diría mi abuela…

El amor como constante, es otra cosa. A veces tiene todo que ver con bajar la guardia, con escuchar, con acercar un vaso de agua o una cobija para ver la tele, la parte romántica de que alguien se quite la chamarra y se vaya en medio de un concierto a buscar un vaso con agua porque tienes sed.

El amor tiene que ver con tolerar en forma de respeto el desorden del otro, o que a veces no diga lo que tiene, el amor es preparar un café que a lo mejor no se toma la otra persona, o abrir una reja para meter un auto en casa.

El amor a veces es salirse de una reunión porque adivinas que el otro no la está pasando bien, o ir disfrazado a una fiesta cuando lo odias. El amor a veces tiene cara de bebés o más intenso aún, de hijos adolescentes con quienes compruebas en carne propia el significado de la la relación «amor-odio». A veces tiene forma de perro, de gato o de caballo, no se ofendan; también es amor y ese sí, de lo mas incondicional.

Yo siento amor por mis amigas y no me alcanza si les digo «te quiero», a veces tengo la certeza de decirles «te amo». Siento un profundo amor al leer un cuento por las noches a mis hijos o al mirar a mi esposo cuando toma una siesta y es un amor que no me alcanza en el pecho, ni en las manos, ni en los ojos. Siento amor por mis alumnas embarazadas cuando las tengo y cuando las conozco, aún si acaso las veo 2-8 veces.

Siento amor por los libros, los siento mis amantes, forman parte de mi vida y de la persona que soy y cuando los voy a terminar siento nostalgia, amo mi trabajo, amo con pasión escribir y hablar, y mejor aún; escuchar las historias y las emociones de las personas.

El amor tiene la forma de compartir o de respetar costumbres, de visitar personas que viven lejos, de hacer la llamada en lugar de mandar el mensaje, tiene la forma de mil preguntas: ¿Cómo te fue?, ¿Cómo estás?, ¿Cómo te sientes?, ¿En qué piensas?, ¿Qué comiste?, ¿Te gustó?, ¿Lo extrañas?… tiene la forma de mil frases: ¡Eres tan inteligente!, «te dejo descansar», «todo va a estar bien», yo sé como te sientes», «te entiendo», «gracias»… El amor hace que recorramos distancias, fronteras, que rompamos incluso con nuestra zona de confort en los detalles casi invisibles porque el amor es eso que no se ve, es lo que no ponemos en las redes sociales y a veces NO viene, ni se da, solo a una pareja. El amor se da a quien amamos o a lo que amamos, y tiene todo que ver con nosotros y no con el otro.

Yo quiero que mis hijos aprendan a observar, a dar y a recibir el amor en todas sus formas; porque a veces el amor también es decir «no», o poner «límites» o decir la verdad, decir la verdad sin filtros siempre es y será un acto de amor. Dar tiempo y servicio es un acto de amor. Alzar la voz por las minorías o por quienes no pueden o no lo hacen es un actor de amor, dar de lo que tienes y no de lo que te sobra es un acto de amor… amar es otro tema, por ahí aseguran que es un verbo, una acción y se interpreta también de mil maneras.

Pero regresando al tema y para no apartarnos, el amor por ejemplo, el amor bonito, el amor del bueno, no es verdad que todo lo soporta, a veces por amor dejas de soportarlo, o de rescatar al otro, por amor lo retas, lo impulsas, lo haces ver en sus mejores y en sus peores capacidades. El amor permite que el otro crezca, brille y quizá hasta se aleje, te alegra lo que le suceda en positivo y te hace sentir mas amor. Podría escribir más y más de mi interpretación del amor: lo veo en los ancianos que se escuchan o se miran y no pronuncian nada pero saben que están ahí uno para el otro, o en quien pasea a su perro bajo la lluvia, o quien lleva ropa a donar o da alimento a quien no lo tiene, veo el amor de los niños a sus maestros, el amor de amigos, el amor entre familia a los padres, a los hermanos, a los primos, a la familia extendida, a la familia por elección; veo el amor en los artistas a su música, a su obra gráfica, a sus letras… veo el amor de quien cruza la ciudad cada mañana y hace su trabajo con felicidad y agradecimiento. Veo el amor en las personas compasivas, bondadosas aún y si están solas, porque el amor tampoco tiene que ver con estar acompañado porque el amor, como tantas otras emociones valiosas y sentimientos viene de adentro…

Febrero es el mes del amor, pero no caigamos en la trampa… el amor es un acto cuantitativo, cualitativo, voluntario y espiritual, el amor a nosotros mismos es de los amores mas poderosos y trascendentales, el amor al prójimo en general es de lo más humano posible y a veces se nos olvida.

Aprovechemos febrero para hablar del amor, pero mejor aún, para practicarlo, para verlo, para reconocerlo y celebrarlo en todas sus formas… que el amor te encuentre, que el amor te llene, que el amor te mueva, que el amor te envuelva y que el amor te acompañe siempre, en todo lo que eres, en todo lo que haces, incluso a pesar de ti.

Con amor,

Karla Lara


Síguenos en redes sociales como @KENArevista: