Ya tengo un mes de encierro. Ha sido toda una aventura, pasando por todos los estados de ánimo, y todas las emociones. No creo escribir nada que alguien no conozca, solo quiero compartir mi experiencia, que seguro que, aunque todos estemos encuarentenados, cada quién la está viviendo diferente.
Estoy en la casa de mi tía porque pensé que era más fácil cuidar a mis papás que ya están al rededor de los 80, aquí, en un lugar con áreas verdes privadas, y una casa grande que tuve la fortuna que mi tía me prestara en un pequeño pueblo que está cerca de mi ciudad. Es un lugar que frecuento en un modalidad de retiro y proceso de desarrollo interno, así que ha sido un lugar que me invita al proceso y la reflexión. Y sí, mucho de eso he tenido, aunque no necesito estar aquí para cuestionarme, todo el tiempo lo hago, y eso me ha dado la oportunidad de ver que tengo algo de camino andado para sobrellevar esta experiencia.
He podido relacionarme con varios grupos de amigos vía zoom (como muuuchas personas en el mundo) ha sido muy divertido, y siempre sacando una reflexión interesante que nos permite avanzar en la conciencia de lo que veremos al salir de la cuarentena. He pasado por el miedo y la frustración del exceso de información en redes sociales, y también he llorado de risa con cientos de memes tontos y chistosos, y que por supuesto he compartido.
He escuchado muchos audios, e información que me ayuda a comprender las razones profundas de la experiencia que atravesamos y entro en paz cuando siento que he trabajado desde hace mucho tiempo para estar a la altura de estos tiempos. No sé qué va a pasar pero sé que va a ser bueno. Eso creo y eso visualizo, cada día con más claridad y conciencia, y me hace sentir en paz.
Veo el reporte de las 7:00pm algunos días, para enterarme de forma oficial de lo que se dice y a veces escucho alguna otra fuente de comentario noticioso para ver otro punto de vista, así poco a poco veo un perfil general de lo que cada vez más cerca comenzamos a vivir.
He sido muy consciente de la situación desde hace tiempo (y por eso tengo un mes en resguardo) porque tengo amigos en Italia, España, Francia, Alemania y USA y sé que lo están pasando mal en esos países… aunque mis cercanos están bien, porque no se han infectado o han salido bien librados de la infección, sin embargo, saben de cerca que la cosa ha estado ruda. Ellos nos advierten que nos cuidemos, y yo lo he hecho. Por mí y por mis padres, que hoy por hoy son las personas que están a mi cargo en este sentido. Por 23 años siempre estuve al pendiente de mi hija, ahora que es una mujer y vive por su cuenta y tiene pareja, la siento como que ella se cuida sola, obvio no dejo de pensar en ella y estar al pendiente, pero sé que está bien. A ciencia cierta está como loca con cuestiones de la escuela, así que esperemos que acabe pronto para que cuando se ponga la cosa más ruda pueda estar presente en lo que está pasando y pueda aportar energéticamente como todos lo estamos haciendo.
Así vamos todos, haciendo lo que podemos con la experiencia. Unos podemos quedarnos en casa, meditar, reflexionar, y trabajar. Otros no, y los entiendo y deseo que estén en buenas condiciones y se estén cuidando para que no se infecten, y si sí, que sabemos que podemos ser varios, podamos salir pronto y bien.
Lo que sí me tiene muy sorprendida, es la actitud de muchas personas que agreden a las que se la están rifando en la calle y en los hospitales por nosotros.
No entiendo por qué tendrías que agredir a las personas que pueden salvar tu vida.
Como si fuera su intención contagiarte, además ni si quiera sabemos si ellos están infectados. Esto en vez de cuidarlos, honrarlos y ayudarlos, la respuesta es agresiva. Y bueno, es lo que comentaban unos estudiosos de cuestiones sociológicas en las noticias, que es parte de nuestra reacción social por la falta de información, y el miedo, la ignorancia nos hace responder de forma agresiva. Viéndolo bien así ha pasado en otros contextos, con los migrantes (nos quejamos de USA y estamos peores), con los homosexuales, con las mujeres, la violencia es nuestra forma de reaccionar ante lo que no entendemos y esta pandemia está sacando a la luz todo aquello que necesitamos ver para transformar, a través del amor, la compasión y el cuidado.
Necesitamos ayudar a la gente a bajar el nivel de miedo que los hace reaccionar, para que no se sienta amenazada porque va a haber muchas personas infectadas, y alguna será de esas que agrede.
Lo que tenemos que hacer es informar y cuidar, hasta a esos que no entienden, porque el miedo y la violencia la tenemos que aplacar con amor y paciencia.
Confiemos que tenemos las herramientas, tenemos mucho tiempo pidiendo cambios y aquí tenemos una enorme oportunidad de generar muchos cambios, aprovechemos y empecemos por nosotros. ¡Urgentemente!
Preguntémonos:
- ¿Qué estoy reflejando en mi sociedad de miedo y violencia?
- ¿Qué puedo cambiar de mis hábitos que ya no me sirven y necesito replantear a partir del amor y el respeto?
- ¿Cómo puedo ayudar a mi comunidad o a mi vecino, o a mi amiga?
Eso que veo afuera que no me gusta es algo que puedo buscar dentro de mí para cambiar y generar nuevas y diferentes formas de ver el mundo, la vida, y aportar esos cambios internos para empezar a reflejarlos en mi entorno, en mi comunidad, en mi ciudad, país y hasta en mi mundo. ¿Qué veo también que me gusta y quiero que se replique -como el respeto, solidaridad y amor que se ha dado en otras partes del mundo hacia los de los hospitales, y toda la gente que se la rifa por nosotros-?
Yo creo profundamente en esto, no sé cuándo va a terminar la pandemia y cuándo podremos salir; lo que sí sé es que todos vamos a salir diferentes, para uno u otro lado, y depende de mi actitud salir mejor y aportando una energía positiva en mi entorno.
Yo te invito a hacerte esas preguntas que te ayuden a encontrar nuevas respuestas para que el mundo que veas cuando salgas, sea mejor. ¡Sí! Creo que depende de eso que cambie dentro, te invito a buscar la mejor versión de ti, la más bella, la más sensible y vulnerable, esa que habita en ti y espera a que le des la oportunidad de dejarla brillar en el escenario de tu vida.
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: