Llegó a mis manos una revista muy bonita, llena de colores y un papel que parecía reciclado. El tema central era la felicidad y se explora de muchas maneras. La publicación se llama Live happy y de verdad me ha inspirado, tanto, que la citaré en varias ocasiones.
Ser positivo, ¿para qué sirve?
Ya hemos hablamos de los beneficios de tener una actitud positiva.* Pero más allá de eso, ¿qué es eso? Básicamente es la actitud que tenemos ante las eventualidades de la vida; en lugar de pensar de manera catastrófica, te aferras a que sucederá lo mejor. Esto pasa del pensamiento al comportamiento y así es que vamos buscando… básicamente ser felices.
De hecho, ¡hay un día internacional del pensamiento positivo! Imaginen qué importante.
Cuando elegimos pensar (porque quizá requiera de entrenamiento para convertirlo en un hábito) en positivo, nuestra energía se alinea y vamos comenzando a dejar un poco el drama y la nube que nos atormenta.
Así, según Live happy, la gente positiva prefiere las experiencias a las cosas. Es decir, más que acumular se concentra en vivir. Y aquí es donde entra la parte ecológica en la ecuación.
Felicidad sustentable
“La felicidad es un deseo universal. Pero en una sociedad consumista, en donde el consumo y la felicidad tienden a estar estrechamente ligados, es fácil confundir el “camino a la ‘buena vida’ como la ‘vida en bienes’. Y en casi todos los países industrializados nuestra búsqueda de la felicidad está siempre a expensas de los demás y del medio ambiente”, afirman Elin Kelsey y Catherine O’Brien en su artículo “Felicidad sustentable”. O’Bien descubrió que la gente que vivía en comunidades sustentables (obviamente más preocupadas por el impacto ecológico de la gente) era más feliz. Así, desarrollo una técnica educativa en la que se concentran en el no apego a los bienes materiales y en el más contacto con la naturaleza. El centro es ser positivos, felices y realizar actividades con beneficios para nuestro planeta.
Lo más mágico de esta combinación es que es un círculo: entre más felices eres, más te preocupas y ocupas porque el planeta esté bien. Entonces, la conclusión es que el cuidar el planeta genera bienestar, punto. Y como eres feliz lo cuidas. Y así…
La energía positiva sí podría salvar el planeta… pero se necesita más gente que deje de pensar solamente en su comodidad y comience a pensar en comunidad. Pero bueno, un pensamiento positivo a la vez: yo creo que sí existen esas personas.
*Leer: 5 importantes beneficios de pensar en positivo. https://kena.com/5-importantes-beneficios-de-pensar-en-positivo/
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