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¿Sientes algún dolor sospechoso en la parte baja del abdomen? ¿Te «inflamas» con cualquier cosita? Nos acercamos a la Dra. Itzel Romo, Líder Médico en Takeda para la Unidad de Negocio de Gastroenterología, para que nos expliqué estos padecimientos tan comunes. Pero nos enfocamos en una: la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, ¿sabes qué es?

La colitis nerviosa es muy común en México, ¿se sabe por qué?

Es importante destacar que cuando nos referimos a colitis, lo relacionamos con los síntomas de dolor abdominal o cambios en la frecuencia de nuestras evacuaciones, aquí el nombre correcto de lo que conocemos como colitis es síndrome del intestino irritable. Justamente esta condición puede confundirse con la Enfermedad Inflamatoria Intestinal; en México no tenemos una cifra exacta de personas con EII, pero por estudios recientes realizados por investigadores se cree que hay alrededor de 40 mil pacientes con esta condición entre 20 y 50 años, aunque puede darse a cualquier edad.

¿Cuáles son las etapas de las enfermedad inflamatoria intestinal?

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), es una enfermedad crónica mediada inmunológicamente y tiene diversas manifestaciones, dos de las más comunes y crónicas son: la Enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, ambas afectan distintas partes y espesor del intestino.

Tener esta enfermedad causa serias complicaciones como diarrea crónica, dolor abdominal, pérdida de peso, fiebre, entre otros síntomas; aunque su origen es multifactorial, intervienen componentes genéticos, ambientales, así como alteraciones de las bacterias luminales y el aumento de la permeabilidad intestinal, que alteran la inmunidad del intestino, daño característico de la enfermedad.

¿Cuáles son las etapas más delicadas?

El 40% de las personas con alguna de estas condiciones puede tardar más de un año en ser diagnosticadas y el 17% más de cinco; la causa es que la sintomatología puede confundirse con otras afecciones del tracto gastrointestinal, pero también porque la enfermedad puede darse en otros órganos que no son el intestino. Les llamamos manifestaciones extraintestinales, que comúnmente acompañan a la EII y puedan afectar, piel, ojos y con frecuencia las articulaciones. Si bien estas son indicaciones del sistema inmunológico que algo no está bien en nuestro cuerpo, en ocasiones no se consideran estas señales y el paciente se acostumbra a vivir con estas alteraciones, sin considerar que puede relacionarse con la EII.

¿Cómo evitar la inflamación intestinal?

Muchas veces los síntomas pueden confundirse con infecciones estomacales o síndrome del intestino irritable. Durante la fase activa de la enfermedad se limitan algunos alimentos para evitar el empeoramiento de los síntomas, pero es solo una restricción transitoria. Los fármacos mantienen en control (sin actividad) la enfermedad. El tratamiento lo debe proporcionar un especialista basado en la severidad extensión y complicaciones de la enfermedad.

¿Cuáles serían señales de alarma?

Los síntomas más comunes de la enfermedad de Crohn son diarrea y dolor abdominal continuo, sangre en las heces, poco apetito, pérdida de peso. Aquí se ve afectada cualquier parte del intestino, como recto, colon e intestino delgado. En el caso de la colitis ulcerosa se ve afectada únicamente la mucosa del colon (revestimiento interno del tubo gastrointestinal) y puede manifestarse a través de dolor rectal o sangrado, movimientos intestinales frecuentes, diarrea, dolor en la parte izquierda del abdomen, entre otros.

Los pacientes con un estado de moderado a severo sufren depresión, dolor, fatiga y burlas por la necesidad constante de ir al baño (hasta 25 veces, día y noche), lo que les impide realizar sus actividades habituales en el trabajo o a nivel social. Ya hablamos que en casos más graves se pueden llegar a perforar las paredes del intestino o relacionarse con cáncer de colon.

¿Cuáles son los tratamientos adecuados o recomendados y quién es el especialista que debería dar un diagnóstico?

Dado que en la misma enfermedad inflamatoria intestinal existen manifestaciones diversas, es decir, qué tantos síntomas están presentes y cuánto han afectado al paciente; si hay escalas que permiten indicar de manera objetiva si la enfermedad es leve, moderada o severa.

En la colitis ulcerosa tres manifestaciones frecuentes son: la diarrea, la presencia de moco y/o sangre en las evacuaciones, así como la cantidad de veces que una persona evacúa que pueden ser hasta 25 veces (día y noche). En la enfermedad de Crohn, dependiendo del sitio y severidad de la afectación, la diarrea y el dolor abdominal son síntomas cardinales.

Estás señales de alarma pueden estar presentes en muchas patologías gastrointestinales, lo que complica muchísimo el diagnóstico de la enfermedad, un paciente puede tardar hasta 5 años en tener un diagnóstico certero.

Entonces, es importante elevar la voz con los médicos de primer contacto para que entiendan los síntomas y puedan referir a los pacientes con los especialistas, quienes tendría los elementos complementarios para hacer el diagnóstico. Además de la historia clínica y exploración física, se requieren otros estudios como la endoscopía, colonoscopía y el estudio histopatológico de las muestras para tener el diagnóstico definitivo, ponerle nombre y apellido como colitis ulcerosa, colitis inespecífica o Enfermedad de Crohn.

No hay cura para esta enfermedad, lo que la convierte en crónica, pero existen múltiples tratamientos disponibles, para la enfermedad leve donde se utilizan supositorios, enemas y medicamentos orales hasta moderada a severa donde se utilizan medicamentos especializados como son la terapia biológica que sin duda ha cambiado el desenlace en estos pacientes, ayudando a controlar la enfermedad y a mantener la respuesta a lo largo del tiempo, reduciendo la frecuencia de complicaciones. disminuyendo la tasa de hospitalizaciones, mejorando y normalizando la calidad de vida del paciente.

Además, si el médico de primer contacto identifica los datos de alarma y refiere oportunamente a un médico especialista se establecerá un diagnóstico y tratamiento oportuno, evitando complicaciones, y teniendo un control de la enfermedad para que el paciente lleve su vida de la mejor manera.

Recomendaciones finales:

  • En ocasiones, la tendencia es normalizar alguna condición gastrointestinal, inmediatamente modificamos hábitos alimenticios y nos automedicamos; lo correcto es acudir al médico si la persona detecta una situación gastrointestinal periódica.
  • Una vez diagnosticado, seguir las indicaciones de médico y dar continuidad al tratamiento.
  • Cuando se tiene la Enfermedad Inflamatoria Intestinal lo recomendable es no consumir grandes cantidades fibra, esto propiciará que tenga más diarrea y más malestar. Aquí tienen que ser ricas en proteína.
  • En un paciente con control de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal es recomendable el consumo de fibra para tener mejor microbiota y las células no se dañen, carbohidratos y proteínas. Necesitar una dieta totalmente antinflamatoria, libre de aditivas, no azúcares refinadas.
  • Aunque cada paciente debe tener un nutriólogo que lo oriente sobre que alimentos consumir en cierto periodo de su enfermedad.

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