No es malo lavarte la cara todas las mañanas, de hecho, es una práctica de higiene básica y saludable. Además, puede ayudar a eliminar el exceso de grasa, suciedad y células muertas de la piel, lo que puede contribuir a mantenerla limpia y fresca.

Sin embargo, es importante no exagerar, ya que lavarse en exceso o con agua muy caliente podría secar la piel o causar irritación. Encuentra un equilibrio que funcione para tu tipo de piel y preferencias personales.

Un estudio publicado en la revista «Dermatology» en 2009 encontró que el lavado facial con agua caliente demasiado caliente puede ser dañino para la piel, ya que puede alterar el equilibrio del pH de la piel y alterar la barrera cutánea. También hay otros estudios que han indicado que un lavado delicado y breve puede ser mejor para la piel.

Según la dermatóloga Dr. Yolanda Castro, para lavarse la cara correctamente por la mañana hay que seguir unas pautas:

  • Primero, lávese las manos para evitar el contagio de microorganismos.
  • Lave suavemente la cara con agua tibia y jabón. Asegúrese de frotarla en forma delicada, sin presionar demasiado.
  • Limpiarse la cara antes de dormir es crucial, pero el lavado de la mañana es igual de importante. De esta forma, te aseguras de limpiar cualquier suciedad acumulada durante la noche y eliminas la grasa y la piel muerta, lo que dejará tu piel más suave y limpia y la limpieza de las mañanas será mas efectiva.
Foto  Vitória Santos Pexels

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¿Por qué debes evitar lavarte la cara cara con agua fría?

Lavarse la cara con agua fría en la mañana puede causar un shock térmico que haga que la sangre se acumule en el corazón y en las arterias principales, y sea difícil que alcance las pequeñas venas que irrigan la piel. Además, el agua fría puede causar contracciones en los músculos, lo que puede irritar la piel y hacerla más sensible.

Un estudio publicado en la revista «Journal of Cosmetic Dermatology» en 2020 encontró que el agua fría en la mañana puede irritar la piel y alterar el equilibrio de humedad y la integridad de la barrera cutánea, lo que puede afectar la calidad de la piel y provocar la aparición de enfermedades como la eccema.

Foto principal Karolina Grabowska Pexels


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