luz-bicho

Era un pequeñito microbito, travieso y juguetón, valiente y decidido; sabía que era la hora, mientras todos dormían ese sueño deambulatorio, esos que caminan sin saber que están aquí caminando, les trajo un despertar, un momento de repliegue, un rompimiento a su rutina, su obsesión y somnolencia, así infectó a uno, luego a otros, y ¡encontró a todos! ¡Quería infectarlos de vida, de amor, de conciencia!

Los infectó para abrir los ojos y despertar deveras, ya no hay vuelta atrás.

Unos ya muy elevados sí se dan cuenta que ya están listos para trascender y evolucionar a otros planos; otros, dispuestos a permanecer conscientes, aquí con deseos de ver en lo que se convertirá esto, quieren ser testigos y participar, de ver la luz para amar y construir con nuevas energías este nuevo mundo que queremos ver brillar, basado en el amor, la confianza, la alegría, y armonía.

Otros tantos asustados, preocupados por lo que pasará, deseando dar marcha atrás para encontrarse con lo seguro y conocido, a estos les costará más trabajo comprender la razón si ánimo de agredir, del famoso microbito. Así unos nos abrazaremos al despertar, otros a lo conocido, pero todos pasaremos por el contacto del ser infectados, con la búsqueda del despertar a este nuevo mundo en el que sepas que tu vecino te puede ayudar porque tú también lo ayudarías, que surja una confianza nueva y sorprendente, que nos permita entender diferente las cosas, que sea desde el amor.

Que sepas que los que están lastimados, enojados o heridos los podemos abrazar, ¡sí, abrazar!, tan fuerte que se acomode su alma y se rompan sus miedos dejando espacio para reconocer que hay esperanza, y que sepan que sí, todo pasará y que estamos para ellos también. Entonces a través de la confianza y el amor, el dolor de las heridas se irá sanando y nos podremos ver como seres de luz, así como somos, y desearemos compartir nuestras abundancias, y crear nuevas formas de dar y recibir, ¡ahora sí! Reconociendo aquellas habilidades y talentos de cada uno con los que podemos disfrutar para crear, y más, para compartir.

Ahora sí, estaríamos creando nueva la economía y la sociedad, basada en el equilibrio de la persona, de la mujer, del hombre, mirando nuestra energía femenina y masculina intrínseca en cada individuo, en armonía. En esa armonía que fortalece a cada uno para que aquel microbito que era capaz de espantar a todo un planeta no tenga medios para germinar, porque solo puede crecer y reproducirse en ambientes desbalanceados, y ahora nosotros reconocemos esta belleza del equilibrio y el respeto a nosotros mismos, en todo nuestra energía y toda nuestra experiencia.

Así es como este ser que trae el despertar cumple su función y puede partir para dejarnos vivir en nuestro nuevo y luminoso mundo.


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