Flexibilidad y creatividad son herramientas necesarias para salir avantes en cualquier periodo de adaptación. Así que te propongo comenzar por aquí y renovar ese espacio destinado en tu casa para hacer home office… sintiéndote a gusto y ¡sin gastar un peso!

Adaptándonos a los tiempos actuales, quienes tengamos el privilegio de podernos quedar en casa y trabajar remotamente, lo estamos haciendo. «Un dos tres por mí y por todos mis compañeros», esto incluye también a quienes por diversas circunstancias no puedan hacerlo. Seamos empáticas con las diversas profesiones y circunstancias laborales.

1.HAY LUGARES NO-NO

Si estás poniendo en la barra de tu cocina la computadora, cuadernos y libros, seguramente es incómodo retirar todo al llegar la hora de los sagrados alimentos (además de ser un interruptor abrupto si ya agarraste inspiración). Además, ¿te gusta laborar junto a la sartén con huevo, la vista a los trapos y el olor a cebolla? O peor, tentarte por comer a cada rato.

Al igual que si permaneces empijamada y tu central de operaciones se ha vuelto la cama, las interrupciones del celular, la tv e incluidas las siestas intermitentes, estarán a la orden del día. Ni qué decir de esa cierta depre que dá a la hora de realmente dormirse y ver que sigues haciendo hueco de pompas en el mismo colchón. Los sillones si es un rato, ok, pero recuerda que trabajas con la laptop hirviendo en tu regazo. Éstos déjalos para un día de home office enferma o realmente agotada. Pero de no ser tu caso, hay que tener un sitio destinado y exclusivo.

2.HAY LUGARES SÍ-SÍ

Tampoco te digo que destines toda una habitación ni mandes comprar la oficina de las abogadas (si puedes, hazlo, jiji).

¿Recuerdas los muebles convertibles de Barbie? Pues piensa en un área o mueble que no le estés dando un uso verdaderamente eficiente ni frecuente. En toda casa, sin importar el metraje, existe.

El comedor, un tocador, la mesita aquella llena de adornitos cursis, tomar prestada una silla cómoda (no cambiará nada si ni visitas estás recibiendo), estantes o repisas, la mesita plegable, y esa esquina de la habitación donde acumulas todas las cosas innecesarias para la vida. ¿Ah, verdad que sí hay dónde y con qué?

3.DEPURA CON ESENCIALISMO

Ahora que limpies y escombres ese lugar que ya elegiste, no lo vayas a atiborrar de objetos de papelería, libros de toda tu escolaridad antigua, ni adornos inútiles. «Menos es más« dicta el minimalismo y el esencialismo, que va un paso más adelante, se refiere a que ese menos, sea con solo lo mejor.

Además tu nuevo home office debe favorecer la concentración y hacerte sentir que cambias de ambiente simplemente por sentarte ahí. ¡Y que te encante!

4.BÁSICOS DE PAPELERÍA Y HOME OFFICE

Concentra en ese espacio las herramientas de papelería y oficina, depura con esencialismo y acomódalas estéticamente. Claro que un corcho con calendario y notas adhesivas para tus pendientes y metas son básicos. Obviamente bolígrafos, marcadores, lápices, calculadora, corrector, etc. son muy comunes en casi toda profesión. Reloj con alarma. Un cuaderno o libreta para tus notas, ideas y apuntes. Y claro, a la mano: ¡tu agenda!

Y en cuanto a lo electrónico, pues busca una conexión cercana para enchufar tu compu o lap. Si tienes impresora va ahí junto y tu celular también. Todo cuanto sea herramienta de trabajo, no distractor. Si no, búscale una extensión para que permanentemente estés cargando tus gadggets. También una lámpara de escritorio apoyará tu vista si te cae la noche haciendo home office.

5. LA PARTE DIVERTIDA: ¡LOS ADORNOS!

¿Qué te gusta, qué te inspira? Un cuadro, una frase, la imagen de alguien que admiras de tu profesión, la foto de alguien a quien dedicas tu trabajo, tu título o un diploma también se vale colgar. Una figura, un muñequito, una lapicera linda, la engrapadora chistosa. Pero, ¡una uno una!

Plantas y flores ¡claro que sí! Llenan de vida, color e inspiración cualquier sitio. No te digo que hagas el jardín ni el huerto ahí tampoco, pero sí una o dos lo van a levantar.

En cuanto a colores elige dos o tres, el criterio es un equilibrio entre tu gusto (lo notarás pues va predominar tal o cual tono entre los objetos que ya tienes) y colores que den paz junto a tonos vivos que no te arrullen.

¡Y lo demás que se te ocurra en libertad creativa y flexible!

Aquí una nota con más consejos para el home office y los freelancers


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