Ante la iniciativa ciudadana presentada en la Cámara de Diputados para legalizar la eutanasia en México, organizaciones civiles, médicos expertos en bioética y cuidados paliativos expresaron su enérgico rechazo al considerar que se trata de «una salida fácil» frente a los graves problemas del sistema de salud y un intento de reducir recursos destinados a cuidados paliativos para cientos de miles de enfermos en el país.
«En México hay menos de un paliativista por cada 100 mil habitantes (0.165), según el modelo de indicadores de desarrollo de la Organización Mundial de la Salud», señaló la presidenta del Colegio Mexicano de Cuidados Paliativos y de Soporte, la Dra. Luz Adriana Templos.
La iniciativa impulsada por Samara Martínez, activista a favor de la eutanasia y de la llamada «muerte digna», pretende derogar la prohibición de la eutanasia y del suicidio asistido establecida en el artículo 166 Bis 21 de la Ley General de Salud. Dicho artículo prohíbe la eutanasia –entendida legalmente como homicidio por «piedad» realizado a través de un acto médico– así como cualquier forma de suicidio asistido.
La propuesta, recibida y respaldada por legisladores de MORENA, PT y MC, también busca modificar
la Constitución y el Código Penal Federal. En este contexto, Red Familia advierte que, detrás del discurso de «muerte digna», hay un trasfondo económico: recortar recursos en salud pública y dejar sin atención a quienes más necesitan cuidados médicos y paliativos.
«Quieren ahorrar en medicinas, doctores y hospitales, ofreciendo la muerte como una opción. Pero morir no puede ser la respuesta al dolor ni al abandono del Estado».- Red Familia
La vida no pierde su dignidad por el dolor o la enfermedad, di no a la eutanasia
La Dra. Luz Adriana Templos señala que la iniciativa elimina por completo los cuidados paliativos. El cuidado paliativo bien implementado, con equipos capacitados, puede ayudar a reducir costos.
«Sabemos que en nuestro país el servicio de salud está sobrecargado y no hay presupuesto que alcance, pero implementar un buen sistema de cuidados paliativos nos permite disminuir los internamientos hospitalarios y las atenciones de urgencias; nos permite tener una muerte en un cobijo de dignidad de atención en domicilio y no utilizar recursos médicos que en ocasiones son innecesarios y desproporcionados, entonces esto se traduce en que la gente no quiere que le quiten la vida, lo que quiere es no sufrir», resaltó la Dra. Templos.
Añadió que la Asociación Médica Mundial mantiene su rechazo a la eutanasia y al suicidio asistido, y que el Consejo Europeo ha reiterado que el dolor y el sufrimiento no anulan la dignidad inherente de la vida humana. También dijo que se requiere la implementación urgente de cuidados paliativos en todos los países como un derecho humano. «Hay que acabar con el dolor y sufrimiento, no con la vida de la persona», enfatizó.
Una amenaza para los más vulnerables
Por su parte, la Dra. Martha Tarasco, cofundadora de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac México y médico especialista en Foniatría, denunció que legalizar la eutanasia transformaría profundamente la relación del Estado con la vida y la medicina, abriendo la puerta a abusos y presiones contra enfermos terminales y personas sin recursos.
«El médico está entrenado y su mayor motivación es ayudar a los pacientes. Al obligarlo a terminar con sus vidas se destruye la alianza médico-paciente, y surge desconfianza, como sucede ya en los países que han despenalizado la eutanasia», resaltó.
Agregó que la eutanasia cuesta mucho dinero: «Legalizar la eutanasia sería más un problema que
una solución, la eutanasia cuesta mucho económicamente hablando, además de que consiste en poner una inyección letal que contiene los mismos fármacos que se le suministra a una persona condenada a pena de muerte; el costo de una inyección letal para pena de muerte varía, pero puede alcanzar los 100 mil dólares, según se ha documentado en Estados Unidos», advierte la Dra Tarasco.
También explicó que la experiencia internacional en los países donde se realiza, muestra que de los tres requisitos para la misma –tener una enfermedad en estado terminal, incurable y que ocasione gran malestar–, su uso se generaliza a casos en los que no existen ninguna de las tres condiciones. Sería como aplicarla a una persona sólo por ser alcohólica.
Menciona el caso de Canadá, donde la ley aprobada en 2016 bajo parámetros estrictos se amplió tan sólo cinco años después para incluir a personas sin enfermedades terminales e incluso a menores de edad, generando críticas por abusos.
Agregó que Bélgica y Países Bajos registran casos aún más alarmantes:
- Gemelos jóvenes sometidos a eutanasia sólo por quedar ciegos.
- Mujer con depresión moderada, a quien se le aplicó el procedimiento sin ella haberlo solicitado.
- Adultos mayores que evitan hospitales por miedo a que se les induzca la muerte sin consentimiento claro.
La Dra. Luz Adriana Templos y la Dra. Martha Tarasco coinciden en que no es una prioridad abordar este tipo de temas y llamaron al Congreso de la Unión a rechazar esta iniciativa y concentrarse en garantizar el abasto de medicamentos, fortalecer la infraestructura hospitalaria y facilitar el acceso a cuidados paliativos. «Legalizar la eutanasia no es prioridad. La prioridad es que ningún mexicano muera por falta de atención médica, por dolor no tratado o por abandono del sistema de salud», concluyeron.
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