Aunque parezca contraintuitivo, exfoliar la piel bronceada no la quita, sino que la realza. Al eliminar las células muertas, la piel se ve más luminosa, el bronceado se unifica y se prolonga su duración. Además, ¡prepara la piel para una mejor absorción de los productos hidratantes!
Pasos para una exfoliación perfecta
- Elige el exfoliante adecuado. Opta por exfoliantes físicos suaves, como los que contienen azúcar o sal marina, o químicos, como los que tienen ácido láctico o AHA. Evita los exfoliantes muy abrasivos, ya que pueden irritar la piel.
- Hidrata tu piel. Antes de exfoliar, humedece tu piel con agua tibia para abrir los poros y facilitar la eliminación de las células muertas.
- Exfolia suavemente. Aplica el exfoliante sobre la piel húmeda y masajea suavemente con movimientos circulares, insistiendo en las zonas más ásperas como codos y rodillas. Evita el rostro, ya que la piel es más delicada.
- Enjuaga con abundante agua. Retira el exfoliante con agua tibia y seca tu piel con una toalla suave.
- Hidrata en profundidad. Después de exfoliar, aplica una crema hidratante rica para mantener tu piel suave y nutrida.
Consejos adicionales
- Frecuencia. Exfolia tu piel bronceada 1 o 2 veces por semana, no más.
- Protección solar. No olvides aplicar protector solar después de exfoliar, incluso si ya estás bronceada.
- Hidratación interna. Bebe abundante agua para mantener tu piel hidratada desde dentro.
¿Por qué es tan beneficiosa la exfoliación para la piel bronceada?
- Al eliminar las células muertas, tu bronceado se verá más intenso y uniforme.
- La exfoliación estimula la renovación celular, lo que ayuda a que tu bronceado dure más tiempo.
- Eliminando las células muertas, la piel absorbe mejor los hidratantes, evitando la sequedad y descamación.
- La exfoliación suaviza la piel y reduce la apariencia de asperezas, dejándola con una textura más uniforme.
- Al exfoliar, los productos que apliques posteriormente, como cremas hidratantes o autobronceadores, penetrarán mejor en la piel.
- Estimula la producción de colágeno y elastina, mejorando la firmeza y elasticidad de la piel.
Pasos para una exfoliación perfecta
- Elige el exfoliante ideal. Opta por exfoliantes suaves, tanto físicos (con azúcar, sal marina, etc.) como químicos (con AHA o BHA).
- Hidrata tu piel. Humedece tu piel con agua tibia antes de aplicar el exfoliante.
- Exfolia con suavidad. Masajea suavemente con movimientos circulares, evitando el rostro.
- Enjuaga bien. Retira el exfoliante con abundante agua tibia.
- Hidrata en profundidad. Aplica una crema hidratante rica para reponer la humedad perdida.
¿Qué más debes saber?
- Exfolia 1-2 veces por semana, no más.
- No olvides aplicar protector solar después de exfoliar.
- Bebe mucha agua para mantener tu piel hidratada desde dentro.
¡Luce un bronceado radiante y duradero! Con estos sencillos pasos, podrás disfrutar de tu bronceado por más tiempo. ¡Anímate a probarlo y comparte tus resultados con nosotras!
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