Aunque parezca contraintuitivo, exfoliar la piel bronceada no la quita, sino que la realza. Al eliminar las células muertas, la piel se ve más luminosa, el bronceado se unifica y se prolonga su duración. Además, ¡prepara la piel para una mejor absorción de los productos hidratantes!

Pasos para una exfoliación perfecta

  1. Elige el exfoliante adecuado. Opta por exfoliantes físicos suaves, como los que contienen azúcar o sal marina, o químicos, como los que tienen ácido láctico o AHA. Evita los exfoliantes muy abrasivos, ya que pueden irritar la piel.
  2. Hidrata tu piel. Antes de exfoliar, humedece tu piel con agua tibia para abrir los poros y facilitar la eliminación de las células muertas.
  3. Exfolia suavemente. Aplica el exfoliante sobre la piel húmeda y masajea suavemente con movimientos circulares, insistiendo en las zonas más ásperas como codos y rodillas. Evita el rostro, ya que la piel es más delicada.
  4. Enjuaga con abundante agua. Retira el exfoliante con agua tibia y seca tu piel con una toalla suave.
  5. Hidrata en profundidad. Después de exfoliar, aplica una crema hidratante rica para mantener tu piel suave y nutrida.

Consejos adicionales

  • Frecuencia. Exfolia tu piel bronceada 1 o 2 veces por semana, no más.
  • Protección solar. No olvides aplicar protector solar después de exfoliar, incluso si ya estás bronceada.
  • Hidratación interna. Bebe abundante agua para mantener tu piel hidratada desde dentro.

¿Por qué es tan beneficiosa la exfoliación para la piel bronceada?

  • Al eliminar las células muertas, tu bronceado se verá más intenso y uniforme.
  • La exfoliación estimula la renovación celular, lo que ayuda a que tu bronceado dure más tiempo.
  • Eliminando las células muertas, la piel absorbe mejor los hidratantes, evitando la sequedad y descamación.
  • La exfoliación suaviza la piel y reduce la apariencia de asperezas, dejándola con una textura más uniforme.
  • Al exfoliar, los productos que apliques posteriormente, como cremas hidratantes o autobronceadores, penetrarán mejor en la piel.
  • Estimula la producción de colágeno y elastina, mejorando la firmeza y elasticidad de la piel.
Exfolia tu piel bronceada y lúcela aún más radiante. Foto Freepik

Exfolia tu piel bronceada y lúcela aún más radiante. Foto Freepik

Pasos para una exfoliación perfecta

  1. Elige el exfoliante ideal. Opta por exfoliantes suaves, tanto físicos (con azúcar, sal marina, etc.) como químicos (con AHA o BHA).
  2. Hidrata tu piel. Humedece tu piel con agua tibia antes de aplicar el exfoliante.
  3. Exfolia con suavidad. Masajea suavemente con movimientos circulares, evitando el rostro.
  4. Enjuaga bien. Retira el exfoliante con abundante agua tibia.
  5. Hidrata en profundidad. Aplica una crema hidratante rica para reponer la humedad perdida.

¿Qué más debes saber? 

  • Exfolia 1-2 veces por semana, no más.
  • No olvides aplicar protector solar después de exfoliar.
  • Bebe mucha agua para mantener tu piel hidratada desde dentro.

¡Luce un bronceado radiante y duradero! Con estos sencillos pasos, podrás disfrutar de tu bronceado por más tiempo. ¡Anímate a probarlo y comparte tus resultados con nosotras!



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