
El herpes zóster —más conocido como culebrilla— es una enfermedad causada por la reactivación del virus varicela-zóster, el mismo que provoca la varicela. Tras haber pasado por esta enfermedad en la infancia, el virus puede permanecer latente durante años en el cuerpo, y activarse en momentos de debilidad inmunológica o alto estrés. Aunque es común entre personas mayores de 50 años, puede afectar a cualquier edad.
Herpes zóster: una enfermedad silenciosa que puede cambiar tu vida (incluso si eres famosa)
El problema no es solo la erupción cutánea: quienes lo padecen reportan dolor intenso, picor, fiebre, fatiga y, en casos severos, complicaciones neurológicas. Y no, no se trata de un tema menor. Varias celebridades lo han vivido y compartido su experiencia para dar visibilidad a esta afección muchas veces silenciada:
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Demi Moore, durante el rodaje de La Sustancia, confesó haber sido diagnosticada con herpes zóster. En plena producción, sufrió los efectos físicos y emocionales del brote.
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Sofía Castro reveló en entrevistas que desarrolló esta enfermedad debido al elevado nivel de estrés previo a su boda con Pablo Bernot.
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Harrison Ford tuvo que cancelar su participación en los premios Oscar tras recibir el diagnóstico. Su caso alertó a muchos sobre la gravedad del dolor que puede generar.
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Justin Bieber padeció el síndrome de Ramsay Hunt, una complicación del herpes zóster que afectó sus nervios faciales, provocándole parálisis temporal.
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Elliot Page, en su autobiografía Pageboy, relató que sufrió herpes zóster a los 22 años mientras filmaba El Origen.
Que figuras como Demi Moore, Harrison Ford o Elliot Page hayan compartido sus experiencias con el herpes zóster no es un acto menor. Le dan voz a miles de personas que han vivido esta enfermedad en silencio, creyendo que es “algo menor” o sintiendo vergüenza por sus síntomas.
Y en el caso de las mujeres, esta visibilización es aún más poderosa. Nos invita a romper el silencio, a atender nuestros malestares, a parar antes de que el cuerpo nos obligue. Porque detrás de la erupción hay un grito de ayuda: un sistema nervioso colapsado, un sistema inmune fatigado, un cuerpo que necesita reconexión.
¿Qué es exactamente el herpes zóster?
Es una infección viral causada por la reactivación del virus de la varicela. Suele presentarse como un sarpullido doloroso en un solo lado del cuerpo, acompañado por ampollas y ardor intenso. Aunque el sarpullido puede desaparecer en semanas, el dolor puede durar meses (neuralgia posherpética).
Los síntomas incluyen:
- Dolor o ardor intenso en la piel
- Ampollas en forma de banda
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- Sensibilidad extrema al tacto.
El papel del estrés: cuando la mente afecta la piel
Uno de los principales detonantes del herpes zóster es el estrés crónico. Al debilitar el sistema inmunológico, se facilita la reactivación del virus que permanecía inactivo. Casos como el de Sofía Castro lo confirman: la presión emocional puede desencadenar el brote. Esta conexión entre mente y cuerpo es un recordatorio de que la salud emocional debe ser una prioridad.
¿Es contagioso? No se transmite de persona a persona como tal. Pero alguien que no haya tenido varicela podría contagiarse de este virus si tiene contacto directo con las ampollas. Por eso, durante un brote activo, se recomienda evitar el contacto con mujeres embarazadas, personas inmunocomprometidas o bebés.
Según la OMS, 1 de cada 3 personas desarrollará herpes zóster en algún momento de su vida. A partir de los 50 años, el riesgo aumenta considerablemente. En México, se estima que ocurren más de 100,000 casos nuevos al año, aunque la cifra real podría ser mayor, debido a la falta de diagnóstico o al desconocimiento de los síntomas.

¿Podemos prevenirlo realmente?
Aunque no siempre es posible evitar el herpes zóster, sí podemos fortalecer nuestro cuerpo y mente para disminuir el riesgo:
- Alimentación rica en vitaminas B, C, E y zinc.
- Dormir al menos 7 horas diarias.
- Ejercicio físico moderado, como caminar o yoga.
- Técnicas de relajación (respiración 4-7-8, meditación).
- Reducción del multitasking y revisión de límites emocionales.
Y si ya lo padeciste, prioriza tu recuperación emocional. Habla con tu dermatólogo, neurólogo o terapeuta. Hay vida después del herpes zóster. Y sí, también hay belleza.
Puedes optar tambien por un tratamiento busca reducir la duración del brote y mitigar el dolor. Algunos recursos médicos incluyen:
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Antivirales como aciclovir o famciclovir, si se administran en las primeras 72 horas.
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Analgésicos para controlar el dolor.
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Antihistamínicos o cremas tópicas para aliviar la picazón.
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Reposo y manejo del estrés, son fundamentales para acelerar la recuperación.
La prevención sí existe
Desde 2022, algunos países como EE.UU., Canadá y varios en Europa han incluido la vacuna contra el herpes zóster en sus programas de salud pública para personas mayores de 50 años. Esta vacuna puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad en más del 90%, e incluso disminuir la severidad del dolor en caso de brote.
En México, aún no forma parte del esquema de vacunación universal, pero está disponible de forma privada.
Estudios médicos revelan que las mujeres son más propensas a sufrir neuralgia posherpética, una complicación del herpes zóster que prolonga el dolor durante meses o incluso años. Además, el sistema inmunológico femenino, aunque más fuerte en muchos sentidos, reacciona de forma distinta al virus, especialmente durante cambios hormonales, como la menopausia.
¿Y qué podemos aprender de las celebridades?
Que visibilizar la enfermedad importa. Que ser figura pública no protege contra los virus ni el dolor. Que hablar del tema puede ayudar a otras personas a entender los síntomas, buscar ayuda temprana y perder el miedo al diagnóstico.
Demi Moore, Justin Bieber o Harrison Ford nos recuerdan que la salud es un asunto universal, y que escuchar al cuerpo es vital para prevenir males mayores.
Tu cuerpo habla, ¿lo estás escuchando?
El herpes zóster es más que un simple sarpullido: es una señal de alerta. Ya sea por estrés, baja inmunidad o simplemente por azar, esta enfermedad puede impactar profundamente la calidad de vida. Por eso, la prevención, la información y el autocuidado son esenciales.
En KENA queremos invitarte a priorizar tu salud física y emocional. Si has tenido varicela y notas algún sarpullido extraño, acude de inmediato a un especialista. Y si estás atravesando un momento de mucho estrés, recuerda que tu cuerpo puede hablar antes que tus palabras.
Sabías que…
- El estrés no solo puede desencadenar herpes zóster, también puede dificultar su curación.
- La culebrilla siempre aparece del lado derecho o izquierdo del cuerpo, nunca en ambos.
- En casos raros, el herpes zóster puede afectar los ojos y provocar pérdida de visión si no se trata a tiempo.
- Vacunarse puede reducir el riesgo de complicaciones como la parálisis facial o la neuralgia posherpética.
- La neuralgia posherpética puede persistir en el 10-20% de los casos, sobre todo si no se trata a tiempo.
- La vacuna contra el herpes zóster está aprobada para mayores de 50 años, pero también puede considerarse en adultos más jóvenes con historial de inmunodepresión o estrés crónico.
- Los casos de herpes zóster han aumentado en personas menores de 40 años debido al estilo de vida acelerado, el burnout y la ansiedad prolongada.
- La exposición al sol NO causa herpes zóster, pero puede agravar las lesiones si no se usa protección adecuada.
Fuente: GSK, modificada por Mariel Gadaleta
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