7 de cada 10 niños latinoamericanos, son víctimas de acoso escolar. De acuerdo con los estudios de distintas ONGs, la región presenta la mayoría de los casos a nivel mundial.

En cada hogar la palabra “Bullying” genera angustia.  

¿Mi hijo estará bien en el colegio? ¿Me contará todo lo que sucede? ¿Lo veo triste y pensativo? ¿Será objeto de burlas por parte de sus compañeros?.  Lo cierto es que el bullying puede ocurrir en cualquier momento. Generalmente se produce en el ambiente escolar y la mayoría de las casos no se divulga.

Esta epidemia silenciosa tiene un profundo arraigo en las raíces latinas. 

Parte de la cultura de nuestros países, incluye sobrenombres y bromas constantes. Para nadie es un secreto, que muchos disfrutamos de series como “El Chavo del 8”, donde el “Bullying” estaba a la orden del día. Sin embargo, la realidad de hoy dista mucho de las carcajadas generadas, por las ocurrencias de ciertos personajes, que aún son imitados por los jóvenes.   

Según el estudio más reciente de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, 7 de cada 10 niños sufren todos los días algún de tipo de acoso. México se encuentra en primer lugar a nivel mundial, seguido por los Estados Unidos. Estudiantes de origen hispano son generalmente las víctimas. Las estadísticas revelan que Más del 80% de los actos de bullying no son reportados a los maestros. Así vemos como los actos de intimidación o de agresión física o psicológica en forma reiterada, causan profundas cicatrices que no siempre saltan a la vista.

¿COMO DETECTAR A UNA VÍCTIMA?

Muchas veces un episodio de hostigamiento ocurre porque los adultos que están a cargo lo permiten. Aunque es cierto que muchos casos se amparan en el silencio de las víctimas, hay claras señales de que algo anda mal. 

  • Cambios repentinos de humor.
  • Lesiones o heridas que no tienen explicación.
  • Pérdida o daño de objetos personales.
  • Menor rendimiento escolar.
  • Aumento en la frecuencia de dolores de cabeza o de estómago.
  • Cambios repentinos en los hábitos alimenticios.

Si detectas alguna modificación en sus hábitos, conversa con tu hijo (a). Dale confianza y acude a las autoridades escolares o a especialistas.  

Recuerda que los niños y jóvenes abusados, están indefensos y prefieren no denunciar ante la posibilidad que se incremente el acoso.  En la confianza está la clave para evitar que los episodios tengan consecuencias más peligrosas.  

Cree en tu hijo (a), si se atrevió a confesar su malestar, tienes la responsabilidad de escucharlo y tomar acciones.

¿CÓMO EVITAR EL BULLYING?

Todo comienza por casa y a temprana edad.  Si no hay acosador no habrá víctima. Aquí me detengo en la importancia de “sembrar valores”.  Es parte de nuestra RESPONSABILIDAD como padres.

El Bullying puede normalizarse o verse con naturalidad, si aceptamos bromas pesadas en casa.  

Existe una diferencia entre jugar y ser objeto de intimidación u hostigamiento.

Las bromas en casa suelen ser más comunes de lo que pensamos, pero hay que estar alerta. Normalizar “las bromas” puede salirse de control y hacerle creer a nuestros niños que está bien burlarse de los demás. El desconocimiento y la mala creencia de que la broma es “cool” o te refuerza, es lo que más tarde genera actos de bullying en las escuelas ó en los diferentes espacios donde se desarrollan los niños y jóvenes. 

Fortalecer a los niños implica enseñarles sobre autoestima, valores, amor, confianza, determinación.

La mayoría de las fundaciones que trabajan con la violencia escolar, coinciden en que desde muy temprano, a los niños hay que inculcarle la necesidad de RESPETAR. Un niño formado con amor sabe distinguir el momento en el que otro está siendo acosado y atemorizado.  

El RESPETO por los demás es un valor importante, se aprende desde pequeños en el hogar y no deja espacio para el bullying.  Entregar a nuestros hijos estas valiosas lecciones, es lo que garantizará el día de mañana, una sociedad diversa comprendida y valorada como lo esperamos. 


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