El despertador sonando a las 6:30 am, te despiertas corriendo en la segunda alarma, desayunas a prisa, coges el abrigo, sales de casa, se te olvida el paraguas, subes las escaleras corriendo, bajas y mientras conectas el bluetooth de los auriculares inalámbricos al teléfono el autobús del transporte público se te ha ido en tu cara.
Empieza la cuenta atrás y apenas es lunes, el cielo sigue durmiendo y son las 7.15 de la mañana. El día empieza a ir cuesta atrás y todavía queda la jornada laboral, la clase de pilates, hacer la compra en el supermercado, ir al mercado, hacer yoga y preparar la cena.
La sociedad está acostumbrada a vivir en una especie de ruleta de descuento, que lejos de generar fortuna, sumerge a las personas en un bucle de sensaciones donde siempre se parece llegar tarde y nunca parece haber tiempo para nada. Es por ello, que es necesario parar en freno, como cuando estás en una carrera de fondo y necesitas beber agua peroretrasas el momento para llegar, pues ahí que aprovecharse del puesto de avituallamiento para respirar profundo y seguir.
De hecho, los expertos recomiendan disfrutar de los ratos libres y relajarse, ofreciendo la posibilidad de ocio como la que se ofrece en https://www.casino777.es/ Es necesario desconectar y saber parar para disfrutar del gran catálogo de juegos disponible.
La vida es mucho más sencilla de lo que a veces se tiende a creer, simplemente en algunas ocasiones se pierde el foco de lo verdaderamente importante y se empiezan a dejar de lado cosas tan simples como pasear, escuchar música, leer o tumbarte en el sofá a disfrutar de tu serie favorita, o tener la sensación de que la película no te termina de gustar, pero quieres verla porque ya la has empezado.
La rutina de los lunes: la base de la semana
La semana empieza un par de horas antes de que el calendario en el móvil o en la televisión marque el “lunes”. La verdad es que la semana empieza el domingo noche, en esas últimas horas de descuento donde dedicas parte del tiempo del domingo a preparar la comida del lunes para llevarte a la oficina, a planchar el outfit, porque eso sí, de un buen look depende el ánimo de cómo se empieza el lunes. En definitiva, hay estudios que afirman que pasadas las nueve de la noche del domingo, para muchas personas ya es lunes.
Pues bien, si dedicamos incluso horas del domingo al lunes, lo importante es que esas horas sean sanas y de verdad nos aporten energía al día siguiente. Lo ideal es acabar el domingo haciendo una de tus actividades favoritas, y para gustos colores.
Desde ver la última película del “Joker” o “Juego de Armas”, que es el doble éxito del director; leer un par de capítulos de tu libro del momento que vive en tu mesita de noche; salir a pasear; hacer videollamada con tus familiares o amigos; o simplemente dedicarte tiempo a tu cuidado personas, elegir una película, preparar una de tus cenas preferidas y hacerte una mascarilla frente al televisor.
Lunes con fuerza
Hay un porcentaje de la sociedad que cree que los lunes es el domingo del propio domingo, como el día de descanso para recargar fuerzas del fin de semana. Una especie de día de transición a la semana laboral donde el esfuerzo físico debe ser mínimo para no sobrecargar la semana. Pero, cada vez son más las personas que en base a múltiples estudios y recomendaciones de profesionales de la salud física y mental deciden apostar todo al lunes, porque del éxito del lunes puede depender el buen hacer del resto de la semana.
Y es que, bien es cierto que cuando se acaba un lunes con sensación de haber conseguido todo, de haber disfrutado de cada clase de gimnasio, de la actividad deportiva o simplemente del día, parece que la alarma del martes se pone con otro ánimo. “Superado el lunes, superada la semana”, dicen algunos.
¿Qué debe tener la rutina semanal?
Como pasa con el lunes, una de las cosas más importantes es saber organizar el tiempo.Pues bien, veinticuatro horas de día pueden dar para mucho o para nada, según la forma de optimizar cada momento. Es cierto que unas nueve horas mínimas están destinadas al trabajo, pero cuando se ficha la salida de la oficina hay que afrontar el resto del día con mentalidad como si fuese un nuevo día.
Es importante tener alguna actividad para desarrollar por la tarde, aunque sea dar un simple paseo o salir a comprar, porque de esta manera la mente y el cerebro desconectan de la carga laboral y se centran en algo tan banal como elegir el tipo de tomate canario o qué se quiere para cenar.
Y lo más importante de todo: las noches. Los nutricionistas recomiendan cenar al menos una hora y media antes de la hora de irse a dormir, para poder tener una hora como mínimo de ocio y tiempo libre donde la meten desconecte de todo el día en alguna actividad superflua, en Netflix, en las redes sociales o conversado con tu familia, amigos o pareja.
Viernes noche y fiebre de fin de semana
Uno de los errores más comunes es pasar la semana pensando en cómo será el próximo fin de semana, qué se hará para disfrutar de esos dos días y medio de descanso. Aunque muchas veces esto supone una tarea extra para el cerebro que acaba generando una sensación negativa en la persona. Parece que el viernes noche debe ser el día de salir, de estar fuera de casa, aunque la verdad es que un plan muy bueno para un viernes noche es simplemente escuchar música, conectar con uno mismo para prepararse para el fin de semana.
Es cierto que el fin de semana debe destinarse, siempre que se pueda, a actividades de ocio y diversión, sin entrar en qué tipo de actividades hacen feliz a cada persona. Pero, también hay que priorizar el descanso, el dormir al menos un día sin despertador y poder pasar un par de horas en el sofá alejados del mundo real.
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