El rey de Tailandia falleció el pasado 13 de octubre, luego de permanecer un año hospitalizado.
Una ley de lesa majestad que blinda a la Casa Real contra todo tipo de acusaciones y comentarios, mantuvo a los medios de comunicación sometidos a los informes que la misma casa real estuvo emitiendo desde que Bhumibol ingresó en el Hospital Siriraj de Bangkok, el año pasado.
Fueron alrededor de 37 informes los que emitieron para mantener al pueblo al tanto del su estado físico. De hecho, la última aparición pública del monarca fue el pasado 11 de enero, cuando realizó durante algunas horas una visita al Palacio real de Chitralada.
Una pérdida de líquido cefalorraquídeo luego de que le practicaran una hemodiálisis, fue lo que le provocó una baja de tensión, que en su deteriorado estado de salud, incidió a su descenso. «El equipo de médicos hizo todo lo posible pero su estado de salud se deterioró«, indica el comunicado, en el que se añade que el soberano murió en paz.
Ascenso al trono
Para los tailandeses más que solo una figura de divinidad, era un líder muy capaz. Y no es para menos considerando la esmerada educación que tuvo. El rey Bhumibol el Grandioso nació en Cambridge, Estados Unidos, el 5 de diciembre de 1927. Subió al trono en 1946, luego de que su hermano mayor, Ananda Mahidol, oficialmente Rey Rama VIII, falleciera. La verdad es que algunos creen que este se suicidó porque no pudo soportar la derrota de Japón, país con el cual estaba fervientemente aliado -claro, que esto no es un hecho confirmado-.
Luego de un breve período escolar en Bangkok, dejó su país a los seis años con el resto de su familia, para trasladarse a Suiza. Y en la localidad de Lausana completó sus estudios secundarios y se licenció en ciencias políticas en la universidad.
Paz en la tormenta
Muchos consideraban su figura como parte del resguardo con el que se ha gobernado en el país, cuando de paz se habla. Muchos aseguran que Bhumibol era percibido como «una figura de influencia y capaz de traer calma« durante los numerosos golpes de Estado y las casi 20 asambleas constituyentes que se formaron durante sus siete décadas de reinado.
Heredero
El tema que más controversia ha desatado su partida, es que con él muere toda una era. De 70 años en el trono, es el único rey que ha conocido la mayoría de los tailandeses, lo tenían como un ser casi divino, símbolo de unidad y guía de la nación. Ahora lo hereda su único barón -tuvo tres hijas más-, Vajiralongkorn, de 64 años de edad, que ostenta el título de heredero desde 1972. Pero no es muy querido entre el pueblo por sus numerosos escándalos personales y vida opulenta, que lo humanizan ante los ojos de sus súbditos.
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: