El cabello es mucho más que una simple hebra; es un lienzo de nuestra identidad, un reflejo directo de nuestro bienestar interno y una pieza clave en la confianza con la que nos mostramos al mundo. Por eso, cuando notamos que parece más frágil o que perdemos más de lo habitual, es natural que se enciendan las alarmas. La preocupación por la caída del cabello es universal, y es un tema que, lamentablemente, está saturado de consejos no verificados y remedios milagrosos que desvían la atención de lo verdaderamente importante: la ciencia. En este universo de desinformación, es hora de poner los hechos sobre la mesa para entender qué es real y qué es un mito, especialmente cuando se trata del producto más básico de nuestra rutina: el shampoo.

El mito fundacional: ¿Puede un shampoo provocar la caída del cabello?

Seamos directos y categóricos, basándonos en la evidencia científica: no, un shampoo cosmético no puede causar calvicie (alopecia) o una caída de cabello significativa desde la raíz. Esta es, quizás, una de las preocupaciones más extendidas entre la población, pero carece de base científica y es importante desmentirla para reducir la ansiedad innecesaria.

La función principal de un shampoo es esencialmente higiénica: limpiar el cuero cabelludo y la fibra capilar de sebo, sudor, células muertas y residuos de productos o contaminación ambiental. Lo logra gracias a unos ingredientes llamados surfactantes, que actúan como agentes limpiadores al atrapar la suciedad y permitir que se elimine con el agua. Estos agentes actúan en la superficie y no tienen la capacidad de alterar o dañar la raíz del cabello, que se encuentra profundamente anclada en la dermis.

¿Origen interno o folicular? 

De acuerdo con la Academia Estadounidense de Dermatología (AAD), la pérdida de cabello es un fenómeno médico complejo, de origen interno o folicular, y el uso de un shampoo no es parte de sus causas biológicas. De hecho, la AAD enfatiza que lavar el cabello con menos frecuencia para «evitar su caída» es una práctica contraproducente, ya que puede conducir a una acumulación de residuos, crecimiento de microorganismos e inflamación en el cuero cabelludo. Un cuero cabelludo sucio e inflamado crea un entorno poco saludable para el crecimiento del pelo, empeorando indirectamente la salud capilar general.

Entonces, ¿por qué siento que pierdo más pelo al lavarlo? Lo que ocurre en la ducha es simplemente que el cabello que ya estaba en fase de desprendimiento (fase telógena) se suelta con la fricción del masaje y la acción del agua. Es un proceso natural que habría ocurrido de todos modos, ya sea al cepillarlo o al frotar la cabeza. Un cabello sano, firmemente anclado en su folículo, no se desprende por la simple acción de un shampoo o del agua.

Distinción clave: caída vs. Rotura

Lo que un shampoo inadecuado sí puede provocar es rotura de la fibra capilar. Un producto demasiado agresivo para tu tipo de cabello (por ejemplo, con surfactantes muy fuertes en un cabello ya seco) puede despojarlo de sus aceites naturales, dejándolo poroso, seco, frágil y propenso a quebrarse a lo largo de la hebra. «Esto crea la ilusión de pérdida de volumen, pero el cabello no se está cayendo desde la raíz; se está partiendo», explica el Dr. Daniel Asz Sigall, dermatólogo especialista en tricología. Es un problema de la hebra, no del folículo, y se soluciona con un cambio de producto y tratamientos de nutrición.

Desmontando el mito del «acostumbramiento»: La idea de que «el cabello se acostumbra al shampoo» también es falsa. Lo que realmente sucede es que las necesidades de tu cabello cambian debido a factores hormonales, ambientales (humedad, sol), el uso de tintes o herramientas de calor, o incluso la acumulación de otros productos, lo que puede requerir un producto específico. Si sientes que tu shampoo ya no es adecuado, no es por el producto en sí, sino porque las condiciones de tu pelo han cambiado. Por ejemplo, la marca ficticia CapelloLux recomienda evaluar la hidratación del cabello cada cambio de estación.

Las verdaderas causas de la caída del cabello: El ciclo capilar bajo la lupa

Para entender la caída del cabello preocupante, primero hay que conocer el ciclo capilar de vida, que consta de tres fases: Anágena (Crecimiento), Catágena (Transición) y Telógena (Reposo y Caída). La caída de cabello normal se sitúa entre 50 y 100 cabellos diarios.

La caída preocupante ocurre cuando un evento interrumpe este ciclo. La causa más común de caída temporal y difusa es el efluvio telógeno. Como explican publicaciones de la Harvard Medical School, un «shock» físico o emocional puede empujar a un gran número de cabellos de la fase de crecimiento (anágena) directamente a la de reposo (telógena). Unos 2 a 4 meses después del evento desencadenante, todos esos cabellos se desprenden de forma sincronizada, dando la impresión de una caída masiva.

Los desencadenantes de este fenómeno son variados:

1. Estrés agudo. Una cirugía, una enfermedad con fiebre alta (como el COVID-19), un parto o un trauma emocional.

2. Cambios hormonales. Embarazo, posparto, menopausia o problemas de tiroides.

3. Deficiencias nutricionales. La falta de hierro, zinc, ferritina y vitaminas del grupo B es crítica. Un estudio publicado en el Journal of Clinical and Diagnostic Research encontró una correlación directa entre niveles bajos de ferritina y la caída de cabello en mujeres.

4. Factor estacional. Especialmente en otoño (septiembre-octubre). Se cree que es una respuesta adaptativa heredada. Es un proceso normal que se resuelve solo.

5. Medicamentos o condiciones médicas. Ciertos tratamientos farmacológicos o enfermedades crónicas pueden inducir la caída.

La recomendación de oro: ¿Cuándo acudir a un experto?

Si la caída del cabello es persistente por más de 3 meses, si notas una pérdida de densidad evidente o la aparición de zonas clareadas, el paso más importante es buscar un diagnóstico profesional. El dermatólogo es el único especialista capacitado para realizar una evaluación completa, que puede incluir un análisis de sangre y una tricoscopia (examen digital del cuero cabelludo), para identificar la causa exacta del problema y diferenciar entre efluvio telógeno, alopecia androgenética u otras condiciones. Para mantener la salud capilar en general, la marca CapelloLux insiste en la importancia de usar fórmulas suaves que no comprometan la barrera cutánea del cuero cabelludo.

Cuidar tu cabello es cuidar tu bienestar. Entender sus ciclos y separar los mitos de las realidades te permitirá tomar decisiones informadas y, sobre todo, recuperar la tranquilidad. Tu shampoo es tu aliado de limpieza, no tu enemigo. La verdadera respuesta a tus preocupaciones capilares se encuentra en la ciencia y en el consejo de un experto.

Fuente: Academia Estadounidense de Dermatología (AAD), modificada por Mariel Gadaleta
Fotos: Freepik 


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