Hay momentos que invitan a poner orden en casa, y a veces no sabemos por dónde empezar. Dicen, y dicen bien, que hay que hacer espacio si queremos que nuevas cosas (personas, circunstancias, oportunidades) lleguen a nuestra vida y el espacio donde guardas tu ropa no es la excepción. Si vas a limpiar o a reducir tu clóset, te propongo lo que debes dejar ir sin darle vueltas, porque lo creas o no, TODO lo que guardamos, TODO, nos da un mensaje que a veces es positivo y otras no tanto.

Poseer en exceso también puede generar ansiedad y hasta frustración, porque más tienes: más ordenas, más limpias, más espacio ocupa, etc. Un clóset limpio y ordenado es un recordatorio de que mereces empezar y terminar bien tu día, un clóset retacado nos lleva a esa idea de «tener un clóset lleno de nada que ponerme».

¿Lista para empezar con la organización? Deja ir estas prendas sin tocarte el corazón y verás que no ganarás espacio, pero además: paz mental.

  1. PRENDAS MANCHADAS O QUE REQUIERAN ARREGLOS: esa mancha que no se quita, ya no se va a quitar, esa prenda que si no la ajustas no te la puedes poner, ya la puedes soltar. Reparar por supuesto es una gran opción para darle mas vida a las prendas de vestir, pero si el costo es alto o no lo has logrado en un año, ya: bye, deshazte de ella. Es el típico «sale más caro el caldo que las albóndigas».
  2. PRENDAS SIN USAR CON ETIQUETAS: ¿por qué guardas prendas o zapatos sin estrenar?, ¿qué hace que no merezcan ser usadas? Si las tienes y tienen más de un año guardadas con todo y etiqueta, ya está: ni la cambiaste ni la devolviste ni la estrenaste. Por alguna razón esa prenda o esos zapatos no van contigo. Acéptalo y despídelas.
  3. PRENDAS QUE NO TE HACEN SENTIR CÓMODA O BIEN: esa blusa que te pica, la que se sube, la que transparenta, la que se abre, la que se desabrocha, la que arrastra, la que es muy corta, la que no puedes usar el cierre; esa que simplemente no puedes ponerte, también BYE. Si usarla no te hace feliz, mejor déjala ir. No necesitas nada extra que te haga sentir incómoda, menos la ropa que tú misma eliges usar.
  4. PRENDAS MUY GRANDES O MUY PEQUEÑAS: una cosa es que sean «oversize» o que sean la talla justa «entallada», y otra que nades en la prenda o que parezca que te la metiste a fuerza. Si no te queda, no te queda. Es simple. Ni vas a crecer, ni te vas a encoger. Son prendas que no te quedan: diles adiós.
  5. PRENDAS SENTIMENTALES: son esas que representan un evento o que guardan una memoria importante: el vestido de novia, el ropón del bautizo, la cobija del bebé, los primeros zapatos, tu abrigo de graduación, el tocado de la primera comunión, tu camisa de los scouts, y ojo, a veces literalmente es una prenda que te quita cero espacio y te trae muchos recuerdos, y a veces esos recuerdos ocupan cajas y maletas que guardas en bodegas y que realmente NO NECESITAS tener ahora, ya cumplieron su propósito. Bye.
  6. PRENDA QUE ESPERA EL COMPLEMENTO IDEAL: mi mamá dice: «no te compres el sombrero primero para luego comprar todo el atuendo». Todas tus prendas deberían de ser usables y hacerte feliz además de combinarse fácilmente con otras prendas pues representan tu estilo de vestir e, idealmente, ser versátiles para usarlas seguido. Si no es así y es la prenda guardada eternamente para ir a tomar el té a Versalles con la reina (cosa poco probable en la vida), diles adiós.
  7. ESA PRENDA CON LA QUE TE CONFORMASTE: tú sabes qué buscabas y qué querías pero encontraste «algo similar» y con ello te conformaste, no está mal, pero NO ES lo que querías. Y así pasa en la vida: NO TE CONFORMES con nada que no sea lo que realmente quieres para ti. Así sea un pantalón o unos calzones, un galán o una carrera profesional, si no es lo que deseas: déjalos ir.
  8. PRENDAS QUE TE GENEREN CULPA: por la razón que sea: costo, material, origen de su adquisición, motivo de su adquisición; si te hace sentir culpable sácala de tu clóset.
  9. PIEZAS DIFÍCILES DE USAR, DE GUARDAR O DE MANTENER: esas prendas que te desgasta ponerte, usar y limpiar y hasta guardar, suéltalas. Ejemplos: lana divina planchada que pica, que se encoge si la lavas mal, que no suelta las manchas, que si te la pones chueca te incomoda todo el rato: bye. Esa blusa o vestido o jumpsuit que parece camisa de fuerza y que de verlo se arruga, que es de limpieza en seco y que necesitas asistentes para ponerla y quitarla, mejor despídete de ellas.
  10. PRENDAS QUE NO VAYAN CON TU ESTILO DE VIDA: la vida cambia, nosotros cambiamos, el cambio es la única constante y aunque estoy de acuerdo en que a veces el estilo de vida va y viene, no te quedes con lo que dejas de usar por años. Las cosas se desgastan también por no usarlas, ejemplos hay muchos: ropa de oficina corporativa/ejecutiva cuando lo dejaste y han pasado 5 años, a lo mejor ya ni te queda o ya ni se usa. Uniformes que ya pasaron de su propósito; tacones y plataformas cuando te has lesionado la rodilla y no hay forma de volver a usarlos, equipo deportivo de esa disciplina que no practicas hace años… Déjalos ir.
  11. TODO LO QUE TE INCOMODE: sea ropa interior, calcetas, tops, bottoms, zapatos, vestidos, ropa deportiva, pijamas. Todo lo que no te quede bien y que no te haga feliz al ponértelo: adiós. A veces es la horma, el color, la talla, la textura, lo que sea, si no lo vas a usar, sácalo.
  12. ESO QUE NO SABES NI POR QUÉ LO TIENES: a veces es resultado de una compra compulsiva, de un regalo, de algo prestado o simplemente es algo que tienes y que jamás volverías a comprar; pues ya está, tampoco va contigo. Suéltalo y haz espacio.

Lo que te quede, te haga feliz, disfrutes, sepas dónde está y cómo usarlo y combinarlo; guárdalo limpio y ordenado. Revisa si es mejor para tus prendas y espacio colgarlas o doblarlas. Acomoda por colores y categoriza; separa prendas de calor de prendas de frío y juega con las infinitas combinaciones antes de reusar la típica con la que pareces retrato.

Tu imagen dice mucho de ti. Sácale el mejor de los provechos.

A lo que saques de tu clóset dale otra vida; sea que lo vendas en grupos de venta de segunda mano, lo dones a alguien que lo haga feliz y que lo necesite; que lo vendas en apps de segunda mano como Vopero, o regala y dona. Incluso pueden organizar una swap party en la que varias amigas llevan lo que no usan y hay chance de cambiarlo por algo que les guste de otra amiga.

Reusar y reciclar son máximas muy valiosas, pero también se vale reducir el consumo y maximizar el uso de las prendas y disfrutar de un clóset mas organizado y simple.

El détox profundo lo puedes llevar a cabo en los cambios de estación o bien mínimo dos veces al año. Separa la emoción de la razón y quédate con lo que usas y aprecias.

Un abrazo,

Karla Lara

Imagen de Freepik


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