¿Te has descubierto algunas manchitas en el rostro o el resto del cuerpo? ¿Se te hacen sospechosas y no sabes cómo quitártelas?
Platicamos con una autoridad del tema, el Dr. Francisco Pérez Atamoros, Presidente de la Sociedad Mexicana de Dermatología Cosmética y Láser, quien nos explicó que las manchas o alteraciones en la pigmentación se dan específicamente en los melanocitos –células productoras del pigmento–, ya sea las que ganan color o las que lo pierden (como el vitíligo). Estas son multifactoriales: herencia, estilo de vida, detonadores como el estrés y… adivinaste: ¡el sol!
También consultamos “para aclararnos” (¡literal!), el manual “Sustancias despigmentantes y métodos de aclaramiento del color de la piel” del Licenciado en Farmacia Juan Lemmel, que nos indica que las manchas son producidas o agravadas por variaciones en los estrógenos, por algunos medicamentos, por los rayos del sol tipo Roentgent y Ultravioletas, debido a cambios hormonales, tratamientos ginecológicos o de fertilidad y padecimientos en la tiroides, suprarrenales, entre otros factores.
Las manchas más frecuentes:
– Pecas (manchas de verano): se presentan sobre todo en la piel clara expuesta al sol; son manchitas pardas sobre mejillas, nariz, hombros y pecho; aparecen en conjunto.
– Lunares (nevus): de origen congénito, aparecen en cualquier parte del cuerpo; son de circunferencia definida, oscuros y no varían con la exposición solar.
– Paño (melasma): frecuentes en mujeres morenas durante el embarazo o bajo tratamientos de fertilidad, se extienden en el rostro y se acentúan con el sol.
– Manchas seniles: se parecen a las pecas pero varía su tonalidad; aparecen en el rostro y el dorso de la mano y son frecuentes después de los 50 años.
– Lentigo: manchitas parecidas a una lenteja, de ahí el origen de su nombre; aparecen por diversos factores que alteran la epidermis.
– Otras menos frecuentes: causadas por medicamentos diuréticos, antidiabéticos, antidepresivos o euducolorantes; manchas posrituales de belleza como la dermatitis, por asolearse después de aplicarnos perfume, depilarnos con cera, o por los tratamientos contra acné; vitíligo, halo nevus, lunares sanguíneos (o cherry), herpes, quemaduras y cicatrices asoleadas, entre otras…
De acuerdo al tipo de mancha que tengas, será la batalla que darás: ya sea decoloración, extirpación, cremas, láser, peeling, prevención de nuevas formaciones o simplemente maquillaje.
El Dr. Pérez Atamoros recomienda en varios casos la hidroquinona. Esta se ha usado en el mundo entero desde hace 70 años. También Giscele Sampaio, cosmeatra brasileña, menciona los despigmentantes Eldoquin o Eldopaque, a base de la misma sustancia, accesibles en las farmacias.
*Rutina básica preventiva: Limpieza + hidratación + nutrición + FPS + 1 exfoliación semanal.
*¿Cómo maquillarlas? Tus aliados principales son los correctores de color, en crema o barra; aplica solo sobre la zona a camuflar con ligeros toques de dedo o con la ayuda de un pincel delgado, después de cubrirte con la base. Al respecto, el Dr. Pérez Atamoros no recomienda las bases gruesas ni teatrales, pues te llevan al ciclo de poros tapados que derivarán en granos. ¡Mucho peor!
– Lila, para las manchas amarillentas y las cafés.
– Verde, para manchas rojizas, rosadas y cicatrices de acné.
– Naranja o salmón: disimula las pecas, algunos tipos de lunares, el paño, las manchas de sol y otras manchas color marrón.
Y lo repetimos por enésima vez: ¡protégete del sol diariamente con FPS! No hay pretextos: ¡la capa de ozono es cada vez menor! Bien decía el erudito investigador en dermatología, Dr. Ramón Ruiz Maldonado: “No existe bronceado sin fotodaño”.
Tratamientos en cabina:
– Peelings: existen diversas modalidades de acuerdo al ácido empleado por el especialista (retinoico, glicólico, tricloroacético) y si la mancha es rebelde o no. En rostro o manos. De 1 a 4 sesiones.
– Luz pulsada: excelentes para contrarrestar el fotoenvejecimiento, el lentigo y las pecas. De 3 a 4 sesiones.
– Bisturí eléctrico: con un toquecito mediante una quemadura localizada que cicatriza en entre 7 y 10 días. 1 sesión.
– Crioterapia: es un tratamiento profundo y exitoso, ya sea aplicando nieve carbónica o nitrógeno líquido en la zona afectada. De 1 a 3 sesiones.
Por Tania Lara
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