El miedo a equivocarte es muy común en la vida, son pensamientos que surgen día a día relacionados con escenarios hipotéticos. Desde situaciones cotidianas hasta preocupaciones por el futuro se cuelan a menudo en la mente de las personas.

En principio, estos pensamientos pueden ser normales y naturales, ya que el cerebro tiende a considerar y preparase para distintas posibilidades.

Sin embargo, pueden afectar la salud mental y la capacidad de concentrarse en el presente al volverse excesivos, intrusivos y una fuente de ansiedad significativa.

Deepak Chopra, célebre gurú del bienestar, apunta que esta obsesión a equivocarte constantemente puede ocultar un posible miedo a no tener control sobre el futuro. Explica que, “el miedo al futuro es el yo, que se siente vulnerable porque no sabe lo que sucederá y no puede controlarlo”.

Ventajas de preocuparse por el futuro

Los pensamientos de este tipo son parte inevitables de la vida, de acuerdo a la psicóloga Esther Cantos. En declaraciones recogidas por el sitio web WeLife, la especialista explica que, “la capacidad de considerar diferentes posibilidades y escenarios es una característica fundamental del pensamiento humano y nos ha permitido adaptarnos y sobrevivir en entornos cambiantes a lo largo de la evolución”.   

Así, estos pensamientos pueden ser muy útiles en muchos escenarios. Por ejemplo:

  • Planificación y preparaciónFunción adaptativa que ayuda a anticipar y prepararse para posibles desafíos o problemas futuros.
  • Evaluación de riesgos y consecuencias. Sirve para evaluar los riesgos y posibles consecuencias de tus acciones antes de tomar decisiones importantes para minimizar su impacto negativo.
  • Resolución de problemas. Este tipo de pensamientos pueden ser útiles para explorar soluciones a problemas específicos y encontrar formas creativas de abordarlos.
  • Preparación emocional. Ayuda a preparar estrategias para afrontar y manejar mejor cada situación que se presenta.

Inconvenientes del miedo a equivocarte

La gran desventaja sobre el miedo a equivocarte surge cuando se centra en resultados potencialmente terribles que, no solo es poco probable que sucedan, sino que también se trata de acciones donde la persona no tiene ningún control.

Como resultado, se puede entrar en el catastrofismo y acabar paralizados e incapaces de actuar por miedo a lo que pueda pasar.

Otros problemas que surgen son:

  • Generación de ansiedadCentrarse en escenarios hipotéticos negativos o preocupantes, desencadenan ansiedad anticipatoria por situaciones que aún no han ocurrido.
  • Rumia constante. Implica quedarse atrapado en un ciclo constante de preocupación y negatividad, dificultando la concentración, el sueño y el funcionamiento diario.
  • Interferencia con la toma de decisiones. Una preocupación excesiva puede interferir con la toma de decisiones claras y efectivas, incluso evitar hacerlas por completo.
  • Impacto en el bienestar emocional. Puede contribuir a la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental si no se manejan correctamente.
  • Distorsión de la realidad. Sobreestimar la posibilidad de eventos negativos o catastróficos, llevando incluso a desarrollar una visión pesimista de la vida.

Aceptar el futuro

Chopra señala que “el futuro es, en sí mismo imposible de conocer”. Por lo tanto, vivir en base a suposiciones siempre va a ser aterrador. Por lo tanto, destaca la importancia de mirar hacia adelante con valentía, reconociendo que “la incertidumbre y la imprevisibilidad de la vida no son una amenaza ni una fuente de miedo”.

Al contrario, la incertidumbre puede servir para “reconocer la creatividad y la novedad en la vida”. Para poder luchar por estos pensamientos excesivos, el gurú ofrece algunos consejos, como la meditación.

Otros métodos que mencionó son:

  • Practicar la conciencia plena (mindfulness). Puede ayudar a reconocer los pensamientos invasivos sin juzgarlos y a mantenerse en el momento presente. Algunas prácticas son la respiración consciente, meditación o ejercicios de atención para calmar la mente.
  • Cuestiona tus pensamientos. Preguntarse si esos pensamientos se sustentan en la realidad o el miedo permite desafiarlos y disminuir su poder sobre la mente.
  • Practicar la aceptación. En lugar de suprimir o evitar esos pensamientos, es mejor aceptarlos como parte de la vida, sin dejarse contralar por ellos.
  • Establecer límites de tiempo. Durante un tiempo específico, hay que dejar fluir esos pensamientos para reflexionar sobre ellos. Una vez termine el tiempo, es recomendable dejarlos de lado y enfocarse en otras cosas.
  • Practicar la resolución de problemas. Si los pensamientos están relacionados en problemas específicos (laborales o personales), dedicar tiempo a desarrollar planes de acción concretos para lidiar con ellos puede ayudar a reducir la ansiedad.
  • Buscar apoyo. No hay que tener miedo a pedir ayuda. Hablar con un terapeuta, consejero o persona de confianza ayuda a la orientación.


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